El Partido Socialista marca distancias con sus socios de Gobierno a la vez que rechaza cualquier intento de que el vicepresidente Pablo Iglesias tenga que dar explicaciones públicas sobre la financiación de la fuerza morada. De esta forma, y sin entrar en el juego de la oposición, Pedro Sánchez echa un capote al líder de Unidas Podemos en un momento de horas bajas para Iglesias.




Con todo, la última palabra la tiene la Diputación Permanente del Congreso, organismo encargado de decidir si cita a comparecer o no a Pablo Iglesias, que hoy se encontrará reunido en el Consejo de Ministros.


Hemos de distinguir los espacios de gobierno de los espacios partido", manifestó ayer la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, diferenciando así los escándalos que puedan salpicar al Gobierno de España con lo que ocurra en Podemos.


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