La CEG se reúne este jueves con el borrador de estatutos casi listo y la convocatoria de elecciones en el horizonte

Lugo y Pontevedra difieren sobre si establecer ya el calendario para los comicios o concluir la reforma estatutaria

La confederación de empresarios de Galicia (CEG) celebra en la mañana de este jueves un comité ejecutivo que abordará, entre otras cuestiones, la situación de la reforma de los estatutos de la institución y las futuras elecciones para elegir nuevo presidente.

Ante la vacante en la presidencia desde la salida de Antón Arias, la patronal gallega está regida por una junta de vicepresidentes, con Antonio Fontenla como portavoz por edad.

Algunos representantes de la organización como el de Lugo, Jaime López, considera que es el momento de convocar comicios y así lo planteará en el encuentro.

Por su parte, el responsable de los empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, en declaraciones a Europa Press, muestra su "sorpresa" por la petición de Lugo, puesto que "acaba de terminar el trabajo" de la comisión de estatutos y "se llegó a un borrador con gran consenso y diferencias pequeñas".

En su opinión, en 15 días podría estar listo el documento definitivo, que debería ir a la asamblea, para que fuese este órgano el que validase los nuevos estatutos.

La nueva propuesta de estatutos contempla novedades como la limitación de mandatos y la incompatibilidad para presidir la CEG y una confederación provincial.

CRISIS
Las tensiones internas en la CEG se arrastran desde la época de José Manuel Fernández Alvariño, que sustituyó a Fontenla en 2013. Críticos con su gestión bloquearon sus apenas dos años de gobierno, al atribuirle supuestas irregularidades en los gastos de la confederación.

A él le dio el relevo Antonio Dieter Moure, que se alzó en la presidencia de la CEG por 10 votos frente a su rival, el también ourensano José Manuel Pérez Canal. Moure estuvo menos de un año en el cargo y, aunque alegó motivos personales, los problemas en el seno de la patronal fueron clave en su salida.

Mientras, en su adiós ante los periodistas, Antón Arias dijo que esperaba que su decisión sirviese como un revulsivo a la institución, a modo de "catarsis", para que sus integrantes reflexionasen y pensasen "más en los intereses del conjunto que en intereses personales".