Rueda repetiría mayoría absoluta el 18F con los resultados del 23J pero sería muy justa

Extrapolamos por circunscripciones:

OURENSE

En Ourense, con los resultados del 23J, el 18F el reparto sería:

• PSOE: 5 con el 30% de los votos
• BNG:1 con el 8%
• Sumar: 0 con el 5%
• Vox: 0 con el 4%

Ahora bien, si extrapolar entre comicios es siempre inexacto, en Ourense en esta ocasión lo es más, porque en las generales no compitió Democracia Ourensana, que sacó unos 18.000 votos en las locales, y los localista ahora si plantarán batalla. 
 

El partido de Jácome entraría en el reparto con unos 10.000 o 11.000 votos, algo más de la mitad de los 18.000 que consiguió en las municipales. Un objetivo facilmente alcanzable en teoría.

Eso sí, la lógica indica que buena parte del electorado de Jácome es votante del PP, por lo que si una parte mayoritaria de ellos sigue apoyando a Democracia Ourensana en la próxima cita electoral, el que puede que pierda algún escaño sea el PP y no el PSOE. 
 

Ahora bien, desde el punto de vista estrictamente matemático, ahora mismo, el escaño más débil, el último que se reparte aplicando  los resultados ourensanos del 23J al 18F, es del PSOE. 
 

Hay que tener en cuenta que Vox en las generales no logró el 5% de votos por Ourense, por lo que quedaría descartado de entrada ya en el reparto. Ahora bien, el 4,6% que consiguió en verano indica que tampoco lo tiene imposible del todo en Ourense. Necesitaría pasar de  los 8.000 del 23J a unos 11.000 el 18F.

LUGO

En Lugo, al igual que en Ourense, se reparten 14 escaños. Extrapolando los resultados de las generales las autonómicas quedarían así:

• Partido Popular: 8 con el 50% de los votos
• PSOE: 5 con el 30% de los votos
• BNG:1 con el 8%
• Sumar: 0 con el 5%
• Vox: 0 con el 4%

Vox no entraría en la fórmula para repartir por su 4,3% de los sufragios. Hay que recordar que en las elecciones gallegas y en las estatales hay que  lograr el 5% para entrar en el reparto. Esto no quiere decir que tener más de 5% asegure un escaño, asegura solo que se entra en la fórmula de la Ley D’Hont. Fórmula que, por ejemplo, privó al BNG de un asiento por Lugo en las generales con el 8% y que privaría a Sumar de un escaño por Lugo en las autonómicas si repite en las gallegas su 5% de las generales del verano.
 

Respecto a las anteriores autonómicas, el gran vencedor sería el PSOE de Lugo, que en las anteriores solo consiguió tres representantes. Le quitaría uno al BNG y otro al PP.  Hay que tener en cuenta que los relativamente buenos resultados en Lugo de los socialistas pueden tener continuidad porque su cabeza de cartel a la Xunta es lucense, un Besteiro que también encabezó la lista provincial en las generales.

Matemáticamente, el escaño más débil en Lugo sería el del PSOE. Por ejemplo, si Sumar pasara de los 10.000 votos de las generales a unos 12.000, le quitaría un escaño al PSOE.

PONTEVEDRA

En Pontevedra se reparten 22 escaños. Si se repitieran los resultados de las generales las gallegas quedarían así:

• Partido Popular: 10 con el 40% de los votos
• PSOE: 7 con el 31%  
• BNG: 2 con el 9% 
• Sumar: 3 con el 13%
• Vox: 0 con el 4%

Esto provocaría un relevante reordenamiento electoral en esta provincia. El PP perdería un escaño respecto a los anteriores comicios, con 10 diputados frente a los 12 de los partidos progresistas. La irrupción de Sumar (+3) y un avance del PSOE (+2) se haría a costa del BNG (-4).  
 

Unas cifras que confirman que el resultado del Bloque en las generales en Pontevedra fueron pobres en comparación con las anteriores autonómicas. Por lo tanto, una de las prioridades en campaña de los de Ana Pontón debería ser esta provincia.
 

¿Tiene Vox opciones en Pontevedra? En las generales no se quedó lejos de la barrera del 5%, 4,7%. Ahora bien, si consiguen a penas 2.000 votos más que en las generales superarían el 5% y dado que en Pontevedra se eligen muchos más escaños que en Lugo y Ourense, poco más del 5% les bastaría para lograr un representantes. Los de Santiago Abascal tendrían que pasar de unos 26.000 a unos 28.000 sufragios en la provincial, algo que no parece imposible.
 

Matemáticamente, el escaño más endeble es del PP. Así que Vox avanza esas cifras, sería en detrimento de los conservadores.

