Adiós a la cuota láctea. ¿Oportunidad o amenaza para el sector ganadero? 

Galicia sigue la estela del mar y su población se aleja del interior, donde solo una mínima parte de los pueblos abandonados por el éxodo volvieron a la vida. En los territorios amados, que son aquellos que dejamos para buscar fortuna en el exterior, hay casi cien mil lugares que esperan el regreso del que nunca volverá.

Sin embargo, después de tres lustros consumidos del tercer milenio, el martes pasado saltó una noticia a primer plano que supone una gran oportunidad para la revitalización del rural gallego: la desaparición de la cuota láctea europea, ese tope de máximos que impedía el desarrollo de nuestro sector ganadero.

Ya sabes, a la cuota debe este País una importante reducción de la cabaña y la desesperación de quienes llevaban media vida apostando por la ganadería, como actividad principal de este confín de los verdes prados.

Así que, el actual es un gran momento para volver a ese paraíso donde se ubica el hogar nativo, que sigue siendo el que conocemos como la aldea del abuelo. Porque a ella vuelve la riqueza y es tan bella que no tiene límites el paisaje que se abre desde la ventana a los montes y a los verdes valles en los que dejamos que se pierda la mirada. 

En el entorno de las casas, la ladera es de verde hierba y más cerca aún encuentras los campos poco cultivados. Las casas son las que levantaron los abuelos, con paciencia, sudor y esfuerzo. Y aún heridas por el tiempo, ahí están, esperando volver a vivir… 

Al lado del prado esta el pueblo de cuando éramos niños; el de las grandiosas alboradas y los santos que protegían los agros sembrados. La aldea de nuestras hadas y el rincón perfecto para construir ahora los nuevos sueños… 

Para ver esos sueños realizados habrá que superar las carencias actuales. Dicen los expertos que nuestra industria láctea es débil y tiene un exiguo valor añadido. Es todo consecuencia del tamaño de las explotaciones, mucho menor que las del conjunto de Europa; también es causal la poca relevancia del sector quesero, que apenas utiliza un dos por ciento de la leche de Galicia; y asimismo es el resultado de la falta de una buena estructura cooperativa. 

Pero será fácil crear un escenario más competitivo y de mayor producción si reducimos la dependencia de las granjas, con unos costes más elevados porque han de comprar la comida en el exterior.

Sugieren los técnicos que volvamos a poblar los verdes prados como cuando un millón de vacas se repartían el paisaje vital de la Tierra. En aquellos prados de antes, de hierba frondosa, se escondía y aún se oculta el verdadero secreto de las vacas guapas de Galicia.

Recuerda que los prados verdescentes inspiraron al bardo Pondal y a casi todos los poetas de la Tierra. Sí. El verde es el color del paisaje de aldea, el de la piel patria. Por eso Galicia es la leche y las guapas vacas lecheras fueron las verdaderas protagonistas, en otro tiempo, del desarrollo rural de este País.

Pero, aún con sus problemas, la mayoría derivados de la imposición de esa cuota que ha sido suprimida esta semana, el sector lácteo tiene suma importancia en la socioeconomía de los municipios del interior de Galicia.

Ya no existen los viejos establos y las granjas, de tamaño medio, cuentan con sistemas informáticos, salas de ordeñe automatizadas y elementos mecanizados para todas las manipulaciones del ganado y del 

producto.

20.000 familias viven de este trabajo. Se producen hoy 700 toneladas de leche pero la demanda de la próxima década aumentará a las 1.000. La desaparición de la cuota es una gran noticia para el sector lácteo gallego, no te quepa duda. Su futuro se pinta en verde esperanza porqué todo el mundo sabe que, para vivir de las vacas, hay que aprovechar las potencialidades del territorio, mejorar la eficiencia en la cabaña ganadera y que el trabajo de todos los implicados se lleve a cabo de forma coordinada, para obtener beneficios en común.

Brindemos pues por la buena nueva con un sabroso y grande vaso de buena leche…

(extraido de un artículo de Xerardo Rodriguez)