El secretario xeral da Lingua, Valentín García, siguió el desarrollo de las pruebas Celga que, por primera vez, se pudieron realizar en línea y para las que se recibieron más de 600 solicitudes.
Según explicó en la sede de la Axencia Galega para a Modernización Tecnolóxica de Galicia, este avance permite "llegar a más personas en el objetivo de validar y acreditar el dominio del gallego", puntualizando que "esta fue una primera experiencia que queremos seguir ampliando teniendo en cuenta la gran demanda, tanto aumentando las plazas como los niveles".
Así, recordó que Galicia "es pionera" con esta iniciativa, al convertirse en la primera Comunidad de las que cuentan con idioma cooficial en implantar este tipo de pruebas telemáticamente, con el objeto de que cualquier persona pueda evaluar sus competencias en lengua gallega y obtener una titulación oficial sin limitación física o geográfica.
En este sentido, tal y como explicó Valentín García, los exámenes se limitaron a 100 plazas para las que se recibieron solicitudes procedentes de Galicia, León, Asturias, Valladolid, Madrid, Murcia, Burgos, La Rioja, Barcelona, Vizcaya, Castellón, Zamora y mismo Portugal.
Asimismo, recordó que los exámenes realizados este viernes se corresponden con el nivel 4 del Celga y que las plazas fueron asignadas a través de un sorteo aleatorio realizado el pasado 5 de noviembre en un acto público.
La Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia realizó el diseño, adaptación y puesta en marcha de la plataforma a través de la que se realizaron las pruebas.
Además, se encargó de prestar el servicio completo de soporte y monitorización, tanto en la fase de inscripción y realización de las pruebas previas por parte del alumnado como el seguimiento y control de la correcta ejecución de los exámenes en su conjunto.
La prueba en línea siguió los mismos parámetros que las presenciales. De este modo, el examen escrito constó de dos partes disponiendo de un máximo de tres horas para realizarlas.
En cuanto al oral, la duración aproximada fue de treinta minutos y se estructuró en cuatro partes: lectura de un texto, resumen y exposición oral a partir de un enunciado relacionado con el tema y, finalmente, respuesta oral a diversas cuestiones también vinculadas con el documento.
Para su realización y correcto control, las personas solicitantes permitieron el acceso del sistema a su cámara web durante el tiempo de duración de la prueba con el objeto de verificar que esta se estaba realizando de manera autónoma y sin ayudas externas.
Además, fue necesario hacer la prueba con un teléfono móvil, permitiendo que el sistema había controlado el puesto de la persona desde un segundo punto de vista diferente al obtenido por la propia cámara web del ordenador.