El fútbol gallego contiene la respiración ante las alarmantes noticias que llegan desde Alemania sobre uno de los protagonistas de su década más gloriosa. Luboslav Penev, el carismático ariete que defendió con eficacia las camisetas de la SD Compostela y del Real Celta de Vigo a finales de los años noventa, atraviesa el momento más crítico de su vida. A sus 59 años, el exjugador se encuentra ingresado de urgencia en una clínica germana, donde los equipos médicos intentan estabilizarlo frente a un agresivo cáncer de riñón.
La situación clínica del exfutbolista es de extrema gravedad, según las informaciones que han trascendido en las últimas horas y que han sido confirmadas por diversos medios de su país natal. El deterioro físico de Penev ha sido rápido y severo en las últimas semanas, presentando una pérdida de peso muy acusada que ha encendido todas las alarmas. Debido a esta fragilidad extrema, los especialistas que lo atienden en Augsburgo han descartado, por el momento, someterle a sesiones de quimioterapia, ya que su organismo no se encuentra en condiciones de soportar la toxicidad del tratamiento oncológico.
El drama personal se ve agravado por la compleja situación logística y económica que conlleva un ingreso de larga duración en el extranjero. Ante este escenario, la familia del jugador ha tenido que solicitar ayuda pública. Kristina Yulianova, esposa del goleador, ha habilitado una cuenta bancaria destinada a recibir donaciones solidarias que permitan sufragar los elevados costes hospitalarios y de manutención en Alemania, donde ella y sus dos hijos permanecen junto a la cama del exdelantero, esperando una mejoría que permita nuevas opciones terapéuticas.
Un ídolo en la memoria de Santiago y Vigo
Para la afición de Galicia, el nombre de Lubo Penev evoca inevitablemente tardes de gloria y barro, de un fútbol que ya no existe. Su llegada a la comunidad se produjo tras tocar el cielo en el Atlético de Madrid del 'Doblete'. Fue la SD Compostela quien logró hacerse con sus servicios en 1996, en una de las operaciones más mediáticas de la historia del club santiagués. En San Lázaro, Penev no solo aportó goles, sino que se convirtió en el líder indiscutible de un equipo que peleaba con orgullo en la élite, regalando a la parroquia compostelana dos temporadas de entrega absoluta e instinto de gol.
Su periplo galaico continuó en la temporada 1998-1999, cuando cambió la capital por la ciudad olívica para enrolarse en las filas del Celta de Vigo. Aunque su estancia en Balaídos fue más breve, su rendimiento fue clave para cimentar los inicios del recordado EuroCelta. En el sur de Galicia, el búlgaro demostró que, pese a la veteranía, conservaba intacto el olfato goleador que le había convertido en uno de los extranjeros más rentables de LaLiga, cerrando así un ciclo en el noroeste peninsular donde se ganó el respeto de dos aficiones rivales.
Más allá de su paso por Galicia, la trayectoria de Penev en España es la de uno de los delanteros más letales de la década de los noventa. Antes de aterrizar en tierras gallegas, ya había brillado en el Valencia CF, donde militó seis campañas, y en el Atlético de Madrid, club con el que alcanzó la cima al conquistar la Liga y la Copa del Rey en la inolvidable campaña 1995-96. Su currículum se completa con su estatus de leyenda en el CSKA de Sofía y su papel como referente en la selección de Bulgaria, con la que disputó el Mundial de Francia 98 y la Eurocopa de 1996.
Solidaridad ante la reincidencia de la enfermedad
La crueldad del destino ha querido que Penev tenga que enfrentarse de nuevo a una batalla que ya creía ganada, aunque en un escenario diferente. El mundo del fútbol recuerda con admiración cómo, en 1994, el jugador superó un cáncer testicular diagnosticado cuando militaba en el conjunto valencianista. Aquel episodio le privó de participar en el mítico Mundial de Estados Unidos, donde su selección hizo historia, pero su recuperación y posterior regreso a los terrenos de juego se convirtieron en un ejemplo de superación que hoy sirve de esperanza ante este nuevo diagnóstico renal.
Las reacciones de apoyo no se han hecho esperar, llegando desde todos los rincones del continente y uniendo a antiguos compañeros y rivales. Figuras de la talla de Hristo Stoichkov, compañero de mil batallas y Balón de Oro, han querido enviar mensajes de fuerza, asegurando que confían en ver a su amigo recuperado. También el exjugador Valeri Bozhinov ha utilizado sus redes sociales para recordar a Penev que no está solo en esta lucha, destacando que su espíritu combativo es una inspiración para todos los que ahora siguen con angustia su evolución clínica.
Desde las instituciones, el respaldo también ha sido inmediato ante la gravedad del cuadro médico. La Unión Búlgara de Fútbol ha emitido un comunicado oficial expresando su profundo dolor por las noticias que llegan desde Alemania, pero aferrándose a la fortaleza mental que siempre caracterizó al "Lubo" jugador. Mientras los médicos evalúan los siguientes pasos a dar en función de cómo responda su cuerpo, el fútbol gallego, español y búlgaro se une en un deseo común: ver ganar al "9" su partido más difícil.