A CORUÑA

Esta es la provincia que más diputados en el Parlamento de Galicia elige. Extrapolando los resultados de las generales del verano a las autonómicas de este invierno, el reparto quedaría así:

• Partido Popular: 12 con el 43% de los votos
• PSOE: 7 con el 28% 
• BNG: 2 con el 10%  
• Sumar: 3 con el 12%
• Vox: 1 con el 5%

Esto supondría novedades muy relevantes. Primero, porque Vox (+1) entraría por vez primera en el Parlamento de Galicia. Segundo, porque el BNG se llevaría un gran palo (-5) y el PP uno notable (-2)  a costa de PSOE (+3) y Sumar (+3). Los datos de A Coruña confirman que los resultados del Bloque en las generales en esta provincia fueron mucho más pobres que los que sacó en las autonómicas de hace cuatro años, cuando acaparó casi el 25% del escrutinio. También indican que A Coruña debería ser la prioridad de la campaña de Vox en Galicia. 

TOTAL DE GALICIA

Así las cosas, extrapolando directamente los resultados de las elecciones generales a las gallegas, el resultados en escaños sería:

• Partido Popular: 38 diputados, mayoría absoluta
• PSOE: 24 diputados 
• BNG:  6 diputados
• Sumar: 6 diputados
• Vox: 1  

Por lo tanto, Alfonso Rueda podría gobernar con mayoría absoluta. Lo haría eso sí de una manera mucho más justa que Alberto Nuñez Feijóo, pues el PP tiene ahora 42 diputados. Con todo, la cifra mágica de los 38 está al alcance del PPdeG si logra repetir los resultados de este verano.
 

A su favor juega, además, el hecho de que la amnistía ha podido desgastar algunos de los que apoyos al PSOE y los conservadores podrían pescar algunos votos de los que están molestos por esta medida de gracia a los independentistas catalanes. 

Los mayores riesgos para la absoluta PP parecen provenir por la derecha. No solo Vox entraría por A Coruña a poco que repita allí los resultados de las generales, Jácome tiene en la palma de la mano un representante. Por lo tanto, lo esperable es que la estrategia de los conservadores pase en parte por atacar a estas dos fuerzas y prevenir una sangría en A Coruña y Pontevedra. En todo caso, tanto si DO como si Vox logran entrar en el Pazo de Hórreo, es evidente que es muy probable que pacten con el PP, vistos los precedentes.

Las esperanzas para que haya un gobiernos de izquierdas en Galicia pasan por un puzzle en el que, como siempre en Galicia, no puede faltar ni una pieza. En primer lugar, que el PSOE logre al menos igualar sus porcentajes del pasado verano -lo que está por ver debido a la polémica amnistía-, que el BNG recupere al menos los niveles de voto de las pasadas autonómicas -lo que en teoría no está fuera de su alcance-, que Sumar logre meter cabeza en A Coruña o en Pontevedra sin robarle muchos escaños al Bloque, que Jácome le quite algún escaño al PP en Ourense -lo que también parece plausible- y que Vox, como viene siendo habitual, saque peores resultados en las autonómicas que en las generales y si quede con la miel en los labios en A Coruña otra vez. Dadas todas estas circunstancias, habría que convencer a Jácome de que abandonase al PPdeG a cambio de investir a un bipartito o a un tripartito en San Caetano a cambio de ofrecerle estabilidad en el Ayuntamiento de Ourense y fuertes inversiones. Difícil, aunque no imposible. 

El Bloque sale muy mal parado de esta extrapolación pero hay que tener en cuenta que suele sacar mejores cifras en los comicios autonómicos que los estatales. En los estatales, Sumar sorprendente le comió la tostada en la provincia de A Coruña y Pontevedra pero está por ver que eso mismo se produzca ahora, cuando la ministra Yolanda Díaz no está en el cartel. En teoría, el empate  6 a 6 que muestra la extrapolación es un resultado muy sorprendente, dado lo consolidado que parece el liderado de Ana Pontón frente a las cuitas internas habituales entre los rupturistas de ámbito estatal. Más cuando ese espacio acudirá dividido a las encuestas, pues Podemos Galicia parece que competirá con Sumar. El papel de Sumar en estas autonómicas es una de las grandes incógnitas, visto los precedentes, puede ser desde pieza clave para un cambio de gobierno hasta quedarse fuera.
 

Otra circunstancia que revelan estas cifras es que PP y PSOE tienen argumentos, matemáticos al menos, para meterle presión a Vox y Sumar para que renuncien a presentar listas en Ourense y Lugo. No tuvieron opciones hace cuatro años y  tampoco les bastaría con lo que cosecharon el último verano. Ahora bien, Vox y Sumar andan en las provincias del interior en torno al 4%, por lo que tampoco se puede descartar una sorpresa. Eso influye en que por ahora descarten dejar vía libre a sus aliados ideológicos.