Una pasada movilizaciu00f3n por el Estatuo Marco en una foto de EP

 

Los facultativos de toda Galicia, convocados por los sindicatos O'MEGA y SIMEGA, secundan el paro nacional de este viernes con concentraciones en las siete áreas sanitarias. Reclaman al Ministerio de Sanidad la retirada del borrador del Estatuto Marco y la negociación de un texto específico para la profesión médica, mientras la Xunta decreta unos servicios mínimos que garantizan la atención urgente.

 

La sanidad pública gallega vive hoy una jornada de paros y movilizaciones. Miles de médicos y facultativos del Servizo Galego de Saúde (SERGAS) están llamados a una huelga convocada a nivel nacional para exigir un Estatuto Propio que reconozca las singularidades de su profesión y frene el deterioro de la calidad asistencial. La protesta, que se materializa en Galicia con concentraciones a las puertas de los hospitales de las siete áreas sanitarias a las 11:00 horas, es la segunda de este tipo tras la celebrada el pasado 13 de junio, evidenciando la creciente tensión entre el colectivo médico y el Ministerio de Sanidad.

 

El epicentro del conflicto es el borrador del nuevo Estatuto Marco para el personal estatutario de los servicios de salud, presentado por el ministerio que dirige Mónica García. La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), junto a otras organizaciones como la Agrupación Profesional por un Estatuto Médico y Facultativo (APEMYF), considera que este texto no aborda las reivindicaciones históricas del sector. Los facultativos exigen la negociación de un estatuto específico que contemple medidas concretas como la voluntariedad de las guardias, una jornada laboral de 35 horas semanales y la creación de un grupo de clasificación profesional A1+ que reconozca su alta cualificación y responsabilidad. El descontento se agravó tras la última reunión con el Ministerio, que los sindicatos calificaron de infructuosa, denunciando una "ausencia total" de voluntad negociadora por parte de la administración central.

 

En Galicia, la convocatoria está liderada por los sindicatos médicos autonómicos O’MEGA y SIMEGA, que han llamado a los profesionales a concentrarse en los principales hospitales para visibilizar su rechazo. Más allá de la pugna por el estatuto, los médicos gallegos subrayan que la huelga también busca la "recuperación de la calidad asistencial". Este malestar se enmarca en un contexto de sobrecarga en la Atención Primaria, listas de espera elevadas y dificultades para cubrir plazas, especialmente en zonas rurales, problemas que, según los sindicatos gallegos, se ven agravados por unas condiciones laborales que no logran retener el talento médico en la comunidad.

 

La respuesta de las administraciones

 

Ante la jornada de huelga, el SERGAS ha establecido unos servicios mínimos para garantizar la atención sanitaria a la ciudadanía. Según lo decretado por la Xunta de Galicia, se debe asegurar el 100% de la cobertura en los servicios de urgencias, unidades de cuidados intensivos (UCI), áreas de reanimación, oncología y otras unidades consideradas críticas. En las plantas de hospitalización se mantendrá al menos un facultativo por unidad, mientras que en la Atención Primaria y en las consultas externas hospitalarias los servicios mínimos se han fijado para garantizar la atención urgente y de aquellas citas consideradas no demorables, tratando de equilibrar el derecho a la huelga con la seguridad de los pacientes.

 

Por su parte, la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia, si bien respeta el derecho a la huelga, ha mantenido una postura que diferencia las competencias. En ocasiones anteriores, el gobierno gallego ha señalado que, aunque trabaja en medidas autonómicas para mejorar las condiciones de sus profesionales, la principal reivindicación sobre el Estatuto Marco es una competencia directa del Gobierno central. La Xunta insiste en la necesidad de que el Ministerio de Sanidad atienda las peticiones del colectivo para desatascar un conflicto que afecta a todo el Sistema Nacional de Salud.

 

La posición del Ministerio de Sanidad se mantiene firme en su negativa a retirar el borrador del Estatuto Marco. El equipo de Mónica García argumenta que el marco normativo debe ser común para todas las profesiones sanitarias para garantizar la cohesión del sistema. Rechazan la idea de un estatuto exclusivo para los médicos, abogando por un diálogo que se desarrolle dentro del marco del texto ya presentado, una postura que los sindicatos médicos consideran un punto de no retorno y que ha abocado a la huelga de hoy.

 

Un respaldo amplio de la profesión

 

Este paro no es una iniciativa aislada de los sindicatos convocantes. Cuenta con el respaldo explícito de la Organización Médica Colegial (OMC), que ha animado a todos los médicos a secundar la jornada "en una sola voz" para defender la dignidad de la profesión. Del mismo modo, el Foro de la Profesión Médica se ha sumado al apoyo, lo que demuestra el amplio consenso que existe dentro del colectivo sobre la necesidad de un cambio normativo profundo. La profesión médica en su conjunto siente que sus particularidades, como la formación continuada, la responsabilidad legal y la dedicación exclusiva, no están siendo debidamente reconocidas.

 

La jornada de hoy se prevé como un termómetro para medir la fuerza del colectivo y su capacidad de movilización. Los sindicatos esperan un seguimiento alto, impulsado por el hartazgo acumulado durante años de reivindicaciones no atendidas. El seguimiento en los hospitales y centros de salud gallegos será clave para valorar el impacto de la protesta en la comunidad.

 

Mientras los médicos se manifiestan en las calles, miles de citas y procedimientos no urgentes han sido reprogramados, y los pacientes observan con preocupación el desarrollo de un conflicto que tiene como telón de fondo el futuro de la sanidad pública. La pelota está en el tejado del Ministerio de Sanidad, de quien depende el próximo movimiento para intentar reconducir una situación que amenaza con enquistarse y afectar directamente a la atención sanitaria en toda España y, por supuesto, en Galicia.

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