Porto de Espasante en una foto de Felipe Cuenca en Flickr Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 Generic

 

La regeneración de los calados en los muelles gallegos es una de las demandas históricas del sector pesquero, y el puerto de Espasante, en Ortigueira, no es una excepción. Esta localidad, que antaño presumía de una vibrante flota de bajura, ve ahora en el horizonte una posible solución a la acumulación de sedimentos que dificulta la operatividad. Durante su visita institucional de este miércoles, la conselleira do Mar, Marta Villaverde, ha fijado el año 2026 como la fecha clave para acometer el ansiado dragado, aunque la ejecución final no depende exclusivamente de la administración autonómica.

 

La titular de Mar, acompañada por el presidente de Portos de Galicia, José Antonio Álvarez, y tras atender la invitación del regidor local, ha querido dejar claro que la maquinaria administrativa ya está en marcha, aunque se mueve a un ritmo más lento del deseado por los marineros. El proyecto se encuentra actualmente en una fase embrionaria, atrapado en la burocracia ambiental. Villaverde ha explicado que la Xunta permanece a la espera del informe de evaluación de compatibilidad de la Estrategia Marina, un documento técnico imprescindible que debe emitir el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Solo cuando Madrid dé luz verde a este trámite, el Gobierno gallego podrá formular la declaración de impacto ambiental, redactar el proyecto constructivo y sacar la obra a licitación.

 

Del esplendor pesquero al monocultivo turístico

 

La necesidad de esta intervención va mucho más allá de permitir que las embarcaciones no toquen fondo durante la bajamar. El Puerto de Espasante ha sufrido una profunda transformación socioeconómica en las últimas décadas. Lo que fue un motor económico basado en la extracción de recursos marinos ha visto cómo su flota menguaba drásticamente, cediendo el protagonismo financiero al turismo estacional y la hostelería. Sin embargo, mantener la actividad extractiva es fundamental para conservar la identidad del pueblo y diversificar sus ingresos.

 

En este contexto, el dragado se presenta como una actuación sanitaria para la propia ría. La eliminación de los lodos acumulados no solo mejora la navegabilidad, sino que es crucial para el marisqueo. Al retirar el exceso de arena y fango, se favorece la circulación de las corrientes, lo que aumenta la oxigenación del agua y renueva los nutrientes del sustrato. Esto resulta vital para la productividad de los bancos de bivalvos, permitiendo que las mariscadoras, con las que Villaverde mantuvo un encuentro para escuchar sus demandas, puedan trabajar en condiciones dignas y asegurar la sostenibilidad biológica de las especies.

 

Mejoras urbanas mientras llega la obra de fondo

 

Mientras se despeja la incógnita administrativa del dragado, la administración autonómica ha centrado sus esfuerzos en lavar la cara a la infraestructura terrestre. Durante el recorrido, la comitiva ha supervisado las inversiones realizadas recientemente en el entorno portuario. Las actuaciones han consistido en la renovación integral de los pavimentos y la instalación de nuevas barandillas en el paseo del Malecón, buscando una mayor seguridad para los viandantes.

 

Asimismo, se han destinado fondos a la urbanización del paseo de Ortigueira, una obra que ha incluido la modernización de la red de saneamiento, la mejora del alumbrado público y el acondicionamiento de los firmes. De cara al futuro, además del citado dragado, la Consellería tiene en su hoja de ruta mejorar el acceso peatonal al puerto de Espasante, una medida que busca integrar mejor la fachada marítima con el núcleo urbano y facilitar el tránsito de vecinos y visitantes. Por el momento, el Ministerio de Transición Ecológica no ha emitido declaraciones públicas sobre los plazos estimados para la entrega del informe ambiental que mantiene la gran obra en espera.

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