Una encuesta realizada en casi una decena de países de Europa y Oceanía, publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)', expone como las mujeres consideran a la COVID-19 como un problema de salud mucho más grave que la idea que tienen los hombres de la enfermedad, además de apoyar de una forma más decidida las políticas contra la pandemia.




"Los responsables políticos que promueven una nueva normalidad compuesta de movilidad reducida, se enfrentan a las mascarillas y a otros cambios de comportamiento. Deberían, por lo tanto, diseñar una comunicación diferenciada por género si quieren aumentar el cumplimiento de los hombres", explica Vincenzo Galasso, uno de los autores de este nuevo estudio.


"Las mayores diferencias entre hombres y mujeres se relacionan con comportamientos que sirven para proteger a los demás sobre todo, como toser en el codo, a diferencia de los que pueden protegerse a sí mismos y a los demás", subrayan.


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