El histórico líder coruñés Antonio Fontela lleva meses alimentando la ilusión de un inversor gallego que compre Alcoa A Coruña. Hoy lo ha vuelto hacer, sin desvelar la identidad de ese presunto comprador y, de paso, cargando contra el gobierno para que baje la electricidad a la industria. No es el único mensaje crítico con el ejecutivo del PSOE, a quien culpa de sacrificar 75.000 empleos al subir el salario mínimo.
No llegó a cumplir un año al frente de la Confederación de Empresarios de Galicia, en crisis y dividida.