Una lucense narra ante el juez las agresiones de su marido, al que acusa de violarla amenazándola con un bate

Una mujer lucense ha narrado este jueves ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial las agresiones de las que, supuestamente, fue víctima por parte de su marido, al que también acusa de haberla violado amenazándola con un bate.

La Audiencia Provincial ha acogido la primera de las sesiones de este juicio, en el que Fiscalía pide para el acusado 26 años de cárcel por maltrato continuado y violación.

La mujer, que declaró por videocoferencia, ha realizado un pormenorizado y duro relato de la convivencia con su marido, del que está en trámites de separación, y, entre sollozos, ha recordado episodios de "humillaciones" y "agresiones" que, según ha contado, sufrió en su vivienda de Ferreira de Valadouro.

Además, ha hecho referencia a que el acusado era consumidor habitual de cocaína, algo que ha reconocido el propio procesado. "Nunca dejó de consumir. Yo pienso que consumía siempre", ha dicho la mujer.

Esta adicción era lo que provocaba que le pidiera a la víctima "constantemente" dinero, ya que él había dejado de trabajar "en 2014 ó 2015" en un aserradero de la zona luego de haber agredido a su jefe. Para sufragar este consumo, la mujer pedía "adelantos" en su trabajo o "a sus padres".

La situación llegó a un punto en el que incluso la madre del acusado (J.J.G.) llegó a animar a su nuera para que lo denunciara "ante la guardia civil", cosa que hizo en julio de 2017 luego de un episodio donde la habría llegado a violar. El estremecedor relato llevó al presidente del tribunal a interrumpir a la víctima para que se "tranquilizara".

Entre las cosas que ha contado ante el juez, la mujer ha narrado una violación. "Me giro y lo veo con un bate de béisbol, me dijo que me iba a enterar de quien mandaba en casa. Me quedé paralizada. Trataba de esquivar los golpes para que no me diera en la cabeza o en la cara", ha descrito la mujer.

Además de "humillaciones e insultos", la víctima ha narrado "empujones" y "puñetazos" que, en alguna ocasión, implicaron también a alguna de sus hijas.

CONDICIONADO POR LA COCAÍNA
Previamente, el acusado, en su declaración, ha intentado ampararse en "una vida condicionada por la cocaína", confesando que tenía "paranoias y alucinaciones". "Yo tenía mal humor", ha justificado.

Sin embargo, el hombre ha negado en todo momento que violara a la mujer, o que la amenazara de muerte, aunque sí ha reconocido que se producían "agresiones" por parte de ambos "habitualmente".

Ante la pregunta de la acusación acerca de si una de sus hijas "le tiene miedo", no ha tenido reparos en admitir que "es posible que tuviese miedo". "Pero sé que mi hija me quiere", ha zanjado.

La fiscalía pide para el hombre 26 años de cárcel por malos tratos habituales en el ámbito familiar, agresión sexual, lesiones, coacciones y maltrato. El hombre permanece ingresado en prisión desde el último episodio de violencia doméstica, en julio del pasado año.

LIBRE ABSOLUCIÓN
El abogado de la defensa, Fernando Lebredo, ha avanzado, antes de entrar en sala, que iba a pedir la libre absolución, "por entender que no cometió ninguna agresión sexual. "Y también alegamos que la tensión en el matrimonio era como consecuencia de un consumo reiterado de cocaína durante más de veinte años. Eso pudo afectar a sus facultades. Mi cliente no acepta y creemos que no está probado, ningún tipo de agresión sexual", ha zanjado.

"No creemos que existiera violencia de tipo machista, sino un problema de consumo de drogas reiterado en el tiempo que pudo dar lugar a situaciones de tensión", ha reiterado finalmente el abogado del procesado.