Archivo.- Representantes de médicos y facultativos de Galicia de SIMEGA y O'MEGA en la concentración frente al Ministerio de Sanidad

 

El Sindicato Médico de Galicia (SIMEGA) ha anunciado su apoyo a las huelgas convocadas a nivel estatal y autonómico para los días 9, 10, 11 y 12 de diciembre, una movilización que busca frenar el borrador del Ministerio de Sanidad que, según denuncian, pretende imponer nuevas condiciones laborales al personal médico y facultativo sin negociación previa. La organización gallega se une así a la Agrupación Profesional por un Estatuto Propio para el Médico y Facultativo (APEMYF) en la defensa de un marco normativo específico que reconozca las particularidades de su trabajo dentro del Sistema Nacional de Salud.

 

Ambas entidades insisten en que el personal médico necesita un Estatuto Propio, que garantice una clasificación profesional adecuada y unas retribuciones justas y homogéneas en todas las comunidades autónomas. Critican que las notables diferencias salariales existentes en el Estado fomentan una “dinámica perversa” que obliga a muchos facultativos a realizar extensas jornadas de guardia, con graves consecuencias sobre su descanso, su salud mental y su derecho a la conciliación familiar.

 

En el centro de las reivindicaciones se sitúa la regulación de las guardias médicas, para establecer límites claros al número máximo que puede asumir cada profesional y definir de manera racional la duración total de las jornadas. De este modo, SIMEGA y APEMYF demandan una reforma que termine con los abusos laborales en el SNS, donde las guardias infinitas se han convertido, a su juicio, en una práctica habitual e insostenible.

 

Otro de los ejes de su lucha radica en el reconocimiento de la penosidad del trabajo médico y la necesidad de facilitar una jubilación anticipada para este colectivo. Ambos organismos reclaman que en esta negociación participen el Instituto Nacional de la Seguridad Social y los ministerios competentes, destacando que el trabajo prolongado y no ordinario en turnos de guardia debería ser considerado especialmente penoso por su carga física y emocional.

 

Además, SIMEGA recuerda que la problemática no se reduce solo al plano retributivo, sino que afecta también a la dignificación profesional y al propio modelo organizativo del sistema sanitario. La presión asistencial, la burocratización excesiva y la carencia de incentivos reales agravan, según sus portavoces, la crisis de motivación y sobrecarga que atraviesa la profesión médica, especialmente entre los facultativos jóvenes.

 

Negociación con el Sergas

En paralelo a este conflicto estatal, el Sindicato Médico de Galicia mantiene abiertas las negociaciones con el Servizo Galego de Saúde (Sergas), centradas en las mejoras de la Atención Hospitalaria y, muy especialmente, en las urgencias y las guardias localizadas. Según SIMEGA, el objetivo es consolidar los acuerdos alcanzados en noviembre pasado que permitieron desconvocar la huelga del 26-N y avanzar en el cumplimiento de los compromisos firmados por la Xunta.

 

Entre esos acuerdos figura la voluntariedad para realizar guardias en Atención Primaria de manera incentivada, incluyendo las de los sábados por la mañana; la eliminación progresiva de la categoría de Facultativo Especialista de Área Provisional (FEAP); la limitación de las agendas a 30 actos clínicos diarios; una reducción de las tareas burocráticas que recargan el trabajo de los médicos; y la garantía de que el acceso a las especialidades médicas se realice exclusivamente mediante la vía MIR, fórmula que, según el sindicato, garantiza transparencia y calidad profesional.

 

SIMEGA asegura que estos compromisos suponen un avance importante para los facultativos gallegos, aunque recalca que aún falta concreción en los plazos y en la aplicación de varias medidas. Por esa razón, reiteran la necesidad de que el Sergas mantenga una negociación ágil y abierta durante las próximas semanas para evitar nuevos conflictos laborales.

 

Desde la organización médica se subraya que, pese a su implicación en el proceso negociador con la Xunta, su adhesión a las huelgas nacionales refleja un rechazo conjunto al actual modelo de gestión del personal médico en España. Consideran imprescindible un cambio estructural que devuelva a los profesionales el protagonismo en la toma de decisiones y en la planificación sanitaria, alineando las condiciones laborales con la responsabilidad y la carga asistencial que asumen.

 

Por su parte, desde APEMYF insisten en que un Estatuto Propio del Médico y Facultativo es el paso imprescindible para asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario y atraer talento al sector público. Subrayan que la precariedad, la sobrecarga de trabajo y la falta de reconocimiento han provocado un creciente abandono de plazas y una migración de profesionales hacia la medicina privada o hacia otros países europeos con condiciones más favorables.

 

En este contexto, la convocatoria de huelga se enmarca en una estrategia de presión a nivel estatal que pretende forzar al Ministerio de Sanidad a retomar el diálogo con las organizaciones médicas. Las protestas, además de denunciar el contenido del borrador ministerial, buscan abrir la puerta a un nuevo marco normativo que refleje la realidad del ejercicio médico del siglo XXI, marcado por la alta demanda asistencial, la digitalización y la creciente complejidad clínica.

 

SIMEGA y APEMYF coinciden en que no se trata únicamente de una reivindicación salarial, sino de una defensa integral de la profesión médica en un contexto de deterioro progresivo de la sanidad pública. Los sindicatos recuerdan que la calidad de la atención a los pacientes depende directamente de las condiciones de trabajo de los facultativos, y que el agotamiento y la falta de motivación acaban repercutiendo en la salud colectiva.

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