#Claves de la semana

Las listas de espera en salud mental hacen que medicar sea "la única vía accesible para algunos pacientes"

España lidera el ranking de los países de su entorno en el consumo de fármacos como ansiolíticos o somniferos y Galicia es el territorio que encabeza esa lista dentro de España. José Berdullas, psicólogo clínico y miembro de la Xunta de Goberno del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia (COPG), explica para Galiciapress las consecuencias de la sobremedicación, la realidad de la salud mental dentro del Servizo de Saúde Galego o la normalización en la sociedad "de la existencia del sufrimiento psíquico". 


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Medicinas
Foto: EP

 

Este 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental. Hasta hace no tanto, para algunos sería impensable celebrar un día así, donde se pone el foco en todas esas patologías que eran consideradas un tabú. Afortunadamente, la consideración que se tiene hoy de la salud mental es muy distinta a la que se tenía hace veinte, diez o cinco años, cuando admitir un problema era para muchos sinónimo de debilidad. De forma progresiva, ese estigma ha ido desapareciendo y los propios profesionales reconocen que la sociedad ha virado hacia una perspectiva mucho más abierta. 

 

"El estigma de enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión se está reduciendo", afirma el doctor Antoni Serrano


 

 

José Berdullas, miembro de la Xunta de Goberno del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia (COPG) y psicólogo clínico, advierte ese cambio de paradigma entre la población. “Desde hace unos años parece que ir al psicólogo clínico o sanitario es menos estigmatizante. La gente está más dispuesta a reconocer que hay cuestiones de la vida que en ocasiones provocan sufrimiento y que necesitan una ayuda temporal para poder salir adelante”, considera Berdullas.

 

A ese cambio de paradigma contribuyó de forma decidida una situación de estrés tan universal como la pandemia. La irrupción de la Covid-19 en nuestras vidas fue un reto para la salud mental de muchas personas: pérdida de vidas humanas, aislamiento, desconcierto ante lo desconocido… 
 

 

“El camino ya venía hecho desde antes. La gente empezaba a reconocer problemas como la depresión, la ansiedad… Pero la salud mental tuvo un foco muy importante en la pandemia. De alguna forma u otra, con los confinamientos o las muertes de personas cercanas, descubrimos o redescubrimos la posibilidad de nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad, lo que nos enfrenta con la existencia del sufrimiento”, clarifica.

 

Otro ejemplo de esa normalización lo encontramos en el deporte de élite, donde muchos profesionales admiten con cada vez más frecuencia y de forma pública necesitar ayuda psicológica para sobreponerse ante algunas situaciones. Para Berdullas hay dos vías. La primera, el eco que están haciendo los medios de comunicación para dar lugar “a la normalidad de la existencia del sufrimiento psíquico”, algo que “no hay que esconder, que se puede hablar de ello”. 

 

Al tratarse de “seres idealizados” sirven como ejemplo para muchas personas que pueden compartir una situación también delicada. De igual manera, admite que hay situaciones de estrés nuevas y continuadas, como las crisis económicas que nos han acompañado en los últimos años, que pueden provocar situaciones de angustia. “Hoy mismo conseguir una cesta de la compra digna para cualquier familia supone un coste mayor. Las cuestiones sociales se recrudecen y afectan a nuestra salud mental”, refieren desde el COPG. 

 

“LA ESPERA PRODUCE UN AUMENTO DEL SUFRIMIENTO”

El Colexio recogió datos de las siete áreas sanitarias gallegas sobre los tiempos para la atención de los pacientes en el SERGAS. La primera visita a un psicólogo clínico por la seguridad social puede demorarse hasta un año, y la segunda consulta puede tardar hasta seis meses en darse. Con estas cifras, Berdullas considera que pese a los esfuerzos de los profesionales de la sanidad pública, las listas de espera para la primera y segunda consulta “no son adecuados para la atención a un usuario”. 
 

 

“Una espera tan larga lo que hace es producir un aumento de sufrimiento en la persona, un aumento del sufrimiento en su entorno, y tiene un riesgo importante de empeoramiento de la patología y cronificación, y luego detiene la vida durante mucho más tiempo. Una persona con un trastorno determinado que puede ser resuelto o encaminado en dos o tres meses, hablamos de que aumentamos la baja laboral, con todos los costes que supone, en un año más de lo debido. Es una barbaridad”, lamenta el psicólogo clínico, al tiempo que incide en que “un tratamiento en condiciones facilitaría mucho las cosas”.

