Bomberos piden "que se identifique al del spray lanzallamas", pero también "al agente que agredió a un compañero"

Enardecidos y caldeados estaban los bomberos comarcales el pasado lunes en Ourense, en la segunda de las protestas que han celebrado desde el sector ante las diputaciones provinciales después de varios meses de huelga indefinida. Sin avances desde que se convocaron los paros el pasado 5 de junio, los ánimos entre los bomberos comarcales se han visto condicionados por los muchos desencuentros del comité con la administración pública, que ha dado más de un plantón al colectivo, donde ahora impera el hartazgo y la desazón al ver que nada cambia tras más de cuatro meses de protestas.
 

“Los bomberos están muy quemados”, dice Ángel Moldes, portavoz de la Mesa Intersindical de Bombeiros de Galicia, que sin embargo no pierde la esperanza de que las administraciones citen al comité de huelga a un nuevo encuentro en la mesa de diálogo, “el único lugar en donde se pueden arañar cosas”. No obstante, esa llamada nunca llega: “Nos gustaría llegar a un acuerdo y terminar la huelga, pero por el momento no hay noticias, aunque después de la protesta de Ourense esperábamos que las administraciones que rompieron las negociaciones hace unas semanas y no se presentaron tuviesen a bien de recibirnos o llamarnos para organizar un encuentro antes de las siguientes manifestaciones”.  

Moldes dice que le gustaría acercar a los suyos “nuevas noticias” y “calma”, pero que por lo de ahora solo puede comunicar el silencio administrativo. “Tenemos la impresión de que los políticos no tienen ningún interés en arreglar esto. Seguiremos con el calendario de protestas y veremos si hay alguna convocatoria”, reitera el portavoz. 
 

Al tratarse de una negociación que implica a muchas administraciones, podría darse que cada Diputación tuviese un punto de vista distinto del conflicto, algo que se daba “desde hace años”, pero que con motivo de la huelga parecen haber adoptado “una postura común”. Moldes considera que eso es positivo porque “queremos unificar las voces y llegar a un acuerdo amplio en la mesa de diálogo en la que se sientan todas las administraciones”. 

DOS PARQUES CERRADOS POR FALTA DE EFECTIVOS

En los más de cuatro meses de huelga indefinida ni un solo trabajador ha hecho efectivo ese derecho a la huelga por varios motivos: uno es el “compromiso” de los trabajadores; el otro los “abusivos servicios mínimos” fijados que impiden que la huelga pueda ser efectiva. En cualquier caso, y sin avances, se acordó en la última asamblea del sector que si los trabajadores lo consideraban a título individual podían secundar la huelga.
 

Lo que sí han aplicado fue la determinación de no hacer horas extraordinarias, una medida que dejó patente la necesidad de contar con más efectivos, porque ni con los servicios mínimos se llega a cubrir las necesidades de los parques. “Somos pocos. Este martes se cerraron los parques de O Porriño y Vilagarcía en Pontevedra. De cuatro dos están cerrados y sin que nadie secundase la huelga todavía”, refiere Moldes.

En este contexto, y con vistas a las protestas del próximo viernes 27 de octubre ante la Deputación da Coruña y del 31 de octubre en la de Lugo, el comité espera que la unidad se mantenga en el sector y que “lejos de ir a menos, el apoyo vaya a más, porque estamos muy decepcionados con los políticos responsables”.
 

“NO FUE LA CARA DE MI COMPAÑERO LA QUE GOLPEÓ LA PORRA”

Una unidad que quedó de manifiesto en la concentración celebrada ante la Deputación de Ourense, donde se vivieron los momentos de más tensión hasta la fecha, con enfrentamientos entre manifestantes y miembros de las Unidades de Intervención Policial desplegados en la protesta. El enfrentamiento se saldó con al menos dos agentes heridos, según denunció el Sindicato Unificado de Policía, y un bombero con heridas de consideración en el rostro. Moldes recalca lo que ya emitieron los bomberos en su comunicado, donde señalaban desconocer “si la carga estaba autorizada y si la policía tiene identificado al miembro del cuerpo de la UIP que agredió de forma tan violenta a nuestro compañero”. 

El portavoz reconoce que los agentes “tiene un trabajo que llevar a cabo” y contempla que haya circunstancias en las que se puedan dar golpes, pero “nunca de abajo hacia arriba, porque van a coger una cara por el medio, no un casco”. “Espero que identifiquen al agente; no le dio con su cara a la porra, sino que fue la porra la que le dio en la cara”, defiende. 
 

Al tiempo, Moldes mostró su confianza en que las autoridades identifiquen al bombero que llevó a la manifestación un “spray doméstico” que empleó como el “lanzallamas” que catalogaron desde el SUP. “Teníamos un total desconocimiento de que alguien iba a acudir con un spray”, indicó. 

Sobre la posibilidad de que una escena así se repita el viernes, Moldes fue tajante con un “no” rotundo ante esa hipótesis. “Esperamos que todo vuelva a la calma y transmitimos un mensaje de tranquilidad a nuestros compañeros. No creo que se vuelva a dar un suceso como este, que fue aislado. Pero la policía, aún haciendo su trabajo, tiene que procurar dar menos palos en la cara. Somos compañeros de trabajo”, incide el portavoz. 

Si no hay avances después de la manifestación convocada para el próximo 17 de noviembre en Santiago de Compostela -y a la que acudirán “bomberos de toda España, con una gran asistencia”-, el próximo 20 de noviembre habrá una nueva asamblea general donde se decidirán las medidas a tomar, que serán “mucho más duras de lo que son en estos momentos, porque no descartamos ninguna”.