Las ANPA creen inviable una evaluación justa y muestran preocupación por la atención a la diversidad

Advierten de los problemas de conciliación en la franja de 0 a 3 años
Inquietud. Esta es la sensación que traslada una gran parte de las familias gallegas ante la línea que pretende marcar el Ministerio de Educación a la hora de enfocar lo que resta de curso escolar. Las asociaciones de padres consideran inviable o imposible realizar una evaluación del alumnado en términos de equidad y justicia, tanto por las dificultades de los progenitores a la hora de conciliar como por aquellas derivadas de la brecha digital y el acceso a los contenidos.

La ministra Isabel Celaá ya reconoce públicamente la posibilidad de que la suspensión de las clases de forma presencial se extienda hasta los meses de mayo y junio, lo que plantea una serie de incógnitas en términos garantistas de cara al tercer trimestre del curso y en un momento en el que todavía no se ha logrado asegurar la atención académica de los estudiantes.

A todo ello se suma, según han trasladado a Europa Press responsables de las Confederaciones de ANPA, la cuestión de la conciliación, tanto para aquellos padres que tienen que trabajar de forma telemática como para otros que se ven obligados de acceder de manera presencial. Una problemática que se acentúa, reconocen, a medida que se observan las franjas de edad más jóvenes.

Rogelio Carballo, de Confapa-Galicia, ha advertido de que hay muchos casos en los que se está descargando la responsabilidad "a las familias, los padres y los alumnos", y ha considerado que esta situación hace inviable una evaluación en términos de normalidad.

Según ha trasladado, los trabajos que se realizan, en la mayoría de casos, van "en un sólo sentido" y la atención no va más allá de "recibir contenidos", cuando es necesario que el alumno participe e interactúe con el docente en lugar de "procesarlo él sólo".

Además, hay alumnos que todavía "no pueden acceder" a esta educación telemática en determinados ámbitos geográficos, por lo que Carballo cree que la Administración debe "darle una vuelta a todo esto" y "entender que no se puede ver esta situación en unos meses", sobre todo ante la posibilidad de que se vuelva a producir otro brote epidémico.

"Lo más sensato es tomar medidas de emergencia este curso y, de cara el curso que viene, tener preparadas todas las herramientas informáticas y medios para que todo el mundo pueda hacer formación a distancia. Es posible la transición hacia la teleformación, pero transparente y con todas las garantías", ha explicado.

Confapa defenderá "hasta el final" que el criterio que prevalezca es que este periodo "no sea evaluable" y pedirán a las familias "que no se presten a hacer de suplentes de pedagogos", sobre todo ante las carencias de la disponibilidad tecnológica y de procedimientos para llevar a cabo el proceso educativo.

ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD
Fernando Lacaci, de Anpas Galegas, ha incidido además en el problema de la atención a la diversidad y los alumnos de distintas capacidades, que se está tratando junto al resto del estudiantado con unos medios "lamentables".

Es por ello que cree "totalmente imposible" evaluar los contenidos en este escenario, sobre todo ante la posibilidad de que el tercer trimestre carezca prácticamente de clases presenciales.

Lacaci ha criticado que se intente proyectar una sensación de "normalidad académica" que no se ajusta con la realidad, puesto que la Administración no es consciente de la "cantidad de gente que se está dejando atrás".

En este sentido, ha advertido de la panorámica se presenta de cara el futuro, con un "porcentaje enorme" de estudiantes "absolutamente desorientados", salvo casos puntuales que representan un "porcentaje mínimo".

INFANTIL, UN PROBLEMA IMPORTANTE
Ambos portavoces han advertido también de que existe "un problema importante" en el sector de 0 a 3 años. Rogelio Carballo ha apelado a que los medios telemáticos "no valen" para todos los alumnos, y no se puede abordar la problemática por igual en todas las etapas educativas.

En este caso particular existe, además, unas dificultades de conciliación en esta situación, que se agravará cuando la cuarentena remita para los adultos, pero los jóvenes todavía "permanezcan confinados" en casa.

"De los niños no se habla en absoluto", ha criticado Lacaci, y es ahí donde los planes y el discurso del Ministerio "se vienen abajo", puesto que existen situaciones de familias en circunstancias laborales "absolutamente radicalizadas" y "no hay alternativas" de atención, a diferencia de otros jóvenes de edades avanzadas.

Tanto Confapa como Anpas Galegas han reclamado a la Administración que se favorezca la interlocución con las familias, puesto que en estos momentos son las únicas conocedoras de las necesidades y de lo que están haciendo los menores.

ACOMODAR COMPETENCIAS
La presidenta de Fecapa en Santiago, María José Mansilla, ha asegurado que la situación "es complicada para todos", y que incluso en los centros concertados y privados no se puede hablar de que el nivel económico "sea alto en todos los casos" de las familias.

A pesar de ello, ha asegurado que se está intentado hacer un seguimiento adecuado de los alumnos a través de plataformas educativas, pero que en todo caso este no puede considerarse "normal" a la hora de realizar una evaluación.

La portavoz de estas ANPA ha insistido así en que "no es viable" plantear una evaluación de este tercer trimestre en las mismas condiciones, y que el camino debe pasar por replantear contenidos y acomodar competencias. "Nadie es culpable de nada y menos los niños. Son los únicos en los que tenemos que pensar", ha zanjado.