Carmen Franco, hija del dictador Francisco Franco, ha muerto en Madrid a los 91 años de edad a causa de un cáncer terminal. Su fallecimiento se produce solo un día después de que el Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid admitiese a trámite la demanda civil presentada por el Ayuntamiento de Santiago de Compostela para recuperar las estatuas del Isaac y Abraham, obras del Mestre Mateo.


El pasado jueves el Ayuntamiento de Santiago informó de que el juzgado madrileño había admitido a trámite la demanda civil presentada contra Carmen Franco para recuperar las obras del Mestre Mateo, para lo que se hizo una labor de recopilación documental que acreditaba la titularidad municipal de las piezas.


Ahora, el fallecimiento de la hija del dictador deja abiertas dos posibilidades sobre la demanda: en caso de que la fallecida hubiese recibido ya la notificación del Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid, la demanda pasa automáticamente a sus herederos. De no haberse notificado la demanda a tiempo, habría que realizar un trámite jurídico para trasladarla a sus herederos. De cualquier manera, la muerte de la hija de Franco solo cambia la forma, no el contenido o la finalidad de la misma.


El Juzgado emplaza, en el escrito de admisión a trámite, a la demandada a contestar en el plazo de 20 días hábiles sobre la situación de las figuras. Ahora tendrán que ser sus herederos los que respondan ante la justicia. Contra la resolución cabía recurso de reposición en el plazo de cinco días, pero su interposición no tiene efectos suspensivos.


Pero no es la única situación polémica de los Franco en Galicia, ya que este verano volvió a la palestra el Pazo de Meirás, en donde los Franco siguen disfrutando estancias de verano. Este inmueble, bien de interés cultural (BIC) desde 2011 y que tiene que ser abierto al público, ha sido objeto de la polémica porque la ‘Fundación Nacional Francisco Franco’, el organismo que se hace cargo de la administración del Pazo, afirmó que utilizaría las visitas guiadas para ensalzar la figura del dictador. En este caso, existen varias plataformas que luchan porque la propiedad vuelva a dominio público, y la propia Xunta ha admitido que apoyará la devolución del Pazo.

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