La segunda ola parece encarar un ligero declive en algunas comunidades autónomas. Las cifras, pese a no ser tan terribles como en las de la primera oleada especialmente en lo referido a la presión hospitalaria, destacan sobre todo por el alto número de contagiados, pero es en el número de víctimas donde podría haber un baile en las cuentas.





El INE ha comenzado a calcular las defunciones totales para poder compararlas primero con las defunciones en el mismo período del año anterior y también con la cifra de fallecidos que el Gobierno proporciona.


Es en esta comparativa en donde el INE parece haber encontrado un desfase, ya que si tomamos la primera semana de noviembre, del 2 al 8, el Instituto Nacional de Estadística calcula que hubo 10.207 defunciones en España. Esta cifra supondría 2.546 muertes más que esa misma semana de 2019, cuando hubo 7.661 defunciones. Pero además, esta cifra supone un 58,6% más que la del Ministerio de Sanidad, que calcula que esa semana hubo 1.054 defunciones de personas por COVID-19.


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