Pedro Rey (Vigo) vs. José Manuel Díaz (Ourense), probable competición por liderar la patronal tras años de deriva

Las confederaciones provinciales y sectoriales empiezan a maniobrar para logar tomar cuota de poder en una directiva que lo tendrá muy difícil. La CEG ha perdido mucho peso debido a sus peleas internas pero ahora tiene una gran oportunidad para reactivarse.

 

El vigués Pedro Rey y el ourensano José Manuel Díaz Barreiros se perfilan como aspirantes a presidir la confederación de empresarios de Galicia (CEG), cuyas elecciones --que tienen de plazo hasta el día 17 para presentar las candidaturas-- se celebran el próximo 24 de noviembre.

Pedro Rey y José  Manuel Díez, probables candidatos a la CEG

UNA GUERRA CIVIL DE MUCHOS AÑOS

La patronal gallega lleva casi tres años en situación de interinidad al llegar hasta en dos ocasiones a la cita electoral sin que nadie diese el paso de presentarse como candidato. En este periodo ha sido el máximo responsable de la confederación coruñesa, Antonio Fontenla, quien, por razones de edad, ha ejercido como portavoz, pero sin funciones ejecutivas.

A 20 días de que los empresarios gallegos vuelvan a votar para elegir quién se pone al frente de la organización, tanto Pedro Rey como José Manuel Díaz Barreiros se postulan, si bien lo hacen con matices y a la espera de las conversaciones que mantengan los próximos días con el empresariado gallego.

REY SE PRESENTA COMO UNA PERSONA DE CONSENO

Por un lado, el presidente de la Confederación Española de Empresas de Formación, Pedro Rey, en declaraciones a Europa Press, destaca que lo suyo es una "puesta a disposición" y que se presentará "siempre que haya consenso". "Tengo fama de hombre de paz", señala.

Así, aboga por "llegar a un acuerdo lo más amplio posible" y rechaza la "confrontación electoral". "No vengo a enfrentarme, vengo a unir y a multiplicar", subraya. Por eso, dará un paso a un lado, según dice, si otra candidatura "tiene más consenso" que la suya.

En este escenario, valora "que haya candidatos", después de que la confederación ourensana haya mostrado su apoyo a la intención de José Manuel Díaz Barreiros de presentar su candidatura.

Con él hablará "encantando" en los próximos días, afirma Rey, quien asegura que por ahora no tuvo tiempo y que, por su parte, se siente "respaldado" por las provincias de Pontevedra y A Coruña, tras hablar con Antonio Fontenla y Jorge Cebreiros (presidente este último de la confederación pontevedresa). "Si doy el paso he tenido que hablar con mucha gente", apostilla.

Asegura buscar "la integración de provincias y sectoriales", uno de los enfrentamientos que bloqueó el funcionamiento de la patronal gallega durante los últimos años.

También, aunque ve "prematuro" lanzar sus propuestas para los próximos cuatro años de la CEG, apunta a la necesidad de "modernizar" sus estatutos y otras cuestiones como las relativas al género y a la representación de las mujeres en la organización.

UN OURENSANO CON EXPERIENCIA EN LA CEG

Por su parte, el empresario ourensano José Manuel Díaz Barreiros obtuvo en la última junta directiva de la confederación de Ourense el apoyo unánime a su propuesta para presentarse al proceso electoral de la CEG.

Al respecto, comparecerá este jueves en rueda de prensa, para explicar las motivaciones de su decisión de postularse como candidato a dirigir la confederación de empresarios de Galicia, acompañado por la presidenta en esa provincia, Marisol Nóvoa, y el vicepresidente Alejandro Cruz.

José Manuel Díaz pertenece a los órganos de gobierno de la CEG y durante el mandato del fallecido José Manuel Pérez Canal al frente de la CEO ocupó el cargo de vicepresidente.

CITA CLAVE EL DÍA 24

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), que lleva sin presidente electo y con Antonio Fontenla ejerciendo como portavoz desde enero de 2018, decidió a principios de octubre convocar asamblea general para el próximo 24 de noviembre para la elección de su máximo representante.

Tal y como recogen los estatutos de la organización, las candidaturas pueden presentarse hasta el séptimo día anterior al de la elección, esto es, hasta el próximo día 17. En las últimas citas, la institución llegó a la fecha sin que nadie diese un paso al frente para postularse.

Únicamente podrán ser presentadas por organizaciones integradas en la misma --confederaciones provinciales o asociaciones sectoriales-- y cada organización podrá presentar una sola candidatura. Además, el aspirante deberá ser miembro de la asamblea general de la Confederación de Empresarios de Galicia.

AÑOS DE ENFRENTAMIENTOS
La patronal gallega lleva sin presidente electo desde la dimisión de Antón Arias, en enero de 2018. Entonces, convocó elecciones en mayo de ese año, que después aplazó a julio, sin dar con ningún candidato dispuesto a postularse para el puesto. Lo mismo ocurrió, con posterioridad, en septiembre de 2019.

Este año, el impacto del coronavirus obligó a la patronal gallega a aplazar 'sine die' las elecciones que tenía previsto realizar el 30 de abril.

La situación de inestabilidad interna en la CEG se remonta a hace más de un lustro y las tensiones internas se han traducido en una pérdida de visibilidad de la organización ante la aparición de otras instituciones, si bien ahora retoma cierto impulso con la reactivación del diálogo social.

SUCESIÓN DE PRESIDENTES Y DIMISIONES

Las complicaciones se arrastran desde la época de José Manuel Fernández Alvariño, que sustituyó a Antonio Fontenla en 2013 como presidente. Críticos con su gestión bloquearon sus apenas dos años de gobierno al atribuirle supuestas irregularidades en los gastos de la confederación.

A él le dio el relevo Antonio Dieter Moure, que se alzó en la presidencia de la CEG a comienzos de 2016 por 10 votos frente a su rival, el también ourensano José Manuel Pérez Canal, fallecido en noviembre de 2018. Moure estuvo menos de un año en el cargo y, aunque alegó motivos personales, los problemas en el seno de la patronal fueron clave en su salida.

El hasta ahora último presidente de la CEG, el constructor coruñés Antón Arias, fue elegido en enero de 2017 y su adiós se produjo tan solo un año después. En su día pretendió reformar los estatutos y se basó en ese fracaso para justificar su salida. Por aquel entonces, dijo que esperaba que su decisión sirviese como "catarsis" para que los integrantes de la patronal pensasen "más en los intereses del conjunto que en intereses personales".