Esta semana asistimos a otro episodio más del ya conocido teatro político en torno a la AP-9. La reunión celebrada en Padrón, anunciada con bombo y platillo como un paso hacia la supuesta gratuidad de esta autopista, no fue más que una nueva escenificación vacía. Otra foto. Otro titular para aparentar movimiento donde solo hay humo.


El problema no es nuevo, pero sí cada vez más preocupante: cargos públicos utilizando sus posiciones no para ofrecer soluciones reales, sino para alimentar relatos ficticios que buscan mantener una ilusión entre la ciudadanía. La demagogia se ha convertido en el recurso fácil de quienes, lejos de gobernar, se dedican a posar.


Porque lo cierto –y lo saben perfectamente– es que Pedro Sánchez no va a liberar la AP-9, ni ahora ni en un futuro previsible. No hay voluntad política, no hay partidas presupuestarias, y los presupuestos del Estado están prorrogados. ¿Dónde está, entonces, el compromiso real? No existe. Pero sí existe la intención de seguir vendiendo promesas, como si la AP-9 pudiera rescatarse con "conchas de mejillón".


Estamos ante un carnaval político que ya dura demasiado. Mientras tanto, los problemas reales, los que sí afectan directamente al día a día de nuestros municipios, siguen sin atenderse: servicios básicos deteriorados, infraestructuras abandonadas, fondos europeos comprometidos a punto de perderse por inacción institucional.


El panorama es desolador: la política útil ha sido sustituida por el "photocall", la gestión por la pose, el compromiso por la propaganda. Y lo peor de todo es que ya ni sorprende. La mentira institucional se ha normalizado hasta convertirse en una rutina de gobierno.


Conviene recordarlo, aunque algunos quieran ignorarlo: gobernar no es posar y prometer no es cumplir. La ciudadanía merece algo más que titulares rimbombantes y promesas incumplidas. Merece respeto, soluciones y hechos.
 

Como dijo Castelao: “Hai xente que cre que o povo é parvo. E o povo pode ser calado, pero non parvo.” Hoy, esa advertencia está más vigente que nunca.
 

No pedimos milagros. Solo pedimos que dejen de tomarnos por tontos.

POWERED BY BIGPRESS