#Claves de la semana

​Estos son los diez ayuntamientos gallegos que han aumentado su deuda en cuatro años

En las pasadas elecciones municipales los vecinos de las 313 localidades que componen Galicia tuvieron la posibilidad de o bien castigar a sus regidores apartándolos del mando o bien premiarles con un nuevo mandato. Sin embargo, hay diez gobernantes locales que aumentaron la deuda durante la anterior legislatura: cuatro en Lugo – Foz, Baralla, O Incio y Outeiro do Rei – y Ourense – Os Blancos, Bande, Potedeva y Rairiz de Veiga –; uno en A Coruña – Miño – y Pontevedra – O Grove –. No todos acabaron en la oposición. 

 


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En las pasadas elecciones municipales los vecinos de las 313 localidades que componen Galicia tuvieron la posibilidad de o bien castigar a sus regidores apartándolos del mando o nien premiarles con un nuevo mandato. Sin embargo, hay diez gobernantes locales que aumentaron la deuda durante la anterior legislatura: cuatro en Lugo – Foz, Baralla, O Incio y Outeiro do Rei – y Ourense – Os Blancos, Bande, Potedeva y Rairiz de Veiga –; uno en A Coruña – Miño – y Pontevedra – O Grove –. No todos acabaron en la oposición. 


Alcalde de os blancos

José Manuel Castro, alcalde de Os Blanco, junto a Manuel Baltar, actual presidente de la Diputación


Con todo, hay que recordar que a pesar de haber aumentado la deuda, o habiéndola creado en algún caso, no los convierte necesariamente en los ayuntamientos más perseguidos por Hacienda. En la mayoría de casos los ayuntamientos más endeudados han logrado reducir un poco su déficit, como por ejemplo Catoira, Mos o Viveiro, con deudas millonarias que en el caso del municipio lucense se sitúa por encima de los 10 millones. A pesar de los números en rojo y las arcas vacías, la deuda no pudo con algunos de los alcaldes de los municipios.


¿DE DONDE SALE LA DEUDA?

Derroches inasumibles, proyectos urbanísticos fallidos, deudas del siglo pasado…Muchos son los motivos por los que algunos ayuntamientos gallegos están en rojo. Seguramente el ejemplo más claro sea el de Os Blancos. En la localidad de la comarca de A Limia no recuerdan como era aquello de tener dinero. Durante los años (más) locos del baltarismo, este municipio contrajo una deuda que todavía le pesa.


Con José Luís Baltar al frente de la Diputación y uno de sus afines en el gobierno blanqueño, como era José Antonio Rodríguez Ferreiro, cuya gestión dejó al ayuntamiento en bancarrota y con una deuda de la que todavía se hacen cargo y que tendrán que asumir las generaciones futuras. La situación llegó a un punto en el que el gobierno municipal no podía hacer frente ni al pago de la luz y a pagar a sus proveedores más de 1.000 días tarde.


Cabe recordar que tanto Baltar como Ferreiro acabaron sentados en el banquillo de los acusados: el primero condenado por un delito de prevaricación relacionado con el enchufismo masivo; el segundo condenado a cinco años de prisión por prevaricación, falsedad y malversación.


Pero Os Blancos no es el único ejemplo. En la comarca de Betanzos el ayuntamiento de Miño ha aumentado su deuda en más de 10 millones. La localidad sigue maniatada por la deuda contraída con Fadesa, la inmobiliaria creada por el empresario Manuel Jove y que en 2008 entró en suspensión de pagos, que convirtió al municipio en una “víctima del pelotazo urbanístico”, como se definía el gobierno anterior. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ordenó el pasado febrero que el gobierno municipal ejecutase el pago inmediato de los intereses a los expropiados por la urbanización Costa Miño Golf.


Las expropiaciones, sumadas a la deuda contraída en el pasado, han provocado un aumento del pasivo, convirtiéndose en el ayuntamiento gallego que registró el mayor aumento de la deuda en toda Galicia. Desde el gobierno local ya manifestaron que su situación es de “absoluta asfixia financiera”. 


O gorve hotusa a toxa

A pesar de ser un referente turístico, O Grove es una de las localidades que aumentño su deuda en la pasada legislatura


En el caso de O Grove la deuda se vio aumentada por la construcción del nuevo auditorio, cuyo coste está por encima de los 4 millones. A pesar del nuevo recinto, el municipio pontevedrés ya tenía contraída una importante deuda en 2015 cuando llegó el PSdeG de José Cacabelos a la alcaldía.


CAMBIO EN MIÑO; ESTABILIDAD EN O GROVE

En Miño los vecinos decidieron cambiar de acalde, castigando así el gobierno de Ricardo Sánchez de Compromiso por Galicia y al PP que lo aupó al poder, y depositaron su voto en Vázquez Faralo y en el PSdeG, que obtuvo nueve concejales por cuatro de los populares, mientras que en la anterior legislatura se habían repartido seis y seis y uno de CxG. A Ricardo Sánchez también le pesó su propuesta de no tratar el caso Fadesa durante la campaña electoral por dar “mala imagen” del pueblo, algo que entonces despertó las críticas de la oposición y los vecinos.

