Archivo.- Una pasada protesta de trabajadores de ENCE durante las movilizaciones contra el ERE

La jornada de huelga ha tenido un alto impacto en la planta de la ría de Pontevedra, donde la actividad se detuvo completamente desde primera hora de la mañana. Los trabajadores aseguran que la propuesta de ajuste de personal impulsada por la empresa pone en riesgo el futuro del empleo industrial en la comarca, en un momento delicado para la transformación energética y ambiental que afronta la fábrica de Lourizá.

 

En paralelo a la huelga, los trabajadores viaron hoy a Santiago de Compostela para concentrarse frente a la sede del complejo administrativo de la Xunta de Galicia, donde exigieron la mediación del Gobierno autonómico ante la situación laboral que se vive en la planta. Sus reclamaciones han caído en saco roto, por ahora ni el presidente de la Xunta ni siquiera alguno de sus conselleiros se ha dignado a recibirlos.

 

Las organizaciones sindicales insisten en que la Xunta debe implicarse activamente, dado el impacto socioeconómico que el ajuste tendría en la comarca de Pontevedra y en el tejido industrial gallego.

 

 

 

 

 

El ERE afecta no solo a la factoría de Lourizán, sino también a otros centros del grupo en Galicia, donde Ence mantiene actividad vinculada a la transformación de la madera y la generación de energía a partir de biomasa. Sin embargo, la mayor preocupación se concentra en la planta pontevedresa.

 

Durante los últimos días, la tensión ha ido en aumento. El pasado viernes, parte de la plantilla se concentró también en la capital gallega, en una movilización desarrollada ante las puertas de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG). Con pitos, pancartas y consignas, los manifestantes quisieron visibilizar su rechazo al ERE y reclamar a las instituciones apoyo en la defensa del empleo.  

 

Desde la dirección de la empresa, se defiende que la medida responde a criterios de reestructuración y eficiencia organizativa, en un contexto de cambios de mercado debido al desplome de la cotización de la pasta de papel en los mercados internacionales.  

 

La unidad mostrada por la plantilla hoy refuerza, según los sindicatos, su determinación para mantener la presión hasta lograr una solución negociada. Una unidad  de acción en Galicia que no existe con otros centros fuera de la comunidad. En la planta de Navia los sindicalistas intentaron negociar un plan de bajas incentivadas y ante su fracaso la empresa amenaza con un ERE. En la fábrica de Asturias no hay huelga. Por su parte, los trabajadores de las oficinas de Madrid han criticado las protestas en Pontevedra. 

 

Protesta de los trabajadores de ENCE frente a la sede de la Xunta en Santiago

 

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