Archivo - Varias vacas en una ganadería de lácteo en la parroquia de Piñeiro, a 14 de noviembre de 2023, en Xermade, Lugo, Galicia (España).  


 

Galicia ha quedado, por el momento, excluida de la estrategia nacional de vacunación frente a la dermatosis nodular contagiosa (DNC) que afecta al ganado bovino. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) sigue la directriz de los expertos de la Comisión Europea de priorizar la inmunización en las zonas geográficamente más próximas a los focos ya detectados, concentrados todos en la provincia de Girona.

   

La hoja de ruta de Bruselas es clara: la vacunación debe aplicarse como una "mancha de aceite" que se expande desde el origen, y no con intervenciones aisladas tipo "manchas de leopardo". Así lo explicó este martes el director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria, Emilio García Muro, quien insistió en que "tiene que haber una continuidad en la vacunación" para que esta sea efectiva y logre crear una barrera real.

Por tanto, el plan actual de inoculación se centra en la comunidad catalana y en las comarcas limítrofes de Aragón. El objetivo es vacunar en las próximas fases a cerca de medio millón de vacas repartidas en unas 3.000 explotaciones de estos territorios. La finalidad es evitar a toda costa que la enfermedad "salte" a otras comunidades autónomas, especialmente a aquellas con un gran peso ganadero.

 

El riesgo para el sector gallego

 

Esta estrategia de contención genera un escenario de expectativa en Galicia. Aunque la comunidad está libre del virus y alejada del epicentro, su denso tejido ganadero, pilar económico fundamental del rural, es altamente vulnerable si el virus lograse expandirse. El MAPA no se ha pronunciado sobre las demandas preventivas del sector gallego, pero sí ha recordado las graves consecuencias de la enfermedad.

 

La presencia de la DNC en un territorio, además de mermar la producción (especialmente en las vacas de leche), activa restricciones comerciales inmediatas. Estas incluyen la prohibición por parte de terceros países de importar animales vivos, material reproductivo o carne, además de limitaciones al movimiento dentro de la Unión Europea y la suspensión de ferias o concentraciones ganaderas.

 

La dermatosis nodular contagiosa es una enfermedad vírica (producida por un Capripoxvirus) que provoca fiebre, nódulos en la piel y mucosas, edemas y, en ocasiones, la muerte del animal. Su principal vía de transmisión no es el contacto directo entre reses, sino las picaduras de insectos vectores, como tábanos y mosquitos, lo que complica su control.

 

"Que no menten lo de Galicia"

 

Es precisamente el comportamiento de estos insectos voladores lo que sustenta la estrategia de vacunación por proximidad. Sin embargo, el Ministerio confía en un aliado estacional. "El general invierno nos va a ayudar", valoró García Muro, ya que las bajas temperaturas reducirán drásticamente la actividad y la "capacidad de sobrevivir" de estos vectores, frenando la expansión natural del virus.

 

Preguntado por el hipotético y temido escenario de que el virus alcanzase territorio gallego y dónde se realizarían los sacrificios, el director general fue tajante. El protocolo marca que "lo que se aconseja es en la propia explotación", seguido de la "destrucción de los cadáveres, aunque es posible el enterramiento", o su traslado a plantas de transformación.

 

El representante ministerial incluso bromeó sobre la gravedad que supondría ese escenario para la comunidad, dada su importancia censal. "Que no menten lo de Galicia, se me ha erizado el vello", comentó García Muro durante su encuentro telemático con la prensa. El Ministerio sí ha querido dejar claro que, en las zonas donde se vacune, la leche de las vacas inmunizadas es totalmente segura y puede consumirse sin problemas.

 

La respuesta nacional al brote

 

El primer caso de DNC en España se confirmó el pasado 3 de octubre en una explotación de recría en Castelló d'Empúries (Girona). Desde entonces, se han detectado 18 focos, todos ellos en esa provincia catalana. Tras su aparición, los servicios veterinarios de la Generalitat, coordinados con el MAPA, activaron las medidas de restricción, que incluyen el vaciado de las explotaciones afectadas y la prohibición de movimiento de animales vivos en un radio de 50 kilómetros.

 

Este martes se celebró una reunión del Comité de la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria de España (Rasve), en la que participan todas las comunidades autónomas. Agricultura informó de la compra de emergencia de vacunas por valor de 660.000 euros, cantidad que permitirá implementar el plan de vacunación en Cataluña y Aragón y, al mismo tiempo, disponer de un stock de contingencia suficiente.

 

En el encuentro se recordó a todas las explotaciones del país, incluidas las gallegas, la "necesidad de extremar" las medidas de bioseguridad, especialmente las relacionadas con la desinsectación de granjas y transportes. Asimismo, se insistió en la obligación de ganaderos y veterinarios de comunicar cualquier sospecha, ya que la detección precoz es crítica para frenar la difusión.

 

En la reunión del Rasve también se abordó la situación de la influenza aviar. Aunque los focos en aves de corral están finalizando su erradicación, la situación en la fauna silvestre es diferente. Con el aumento de casos en aves silvestres y la llegada de la migración desde el norte y centro de Europa por el frío, el riesgo de nuevos casos en granjas aumenta, por lo que el Ministerio evalúa la posibilidad de activar el confinamiento de aves a nivel nacional.

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