"O Castañazo no podía morir": así será el regreso del festival de Chantada tras años de ausencia

Este 2023 regresa el festival lucense, cuya última edición se celebró antes del estallido de la pandemia. Sin renunciar a sus valores y a su esencia, para su próxima edición la organización aspira a mejorar y afianzarse. 

El presidente de la Asociación Cultural O Castanhazo, Fernando Vázquez Asper, atiende a Galiciapress para explicar cómo se cocinó este regreso, qué sorpresas hay preparadas y todo lo relativo a venta de entradas, fechas y cartel. 

Del Castañazo Rock al Castañazo, sin apellidos, sin circunscribirse a un único genero tras asistir a la transformación del panorama musical, cada vez más diverso y con tanto que ofrecer. 

Después de un largo tiempo alejado de los focos, este enero O Castañazo anunció su regreso al calendario de los festivaleros, que tenían a este festival de Chantada como una fecha ineludible y marcada en rojo en su agenda. Desde el estallido de la pandemia, el evento se tomó un ligero respiro que muchos temían se convirtiese en un punto y final, cuando esos pasos atrás resultaron ser carrerilla para tomar impulso para que el festival se consolide y se afiance en una cultura festivalera cada vez más rica. 

Fernando Vázquez Asper, presidente de la Asociación Cultural O Castanhazo encargada de la organización del festival, subraya que la ausencia de esta cita musical se debió a “un cúmulo de factores”, entre los que destacan “el agotamiento” que supone levantar un festival de estas dimensiones y el “parón del sector cultural” producto de la pandemia.

Vázquez recalca la “labor espléndida” realizada durante la dirección de Ibán Gómez, “al que le debemos gran parte del nivel que llegó a alcanzar el evento”. Fue la perseverancia de los miembros veteranos de la asociación la que logró revitalizar el Castañazo. “Es importante culturalmente para Chantada, a la que amamos” y a la que llevan “por toda Galicia”, comenta Vázquez, que agrega que una cita así “no podía morir”, por lo que en 2022 dieron un paso adelante para montar el festival de 2023.

Tras las primeras conversaciones, llegó el turno de buscar la financiación, un proceso “bastante laborioso”, especialmente para un festival “del sur de Lugo, en pleno invierno”. “No es algo que llame de primeras a los grandes inversores”, reconocen desde la organización.

Con todo, poco a poco se fueron sumando entidades como el Concello de Chantada y la Diputación de Lugo, pilares para la puesta en marcha gracias a su compromiso de aumentar la partida económica destinada al festival. “Entendieron perfectamente que nuestra particular economía se había resentido debido al parón de varios años, lo cual sumado a la subida en general de de todos los gastos potenciales del evento (cachés de bandas, producción, infraestructuras, seguridad…), hacía preciso una mejora en las ayudas públicas”, explica.

Ya en el capítulo de los patrocinadores, la competencia con los festivales veraniegos los pone en una posición de inferioridad, pero la apuesta del Castañazo por la provincia y la zona siempre consigue sumar recursos, aunque sea poco a poco. “Siempre fuimos un evento comprometido con potenciar el valor del producto local, y queremos crecer incluso más en este sentido. Va a haber nuevos patrocinios privados con respeto a la última edición seguro, como también se van a mantener muchos otros con los que llevamos recorrido mucho camino de la mano”, dice Vázquez.

LA GENTE, EL ALIENTO DEL CASTAÑAZO

Con o sin grandes firmas, lo que seguro que contará el cartel del Castañazo es con algunos de los grupos más pujantes del panorama, que recibieron con entusiasmo este regreso. Ortiga, Rebelión do Inframundo, Nao o Dios Ke Te Crew reaccionaron al anuncio en sus redes, con palabras que emocionan a los organizadores. “Es una maravilla ver como, tras tanto tiempo de parón, O Castañazo sigue presente en los corazones de tanta gente que fueron conociéndolo a lo largo de los años. Más allá de bandas o colectivos concretos, lo cual obviamente también nos hace sentir muy contentos, para nosotros lo más ilusionante fue a sentir tanto cariño de gente de a pie tan diversa durante todo este tiempo: desde vecinos y vecinas de la villa que nos preguntaban a menudo cuándo volveríamos a las personas anónimas que encontrábamos por toda la geografía gallega”, celebra Vázquez como experiencias que les sirvieron como “aliento” para el retorno.

