En un acto celebrado en Cáceres en plena campaña electoral en Extremadura, el jefe del Ejecutivo combina autocrítica con defensa firme de su gestión, situando al Gobierno como garante de derechos sociales y estabilidad frente a una oposición que intensifica las críticas por la situación interna del PSOE y la percepción de debilidad política.
Autocrítica en tiempos de crisis
Pedro Sánchez reconoce que el partido y el Gobierno han cometido fallos en la gestión de situaciones delicadas, especialmente en casos de acoso sexual dentro de la organización socialista, como el relacionado con el exasesor Paco Salazar. “Habremos cometido errores, como todos. Pero siempre tenemos que recordar lo importante, y es que todos los derechos y todas las libertades de las mujeres han venido de la mano de las mujeres y del Partido Socialista Obrero Español. Todos ellos”, afirma el presidente, defendiendo la trayectoria legislativa en derechos de las mujeres pese a las controversias recientes.
Este reconocimiento se produce en medio de una crisis interna del PSOE, marcada por tensiones por la manera en que se han abordado las denuncias por acoso y por investigaciones de corrupción que han salpicado a figuras relevantes del partido. La gestión de estos casos ha sido considerada “nefasta” por líderes territoriales del propio PSOE, especialmente porque las denuncias de acoso sexual no fueron atendidas con la celeridad necesaria y tardaron meses en activarse los protocolos internos.
Defensa de la gestión y logros sociales
A pesar de admitir errores, Sánchez subraya que su Ejecutivo ha generado beneficios concretos para distintos sectores sociales, destacando avances en pensiones, becas, salario mínimo y protección frente a la violencia de género. “A los españoles les renta este Gobierno: les renta a los jubilados con subidas de pensiones; a los jóvenes por las becas; a los trabajadores con la subida del SMI; a las mujeres que sufren violencia de género porque defendemos sus derechos y no damos un paso atrás”, afirma el presidente, en una defensa explícita de su gestión económica y social.
Sánchez recalca que el valor de gobernar radica en afrontar las crisis complejas —como la pandemia, la guerra internacional y la dependencia energética— y ofrecer soluciones, frente a la pasividad que él atribuye a gobiernos anteriores. “Merece la pena gobernar, aunque sea en estas circunstancias”, insiste, defendiendo su continuidad al frente del Ejecutivo.
Respuesta ante acusaciones de la oposición
La defensa del presidente se acompaña de críticas directas a la oposición, especialmente al Partido Popular y a su líder Alberto Núñez Feijóo. Desde el PP, Feijóo acusa a Sánchez de intentar encubrir tanto la corrupción como los comportamientos machistas dentro del PSOE, llegando a calificarle de “cínico” e “hipócrita” por su actuación y la supuesta protección de casos delicados dentro de su formación.
Además de Feijóo, otros dirigentes conservadores han llegado a pedir la convocatoria de elecciones anticipadas como respuesta a la acumulación de escándalos, argumentando que la situación política requiere una nueva dirección y rendición de cuentas clara del Ejecutivo.
Tensiones internas en el PSOE
La autocrítica pública de Sánchez también coincide con reportes sobre tensiones internas en el PSOE, que algunos analistas describen como un ambiente de “canibalismo interno” frente a la percepción de debilidad del partido ante los escándalos actuales. Algunos sectores del socialismo señalan que la erosión de la confianza interna complica la toma de decisiones y la consolidación de una estrategia unificada de cara a las elecciones y al futuro del liderazgo.
Ampliando la lucha contra abusos y corrupción
Frente a las críticas y la reacción social e institucional, el PSOE ha procurado fortalecer sus protocolos de acoso y mejorar los mecanismos de respuesta interna. Este impulso incluye revisiones a los sistemas de denuncia y la promesa de medidas más firmes para proteger a las víctimas y prevenir conductas incompatibles con los valores declarados por el partido.
Este esfuerzo se enmarca en un contexto más amplio de debate social sobre la credibilidad de los partidos tradicionales para gestionar con transparencia los temas de acoso y corrupción, en el que el PSOE busca equilibrar su trayectoria de políticas progresistas con la exigencia de mayor responsabilidad y acción frente a los errores admitidos.
Un liderazgo en disputa
El presidente reafirma su compromiso con la continuidad del proyecto político que encabeza, rechazando la idea de adelantar elecciones generales pese a las presiones políticas y mediáticas. Asegura que su objetivo no es solo mantener el Gobierno, sino también consolidar las reformas sociales y enfrentar los retos futuros con medidas que garanticen derechos y estabilidad.
En este contexto, Sánchez sitúa la responsabilidad de gobernar como una tarea que justifica seguir adelante, pese a los errores reconocidos y a las dificultades actuales, presentando una hoja de ruta basada en transparencia, defensa de libertades y respuesta activa ante los problemas que enfrenta la sociedad.