La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha resuelto mediante un acuerdo de conformidad el juicio contra un hombre acusado de intentar asesinar a su compañero de piso en una casa abandonada y en mal estado situada en la capital pontevedresa.
El joven ha confesado que en junio de 2024 le rajó el cuello a un compañero con el que vivía en una casa okupada en el barrio de A Seca y aceptó cumplir una pena de cuatro años de prisión, además de pagar una indemnización de 3.000 euros al agredido y cumplir con la prohibición de acercarse a su víctima durante 5 años.
La Fiscalía solicitaba inicialmente para él seis años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa. Tras el acuerdo de conformidad, el Ministerio Público tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de alteración psíquica por consumo de estupefacientes y alcohol y reconoce que sufre un trastorno de desajuste conductual grave que hizo que en el momento de los hechos "tuviera sus facultades intelectivo-volitivas afectadas de modo moderado-grave".
Delante del tribunal el procesado, que en el momento de los hechos tenía 20 años, se dirigió a su víctima, que entonces tenía 47 años, diciendo "quiero pedirle perdón", ha manifestado, "en ese momento, estaba muy mal debido al consumo de tóxicos", ha justificado.
"Ahora mismo, lo que necesito, para mi bien, es salir de prisión lo antes posible, para poder tratarme adecuadamente para mejorar mi estado de salud mental y físico", ha añadido.
Según el relato de lo sucedido que recoge el escrito de acusación de la Fiscalía y aceptado por el procesado, los hechos se remontan a la madrugada del 6 de junio, alrededor de las 00.45 horas, cuando ambos convivientes mantuvieron una "breve y áspera discusión" en la planta baja de la vivienda, iluminada únicamente por la linterna del teléfono móvil del acusado.
En ese contexto, el acusado actuó "con la intención de acabar con la vida" de su compañero tomando una cuchilla utilizada en automodelismo, guardada en un estuche de su propiedad, y propinándole un profundo corte longitudinal en el lado izquierdo del cuello.
La víctima, al darse cuenta de la abundante hemorragia, pidió ayuda al acusado, quien supuestamente retuvo el teléfono móvil para dejarlo "en situación de desamparo". El herido improvisó entonces un torniquete con una prenda y salió a la calle para buscar auxilio, mientras era seguido por el procesado, que aún sostenía la cuchilla.
En el exterior, el acusado habría tratado de continuar la agresión, mientras la víctima se defendía arrojándole unas maderas encontradas junto a un contenedor. Finalmente, el herido logró detener un vehículo cuyos ocupantes avisaron a los servicios de emergencia.
Poco después llegaron agentes de la Policía Nacional y una ambulancia, que trasladó al hombre al hospital Montecelo. El acusado, por su parte, huyó del lugar al ver que la víctima recibía auxilio, pero fue detenido poco después.
En su mochila, los agentes intervinieron el teléfono de la víctima y un estuche con varias cuchillas de automodelismo. La hoja que faltaba era la empleada en la agresión y de la que el acusado se habría deshecho antes de su arresto.