La compañía pública asegura que la prestación del servicio está garantizada tanto en Vigo como en el conjunto del territorio nacional. Argumentan que, como empresa pública, tienen la obligación de ser eficientes en la asignación de sus recursos —tanto humanos como logísticos y tecnológicos— y que, por ello, adecúan su plantilla al nivel de actividad real en cada momento, siempre respetando los derechos laborales del personal. Correos concluye que seguirá evaluando la situación en Vigo para adoptar las medidas organizativas que sean necesarias para mantener una atención de calidad a los ciudadanos.
Según el informe de CCOO, en los últimos años, el número de plazas para la atención al público en las oficinas de la ciudad olívica se ha visto mermado de forma "sin precedentes". El sindicato contabiliza una pérdida total de doce plazas y media en toda la red de sucursales. La estrategia de la empresa, apuntan, ha sido doble: por un lado, no cubrir jubilaciones o traslados, y por otro, reemplazar puestos de jornada completa por contratos de media jornada, que resultan claramente insuficientes para el volumen de trabajo.
La central sindical detalla cómo esta pérdida de efectivos se distribuye por las principales oficinas de Vigo: la Oficina Principal (Plaza Compostela 3) encabeza la lista con la supresión de tres puestos completos, afectando especialmente al turno de tarde. Le siguen las oficinas de O Calvario, Calle Coruña y Balaídos, cada una con dos puestos completos menos. Incluso en la Praza de España, dicen, se ha reducido la plantilla en una plaza y media, mientras que la sucursal de la Xunta (Plaza de la Estrella) ha perdido media plaza, evidenciando una tendencia generalizada de ajuste de personal.
Este desequilibrio ha generado una situación de "colapso" que otros sindicatos, como CIG-Correos, ya denunciaron previamente, señalando la existencia de "miles de envíos sin repartir" en el área de Vigo y un aumento de las bajas laborales por estrés y sobrecarga, a lo que calificaron como una "pandemia silenciosa". La problemática no es exclusiva de las ciudades, ya que el BNG llevó al Congreso la falta de personal y los retrasos en el reparto en municipios como Carballo, un indicativo de que las quejas afectan a toda la geografía gallega, tanto en el ámbito urbano como en el rural.
El hecho más grave, a juicio de CCOO, fue la clausura definitiva de la sucursal del Puerto de Vigo el pasado 6 de junio. El cierre de esta oficina supuso la desaparición de una plaza y media de personal en el turno de mañana. Esta decisión ha obligado a numerosos clientes, incluidas empresas que utilizaban la oficina de forma habitual, a reorganizar su logística y trasladar sus trámites a otros centros, así como a cancelar sus apartados de correos, lo que, dice el sindicato ha generado un notable perjuicio para su actividad diaria.
Este contexto de falta de personal se hizo especialmente visible durante los meses de verano, cuando las oficinas de O Calvario y Balaídos se convirtieron en un foco de protesastas debido a las largas colas. Las esperas superaban los 45 minutos.