El base llega a Santiago de Compostela para reforzar al club gallego hasta final de temporadas.





El Obradoiro es un equipo sin medias tintas: o va muy bien o va muy mal. Pese a arrancar la temporada con muy buenos resultados, los de Moncho Fernández encadenaron una penosa racha de siete partidos sin ganar a final de año para un total de ocho derrotas en sus últimos nueve duelos. Con semejantes bajones en su juego, en las oficinas del club compostelano se han puesto manos a la obra para reforzar a un equipo necesitado de sangre fresca.


Esa energía renovada llega desde El Pireo gracias al prometedor base griego Antionis Koniaris, que defenderá la elástica del Obra hasta final de temporada cedido por el Olympiacos. El heleno promete ser un balón de oxígeno para una plantilla obligada ahora a recuperar el tiempo perdido por los partidos aplazados después del brote de coronavirus que dejó al conjunto gallego confinado y sin poder disputar sus últimos choques.


Internacional y oro con Grecia en el Europeo sub-20, Koniaris es un base con un físico imponente y cercano a los dos metros. Pese a llegar con poco rodaje –Olympiacos solo juega Euroliga este curso- las lesiones en su demarcación le obligan a ofrecer un rendimiento inmediato. Además, su sacrificio en labores defensivas y su capacidad para adaptarse a un esquema con otro base le hacen ser un comodín imprescindible para el Obradoiro de 2021. 

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