Unos padres de Oleiros reclaman vía judicial que se reconozca a su hijo una discapacidad por una enfermedad degenerativa
Sostienen que la Xunta lo trató como "un trastorno común", lo que le impide al menor percibir ayudas
Unos padres de Oleiros (A Coruña) han reclamado, por vía judicial, que se reconozca a su hijo de 17 años una discapacidad por una enfermedad degenerativa que, según los progenitores, fue tratada por el Equipo de Orientación y Valoración de Discapacidades de la Xunta como "un trastorno común".
Después de que este martes se celebrase en un juzgado de lo social la vista tras la demanda presentada por los padres --un juicio que continuará el 23 de abril con el testimonio del forense que ha emitido un informe--, la madre del menor, Sandra Llopis, ha asegurado a Europa Press que lo que quieren es "que se reconozca la verdadera enfermedad" de su hijo.
También afirma que han optado por acudir a los tribunales, después de no recibir una respuesta satisfactoria a sus escritos ante la administración y tras una primera valoración de su hijo en 2014. "Intentamos hacerles ver por las buenas que habían cometido un error", señala a este respecto.
De la enfermedad de su hijo, explica que se la conoce como "aniridia bilateral congénita y degenerativa" y que también ella la padece. "Nacemos sin iris y eso trae otras enfermedades asociadas como problemas de retina, glaucoma...". Frente a lo que le ocurre a su hijo, señala que, en su caso, se le reconoció una minusvalía grave del 89%.
PÉRDIDA DE VISIÓN
Al menor, tras la evaluación que se le realizó, "la Xunta le da un porcentaje ridículo del 54%", añade Sandra Llopis. Sin embargo, insiste en que el menor "solo ve un 24%", pero tampoco en su totalidad ya que lo hace de forma distorsionada. "Y va a perder visión porque no hay cura", explica recordando lo que también le ha sucedido a ella.
Sandra Llopis apela a los informes médicos de los que disponen, pero también al del forense. "Favorable a nosotros", asegura tras criticar que el equipo de valoración de la Xunta hablase, en un primer momento, de "trastorno común" y luego "quisiese disfrazarlo diciendo que lo incluía en las 'enfermedades sensoriales y otras'".
Además de los problemas que conlleva esta enfermedad para su hijo, afirma que, el hecho de que la administración no le reconozca la discapacidad que entienden le corresponde, supone para el menor "la pérdida de derechos, de ayudas que necesita para estudiar".
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