La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Pontevedra aprobó este jueves el inicio del proceso de contratación para renovar el alumbrado público del casco urbano (zona norte-este), incluyendo también el ámbito de O Pino.
Se trata de una actuación con un presupuesto de 2,3 millones de euros, financiada en parte con fondos provinciales de la Diputación de Pontevedra correspondientes a 2025.
El proyecto contempla la sustitución de 2.304 luminarias por tecnología LED, con un plazo de ejecución de seis meses.
"Con esta intervención, el Concello tendrá ya el 83% de las 24.000 luminarias públicas de la ciudad cambiadas a LED. Es una cifra que, probablemente, no alcanza ninguna otra ciudad de nuestro entorno", destacó el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores.
El cambio supondrá un ahorro energético del 78%, pasando del consumo actual de 1.607.254 kWh/año a solo 356.492 kWh/año. En términos medioambientales, esto implica una reducción de 651,69 toneladas de CO2 al año.
Las nuevas luminarias sustituirán a las actuales lámparas de descarga, de vapor de sodio o halogenuros metálicos. Además, el proyecto incluye la renovación de 39 cuadros de mando y protección, la instalación de módulos de telegestión en dos de ellos, el saneado del cableado, y la limpieza y pintado de las columnas y báculos.
Uno de los aspectos más innovadores del plan es la reducción automática de la potencia lumínica entre medianoche y las seis de la mañana, ajustando la iluminación al ritmo circadiano de las personas.
De esta forma, además de ahorrar energía, el gobierno local pretende ayudar a que la ciudad respete mejor los ciclos naturales de luz y oscuridad.
Los expertos llevan tiempo alertando de que el exceso de iluminación artificial altera ese reloj biológico que regula el sueño, el metabolismo y otras funciones vitales. La contaminación lumínica no solo impide ver las estrellas del cielo, sino que también interfiere en el descanso y afecta a numerosas especies nocturnas.
Incluso la luz residual que se cuela por las ventanas o se refleja en las nubes puede reducir la producción de melatonina, la hormona del sueño. Por eso, el Concello ha tenido en cuenta estas cuestiones en el diseño del nuevo sistema de alumbrado, que busca un equilibrio entre seguridad, eficiencia y respeto por el entorno natural.