“Hoy mismo conseguir una cesta de la compra digna para cualquier familia supone un coste mayor. Las cuestiones sociales se recrudecen y afectan a nuestra salud mental”

 

En este escenario, queda patente que los ratios de personal en el SERGAS son demasiado escuetos para la alta demanda existente. Del mismo modo, evidencia que el Plan de Saúde Mental de Galicia tampoco es capaz de responder a las exigencias de la sociedad actual, aunque prácticamente aumentase en un 50% el número de profesionales en cinco años. 

 

“Desde el principio sabíamos que se iba a quedar corto”, explica Berdullas, que tira de un informe de una comisión asesora del SERGAS de 1987, donde ya entonces reconocían que para una atención correcta serían necesario unos 180 psicólogos clínicos, una cifra que ni siquiera hoy alcanza el SERGAS y que sigue alejada de la demanda existente en 2023. 

 

Ante este panorama, a muchos no les queda más remedio que recurrir a la privada, donde incluso allí las listas de espera alcanzan los tres meses para la primera consulta. A esto, hay que añadir los precios privativos de una sesión de terapia, que rondan los 80 euros en algunos casos. 

 

Sanidad
El seguimiento de los casos por parte de los psicólogos clínicos es una de las dificultades de la sanidad pública | Foto: EP

 

Berdullas reconoce los problemas de la privada, pero recuerda que es un sistema donde “a partir de la primera consulta se garantiza un seguimiento y un tratamiento con la frecuencia necesaria”. “Es cierto que las consultas no son baratas. Lo que hay que hacer es potenciar la sanidad pública”, clarifica Berdullas. 
 

“NINGÚN NIÑO PUEDE SER ATENDIDO ASÍ”

Una dificultad añadida si tenemos en cuenta que muchos problemas de salud mental aparecen a edades cada vez más tempranas en un sector de la población para el que no se destinan los recursos necesarios, con listas de espera para un consulta en las áreas sanitarias de hasta seis meses en infanto-juvenil. “Los datos lo evidencian. Ningún niño puede ser atendido así cuando son personas especialmente vulnerables que deben ser cuidadas y atendidas de otra forma. Sus problemas, si no se resuelven, se convertirán en problemas de adultos o adolescentes”.


Por eso, desde el COPG reclaman la presencia de los psicólogos clínicos en los colegios, donde cada vez con más frecuencia se encuentran con más autolesiones y dificultades que los docentes se ven sobrepasados para atender, pero que los psicólogos clínicos cuentan con “la formación necesaria para atender a la población infantil y juvenil”. 

"Ningún niño puede ser atendido así cuando son personas especialmente vulnerables que deben ser cuidadas y atendidas de otra forma"

 

¿ESTAMOS SOBREMEDICADOS?

Otra de las cifras preocupantes que acercó el informe del COPG es la relativa al consumo de medicamentos, un ranking que España lidera a nivel mundial en lo referido a ansiolíticos y somníferos. La posibilidad de estar sobremedicados preocupa a muchos profesionales, que ven esta tendencia como “no solo la vía más rápida, sino para muchas personas la única vía accesible”. 
 

“Si un profesional sanitario receta esta medicación es porque sabe que si deriva a esta persona a un especialista va a entrar en una lista de espera para ser tratado que excede cualquier cosa racional. Por eso, con buena intención, colocan el fármaco”, ejemplifica.

 

A renglón seguido, Berdullas recalca que es en todo caso “una herramienta útil” y que “no hay que demonizar”, como también reclamaba en Galiciapress la psicóloga, escritora y divulgadora María Esclapez. Con todo, insiste en que en muchos casos “la medicación no permite atajar el problema” y que debería ser “una cuestión combinada”. 
 

 

“Es preocupante que en España seamos el país de nuestro entorno en el que más fármacos se consumen y Galicia, junto con Canarias, lidere esa lista dentro de España. Hay un problema que no estamos resolviendo”.


¿La solución? “Una mayor inversión”, subraya Berdullas. “Los recursos son fundamentales. Esto nos lleva también a pensar en un cambio de modelo. En el actual de psicología clínica se tarda mucho en llegar, hay que pasar uno o varios filtros. Lo que proponemos desde el COPG es acercar la psicología clínica a los ciudadanos. Igual que una persona que se encuentra mal puede ir a su médico de cabecera, un usuario pueda disponer de atención psicológica en Atención Primaria. Sería de una forma más rápida, seguramente por el tipo de patología, por llegar antes permitiría intervenciones más breves, más efectivas, y probablemente de carácter grupal, como se hace en otros lugares de España”, concluye Berdullas. 

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