En la localidad coruñesa la deuda se ha disparado en estos cuatro años, pasando de los 3,4 millones a rebasar los 14. A pesar de todo, la localidad ha ganado 218 vecinos en este tiempo, pero la deuda por habitante asciende a los 2.336 euros.


En O Grove en cambio, donde la deuda aumentó en 2,5 millones, el gobierno local del PSdeG reeditó la alcaldía y logró la mayoría absoluta sacando diez concejales, después de gobernar en la pasada legislatura con solo ocho concejales, por los nueve que le dan la mayoría absoluta. Cacabelo Ricos será, por tercera vez consecutiva, alcalde de la localidad arousana, pero con el problema de la deuda todavía pendiente, con los 637 euros que le tocan a cada vecino para poner el contador a cero.


FLUCTUACIONES EN LUGO

En la provincia de Lugo, sin embargo, si hubo disparidad de opiniones. En Baralla, tristemente de actualidad por la renuncia y posterior fallecimiento del que había salido como alcalde electo, se repitieron los mismos resultados de 2015, con el PP gobernando con mayoría absoluta con ocho conejales, por dos socialistas y uno nacionalista. En Outeiro do Rei los populares incluso ampliaron su ventaja, pasando de ocho a nueve ediles, a pesar de ser el municipio lucense donde más se amplió la deuda en cuatro años, pasando de la deuda cero a deber un millón de euros, con una deuda de casi 200 euros por habitante.


Pp de lugo baralla alcalde gonzalez capon

El exalcalce de Baralla Manuel González Capón


Donde sí hubo cambios en la silla de gobierno fue en O Incio. En la localidad de la comarca de Sarria el PPdeG logró darle la vuelta a la tortilla, recuperando el gobierno bajo el mando de Héctor Corujo, aunque fuera por solo cinco votos de diferencia. En este caso, aunque la deuda municipal no aumentó, tampoco se vio reducida. Lo que sí afectó fue la bajada de habitantes, que provocó una subida de la deuda por habitante, pasando de los 97 euros de 2014 a los 151 actuales.


En la Mariña la deuda aumentó hasta los 600.000 euros, lo que bien pudo ser uno de los motivos que llevó al socialista Fran Cajoto a quitarle el sitio a los populares. Sin embargo, en Foz sí subió el número de habitantes, por lo que la deuda por habitante no aumentó de forma alarmante en la ciudad, situándose en los 61 euros por cabeza


EL CURIOSO CASO DE OURENSE

Mención – y estudio – aparte merece Ourense. En Os Blancos, donde las cuentas arrojan la sangrante estadística de que sus 809 vecinos deben 4.796 euros por el aumento de la deuda de los 2,3 millones a los 3,9 y de la subida de los impuestos, algo que no impidió al PP mantener la alcaldía, aunque perdió un concejal de los seis que tenía, arrebatado por el PSOE.


También curioso es el caso de Bande, Potedeva y Rairiz de Veiga, localidades en donde aumentó la deuda por habitante, en donde gobernó el PP en la última legisltura, en donde los populares fueron duramente castigados por las urnas, pero en donde no hubo cambios en cuanto al partido gobernante. El Partido Popular mantiene el gobierno en los tres consistorios, en los tres casos con mayoría absoluta y con cinco concejales, si bien en todos los casos han perdido votos y ediles con respecto a 2015.


Sin embargo, hay que mirar con lupa y de forma individualizada los casos, en donde la pérdida de población juega un papel fundamental. En Pontedeva, por ejemplo, se pasó de una deuda de menos de 50 euros por habitante a los 158 euros actuales, debido al aumento de la deuda y a la pérdida de población (554 por los 625 de hace cuatro años). Un caso parecido a lo que ocurre en Bande, donde la deuda no se ha visto reducida, si bien tampoco ha aumentado, pero que al perder casi 300 habitantes ha afectado a la deuda por vecino, que asciende a 472 euros por los 420 del ejercicio correspondiente a 2014.


Más curioso si cabe es el caso de Rairiz de Veiga. El municipio ourensano ha hecho sus deberes y ha logrado reducir la deuda, pasando de un saldo en rojo de 800.000 euros a 700.000. Sin embargo, esta localidad de 1.282 vecinos ha perdido 170 habitantes, lo que ha llevado la deuda por vecino de los 542 euros de 2014 a los 583 de 2018. Ante este panorama, no es raro ver como los pueblos se van vaciando. Y lo peor puede estar por llegar. Lo veremos dentro de otros cuatro años. 

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