Realmente el festival chantadino ha sido una inspiración para muchos en todas sus ediciones, y luego de este tiempo de reflexión la organización apuesta por mantener “una línea continuista” que les permita seguir siendo, aunque pequeños, “de calidad” y “sostenible económicamente”.

UN CARTEL "EQUILIBRADO", "VARIADO" Y "DE CALIDAD"

Luego, ya en el aspecto organizativo, sí que avanzan algún cambio, con el objetivo de que el festival “perdure” en el tiempo “independientemente de la generación de jóvenes y chicas que lo organice”. Eso se traduce en cambios como ser O Castañazo y quitarse la etiqueta “rock” que los acompañó siempre, sin renunciar a ese género que será “predominante” pero abriendo el abanico “en consonancia con los tiempos” y “no limitarnos” ante una escena musical cada vez más mixta.

Las actividades paralelas al festival seguirán siendo “esenciales” para hacer llegar la cultura por distintas vías. Los cantos de taberna, el magosto, actividades para los más pequeños…e incluso la posibilidad de un Castañazo con actividades programadas a lo largo de todo el año, para “dinamizar la cultura local”, pero para ello deben tener una asociación con unos cimientos inamovibles.

“Consideramos que es fundamental reforzar al máximo posible nuestra posición como asociación, para garantizar que sea accesible a cualquiera que esté interesado y que se fomente la participación colectiva de los miembros de la asamblea en las distintas tareas que haya que desarrollar a lo largo del año. Creemos que esta es la manera de que la organización se vaya renovando progresivamente y de que siempre haya el mayor número posible de personas ilusionadas por proponer y llevar a cabo distintas iniciativas culturales, evitando al máximo posible el riesgo de que este proyecto tan hermoso vuelva a detenerse”.

En cualquier caso, por ahora se resisten a avanzar ningún nombre de los muchos que tienen ya en la cartera. Por el momento, Vázquez solo deja ver que están en conversaciones con muchas bandas que van desde grupos gallegos a bandas internacionales, con “alguna cosa prácticamente cerrada”. “Va a ser un cartel equilibrado, variado y con bandas de mucha calidad”, resume, al tiempo que invita a estar muy atento a todas las comunicaciones del festival en los próximos días.

Más en el aire, al menos de momento, está el proceso de venta de las entradas: “Está por pulir. La intención es que siga siendo por turnos a través de una plataforma web, aunque no descartamos que sea a través de varias”.

Las fechas definitivas tampoco son públicas, pero lo serán en breve, aunque no ocultan que, como históricamente, serán la ropa de abrigo y el aroma de las castañas asadas los que protagonicen nuevamente un festi que no se moverá de Chantada ni de su mercado ganadero. Tampoco contemplan cambios en cuanto a las zonas de acampada gratuita: los pabellones de los CEIP Eloísa Rivadulla y Xoán de Requesón y de los IES Valle del Asma y Lama de los Turnos.

“No va a faltar donde echar una soneca”, promete la organización, que aprovecha para agradecer a todos los establecimiento de Chantada que durante el festival “ceden sus instalaciones para los festivaleros y festivaleras”, una ayuda indispensable para poder celebrar un festival en el que la lluvia y el frío suelen hacer acto de presencia.

UNA COMPETENCIA ALTA PERO MUY RICA

Con todos estos elementos, la reaparición del Castañazo supone un notición para la oferta cultural gallega, que en los últimos años ha experimentado un boom relativo al sector de los festivales, cada vez más lucrativos, más multitudinarios y más grandes en formato, hasta el punto de que la Xunta creó una marca en torno a este fenómeno.

Cuestionado sobre esto y por el caracter asociacionista propio del Castañazo, Vázquez no ve incompatibilidad entre su modelo y la profesionalización del sector, de forma que todo lo que repercuta en promocionar la cultura, y más después de lo ocurrido tras las crisis sanitaria, “siempre va a ser algo positivo”.

“El sector cultural en Galicia está creciendo mucho, cada vez hay más festivales más potentes y más profesionales, con un funcionamiento, se podría decir, empresarial, y eso nunca va a resultar algo negativo porque la cultura precisa también de estos 'gigantes' que la potencien”, valora Vázquez, si bien manda un aviso para no descuidar festivales como el suyo, más pequeños, sin ese carácter empresarial en busca de la rentabilidad económica como motor. “Somos imprescindible para mantener en nuestra tierra un tejido cultural rico y diverso”, concluye.