Los ciudadanos están hartos de comulgar con ruedas de molino, y al final con la misma vara que mides, te van a medir.


Hace unas semanas comentábamos desde este diario que las ideologías se ajustan a nuevos tipos sociales. Entonces tenemos que detenernos en lo que sucedió en el Ayuntamiento de O Porriño. Al parecer el alcalde "se va con amargura" después de pedir perdón por su desempeño y justificando su renuncia al no servir de “obstáculo para un gobierno de izquierda ”. La pregunta va de la mano con la polémica a la hora de tomar diferentes caminos van destruyendo las construcciones existentes. Y al final eso es lo que importa.


Los vecinos de O Porriño están hartos de sufrir que unos hagan y otros deshagan. Pero el más preocupante es el excesivo control por parte de la policía local de O Porriño. Hay que dicir , desde lejos, que los visitantes sufren constantes denuncias de algunos agentes por el estacionamiento de los coches cuando los padres dejan a sus hijos en la escuela. La sensación de indefensión llega la límites en los que, sin molestar a nadie y con personas dentro del coche, los agentes no entran en razón y siguen sancionando por sistema. Esto repercute en las visitas al Porriño. Las personas prefieren pasar de largo al saber que desde la Alcaldía no se busca solución ninguna. Entre las posibles soluciones está la tolerancia de los agentes y entre otras cosas, la oferta a los padres de un camino escolar. 


Esperamos ver que el nuevo Alcalde o Alcaldesa busque el bien de los vecinos y no atienda solo a la continuidad de su ideología en el Ayuntamiento. Los ciudadanos están hartos de comulgar con ruedas de molino, y al final con la misma vara que mides, te van a medir.

La alcaldesa de O Porriño, Eva García De la Torre (d), se abraza a una mujer a su llegada a una comparecencia para anunciar su dimisión, en el Salón de sesiones del Ayuntamiento, a 23 de noviembre 

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