La crisis en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM), dependiente de la Xunta de Galicia, se agrava drásticamente. Siete investigadores han dejado el centro en los últimos días, seis de ellos en un traslado que califican de "voluntariamente forzoso" y una séptima por una jubilación denegada de forma inédita. El personal que queda alerta de una "situación crítica", un "abandono absoluto" y una "gestión autoritaria" por parte de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal).
Siete investigadores han abandonado el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM), agravando la precaria situación que el personal del centro, ubicado en Abegondo (A Coruña), lleva meses denunciando. Esta "desbandada", como la califica la plantilla, supone un golpe crítico para la continuidad de varias líneas de trabajo en un organismo que ha sido una referencia histórica para el sector primario gallego.
La salida más numerosa se ha producido a través de un reciente concurso de traslados de funcionarios de la Xunta. Seis doctores ingenieros agrónomos (María Bande, María Isabel García, Adrián Botana, Álvaro García, Roberto Besteiro y Santiago Crecente) han dejado sus puestos. En un comunicado conjunto, estos seis profesionales, algunos con más de 15 años de trayectoria en el CIAM, han calificado su marcha de "voluntariamente forzosa", motivada por la "situación insostenible" del centro y su gestión administrativa.
A estas seis bajas se suma la de la doctora veterinaria Mercedes Mezo, una de las investigadoras con un currículo más destacado del centro. Al personal le resulta "paradójico" que, ante la grave carencia de personal, la dirección de Agacal emitiera un informe desfavorable para negarle la prórroga de jubilación que había solicitado. Según la plantilla, esta negativa no había sucedido "nunca" en solicitudes similares en el CIAM ni consta que ocurra en otros centros de la Xunta.
Una gestión "autoritaria"
El personal del CIAM, un organismo perteneciente a la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal) y dependiente de la Consellería do Medio Rural, apunta directamente a la gestión de la agencia. Los seis investigadores que se han trasladado denuncian "una gestión autoritaria desde instancias del Agacal", señalando que "desapareció la buena comunicación" que existía y que se observa "una clara falta de empatía" y una "asignación de los recursos interesada y poco clara".
Esta sensación es compartida por la práctica totalidad de la plantilla. El colectivo de investigadores y tecnólogos (funcionarios y personal laboral fijo) ya remitió un manifiesto el pasado mes de diciembre, firmado por 21 de los 23 integrantes del cuadro de personal, donde se alertaba del "abandono absoluto" por parte de la Xunta de Galicia y la "falta de inversión". Denunciaban una carencia de diálogo con la dirección de Agacal que estaba llegando a "una situación difícilmente reconducible".
Aquel manifiesto de diciembre, según los denunciantes, no obtuvo respuesta alguna por parte de la dirección de Agacal ni de la Consellería do Medio Rural, lo que ha llevado al personal a hacer pública la situación de forma reiterada. Galiciapress ha intentado contactar con la Consellería do Medio Rural para obtener su versión sobre estas graves acusaciones, sin obtener respuesta al cierre de esta edición.
De la falta de personal al riesgo laboral
La queja central de los investigadores es la "grave falta de cobertura de plazas" que el CIAM sufre desde hace años. Explican que esta carencia provoca que muchas líneas de investigación se vuelvan "unipersonales", lo que "dificulta enormemente" el acceso a proyectos competitivos, que habitualmente requieren grupos de investigación consolidados. Además, lamentan que las jefaturas de departamento "están desapareciendo, sin explicación ninguna".
El problema no afecta solo a los despachos, sino también al laboratorio y, de forma acuciante, al campo. La escasez de personal de campo, según relatan, está "sobrepasado por el trabajo". Esto ha provocado que "con mucha frecuencia, los propios investigadores tuvieran que abordar tareas de campo para poder mantener los proyectos en marcha, o simplemente para que los animales tuvieran los cuidados básicos".
Esta situación ha llevado a incumplimientos de la normativa de bienestar animal. El personal denuncia la existencia de "cuadras para el ganado muy antiguas" en las fincas dependientes del CIAM, que no cumplen con las medidas de bienestar y presentan "diversas deficiencias". Temen que, de no corregirse la situación, esto aboque "al cierre de las mismas en un futuro próximo".
Equipos obsoletos y un futuro incierto
Igualmente "preocupante" es el estado de la equipación. Los trabajadores describen material de campo y laboratorio "totalmente obsoleto", lo que transmite una "sensación de abandono" y, peor aún, "aumenta el riesgo de accidentes laborales". Citan como ejemplo un "accidente laboral grave" ocurrido recientemente con una máquina que no estaba en condiciones adecuadas, lo que obligó a precintar otra maquinaria que tampoco cumplía la normativa.
El ejemplo más claro de esta obsolescencia es la sala de ordeño del CIAM, que data del año 1994, quedando "totalmente anticuada" respecto a los sistemas modernos que ya son estándar en las explotaciones ganaderas del rural gallego. También señalan que varios equipos de laboratorio dañados en una inundación acontecida en abril de 2022 siguen, más de tres años después, sin ser reparados.
Los investigadores que se marchan ven un "futuro totalmente incierto" y aseguran que el "estímulo para seguir en el CIAM era muy bajo". Su conclusión es que la situación actual no responde a un "obstáculo puntual", sino más bien a un "desmantelamiento planificado" del centro.
El personal que resiste teme el golpe definitivo. Existe un temor generalizado a que la administración aproveche la próxima Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de Agacal para modificar el requisito de doctorado exigido a las plazas de investigador. Si bien esto facilitaría cubrir las vacantes, advierten que "perdería el sentido de un Centro de Investigación competitivo", demostrando el "desconocimiento" de la Subdirección de investigación y de la propia Dirección Xeral.