Comparecencia del Govern tras la firma.


Una vez que la mayoría independentista logró aprobar con nocturnidad la ley del referéndum, el presidente catalán, Carles Puigdemont, reunió con carácter de urgencia al Consell Executiu para aprobar el decreto de convocatoria del 1-O.


Con este gesto, Puigdemont se asegura -aunque solo sea por unas horas- un efecto dramático: que dicha ley y la convocatoria del referéndum ilegal esté en vigor hasta que el Tribunal Constitucional (TC) lo tumbe este 7 de septiembre, a muy pocos días del la Diada.


El incidente de ejecución de sentencia presentado por el presidente del Gobierno insta al Tribunal a no limitarse a una "mera declaración de nulidad" de los actos impugnados y a acompañar esta decisión de "todas aquellas medidas que sean necesarias para evitar la continuación de la vía de hecho del Parlament en el llamado proceso de secesión de Catalunya".


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