A pesar de los acontecimientos en las últimas semanas, en el ayuntamiento de Lugo se vive por el momento una calma tensa, a la espera que se concrete si finalmente se propondrá la moción de censura contra Lara Méndez. Desde el consistorio afirman que se sigue trabajando "con total normalidad" tras perder la confianza del pleno en la sesión celebrada el pasado 27 de diciembre, y ha apuntado que la posibilidad de una moción de censura existe "desde el principio", dada la "aritmética de los grupos" de la Corporación, donde el PSOE gobierna en minoría contando con 8 de los 25 ediles.


Miguel Fernández, portavoz municipal, manifestado en rueda de prensa que la situación no evita que se siga llevando adelante su "programación de trabajo" para avanzar en su modelo de ciudad.


Con respecto a la actitud de los grupos que apoyaron la investidura de Méndez, BNG y Lugo Novo (y que le han retirado su confianza), Miguel Fernández ha señalado que el gobierno local socialista es "absolutamente respetuoso con las posturas de cada uno". "La aritmética de los grupos es la que es desde el principio, había la posibilidad de la moción de censura y sigue existiendo", ha constatado, en alusión al reparto de representantes.


El portavoz ha recordado que el gobierno se sometió a una cuestión de confianza vinculada a los presupuestos municipales, algo que consideraban "fundamental", pero el equipo de Lara Méndez perdió la votación. "Hay un mes para presentar la moción de censura, y no hay nada más que decir, cada uno verá la postura que defiende", ha añadido.


Miguel Fernández, quien ha rechazado hacer comentarios sobre la posible incorporación de ediles del actual gobierno en uno alternativo, ha incidido en que la alcaldesa y su equipo están dispuestos al diálogo y a facilitar la información que se les reclame con "transparencia", y ha puesto como ejemplo de ello la elaboración de los presupuestos, pese a las críticas del resto de formaciones políticas.

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