La investigación se desarrolló a lo largo de la semana pasada, cuando los agentes realizaron diversas inspecciones en varias compañías de envíos situadas en distintos puntos de O Salnés. En el transcurso de la revisión, los funcionarios detectaron varios paquetes sospechosos que, al ser sometidos a un análisis más exhaustivo, contenían bolsas de plástico termo selladas llenas de una sustancia vegetal de color marrón.

Los agentes identificaron el contenido como picadura de tabaco que, tras las comprobaciones pertinentes, resultó no estar amparada por ningún tipo de control fiscal o sanitario, lo que confirmaba su carácter ilegal. En total, se intervinieron cuatro paquetes que sumaban 25 kilos de tabaco picado, un volumen significativo considerando las dimensiones del mercado ilícito de este tipo de productos en Galicia.

 

El Instituto Armado ha señalado que se procedió a interponer las correspondientes denuncias tanto contra el remitente como contra el destinatario de los paquetes, al considerarse que ambos tienen responsabilidad en el envío y recepción de mercancía ilegal. Las denuncias fueron tramitadas por presunta infracción de la normativa sobre el impuesto especial de labores del tabaco y por vulnerar las disposiciones del comercio y transporte de productos sin trazabilidad.

 

Fuentes del cuerpo precisan que el tabaco incautado carecía de precintos fiscales o etiquetas identificativas, lo que lo convierte en un producto no sometido a los controles oficiales exigidos para su comercialización en España. Este tipo de picadura suele proceder de circuitos paralelos al mercado legal, muchas veces vinculados a redes organizadas que distribuyen tabaco a granel o semielaborado sin pasar por los debidos controles tributarios.

 

Desde la Guardia Civil señalan que este tipo de mercancías entra en Galicia a través de envíos postales o de paquetería, aprovechando la enorme cantidad de paquetes que se mueven a diario entre empresas y particulares. El modus operandi habitual consiste en fraccionar el tabaco en bolsas de menor tamaño y distribuirlo a través de varias agencias, intentando dificultar su detección y el seguimiento de su origen.

 

Guardia Civil de Vilgarcía

La patrulla de Fiscal y Fronteras de Vilagarcía desempeña un papel destacado en la vigilancia de este tipo de movimientos, controlando tanto los flujos de mercancías por carretera como el tránsito en los muelles de la ría. Las operaciones se centran en prevenir el fraude fiscal y proteger la salud pública, ya que el tabaco sin control sanitario puede contener sustancias tóxicas, contaminantes o restos de residuos químicos que suponen un riesgo para el consumidor.

 

En este sentido, el Instituto Armado ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para evitar el consumo de tabaco de procedencia desconocida, subrayando que su elaboración y conservación no siguen ningún criterio de seguridad. Advierten de que puede contener niveles peligrosos de sustancias nocivas como metales pesados, pesticidas o mohos derivados de un almacenamiento incorrecto. Estas condiciones aumentan el riesgo de enfermedades graves, desde afecciones respiratorias hasta patologías más severas como el cáncer.

 

Además de los riesgos para la salud, la Guardia Civil recuerda que la compra de este tipo de tabaco contribuye al fraude fiscal y al financiamiento de redes ilegales, que no solo evaden impuestos, sino que también afectan a la economía del sector tabaquero legal. Según estimaciones del Ministerio de Hacienda, el comercio ilícito de tabaco origina cada año pérdidas millonarias en recaudación impositiva y pone en desventaja a los negocios que cumplen la normativa.

 

Las autoridades mantienen una línea de trabajo constante para detectar nuevas rutas y métodos de distribución empleados por los contrabandistas, tanto a nivel nacional como internacional. En Galicia, el control sobre el tabaco ilegal ha cobrado especial relevancia en los últimos años, dado que la comunidad sigue siendo una de las puertas de entrada de productos de contrabando en la península.

 

El refuerzo de las inspecciones en empresas de transporte y mensajería responde precisamente al aumento de operaciones detectadas a través de canales logísticos convencionales, un fenómeno que se ha incrementado con el auge del comercio electrónico y la facilidad para enviar pequeños paquetes. Estas prácticas han obligado a las fuerzas de seguridad a intensificar la cooperación con las compañías de paquetería para identificar patrones sospechosos y reforzar la trazabilidad de los envíos.

 

La Guardia Civil recuerda que cualquier actividad sospechosa relacionada con la venta o distribución de tabaco sin control fiscal puede ser comunicada de manera anónima a través de los canales habilitados por el cuerpo, contribuyendo así a la lucha contra el contrabando.

 

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