La Federación de Librarías de Galicia ha lanzado una campaña que se puede ver en escaparates de toda la comunidad bajo un lema claro: “Personas, no algoritmos”. Con esta iniciativa, las librerías gallegas buscan poner en valor el carácter humano, próximo y cultural de comprar en establecimientos locales frente a la frialdad de las plataformas digitales.
Desde comienzos de septiembre, el cartel se repite en librerías de todas las provincias gallegas como una invitación a reflexionar. Las librerías recuerdan que no son solo espacios de compraventa, sino lugares donde se generan encuentros, se recomiendan lecturas de manera personalizada y se tejen redes comunitarias. La Federación sostiene que aquello que diferencia a las librerías es precisamente lo que ninguna herramienta digital puede imitar: la conversación con la librera, la experiencia de hojear un libro o la sorpresa de hallar un título inesperado entre los estantes.
Los promotores de la campaña recalcan que la rapidez en el servicio, una de las supuestas ventajas de las grandes plataformas, ya no es un argumento real. El cliente se lleva el libro en el momento mismo de la compra y, además, se beneficia de una atención directa que ningún algoritmo puede replicar.
Datos que avalan la diferencia
Según cifras presentadas por la Federación, el 92% de los lectores que adquiere libros en una librería reconoce haber encontrado allí lecturas y recomendaciones que nunca halló en internet. Estos datos muestran que el contacto humano sigue siendo determinante a la hora de descubrir nuevas obras, autores o géneros, algo que los sistemas automáticos de recomendación difícilmente pueden sustituir.
Los responsables de la campaña insisten en que defienden una manera de vivir la cultura, no solo una actividad comercial. Entrar en una librería significa participar en un espacio de convivencia donde el libro se convierte en un puente hacia la comunidad. Comprar un libro, explican, es también un acto de pertenencia y un apoyo directo al tejido cultural gallego.