Podía dar motivos más que suficientes para que los celadores seamos categoría sanitaria, pero quiero enfocar este artículo desde una vertiente más cercana y humana, en donde el celador desarrolla un trabajo diario y silencioso en el desarrollo de sus funciones diarias.
Damos la mano a todo tipo de pacientes, a esas manos que, posiblemente, algún día y durante la pandemia, nos aplaudieron. Un aplauso que se quedó insuficiente al no vernos reconocidos profesionalmente como categoría sanitaria por parte de las administraciones públicas. Estamos en contacto directo y diario con pacientes oncológicos, niños, parturientas, psiquiátricos, etc. así como estamos presentes en todo tipo de unidades y servicios repartidos entre atención primaria y hospitalaria.
Desarrollamos un trabajo silencioso, del que solo se dan cuenta las personas cuando éstas ingresan en un hospital y, en ese momento, se hace visible y agradecido. Junto a estos profesionales, como al resto de sanitarios, la logística se sumó para que durante la pandemia, España funcionara en sus servicios básicos, pero a la vez esenciales en la dinámica diaria de un país.
Por dar solo un dato histórico, el origen del celador se remonta a la antigua Grecia y Roma, donde los esclavos asistían en el apoyo de forma directa a los médicos para asistir a estos en la asistencia a los enfermos, sin olvidar el importante papel que desarrollaron estos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Las anécdotas de carácter humano que se suceden entre el celador y todo tipo de pacientes darían para escribir un buen libro, en donde estrechar la mano entre ambos se convierte en algo más que un simple gesto.
No voy a caer en el error de defender a los políticos, porque eso sería no defender a mis compañeros, tampoco voy a criticar a los primeros, ya que al final la realidad termina imponiéndose. Tiramos de retórica para recordar en este caso, que el próximo 5 de noviembre, Día del Celador, es para celebrar todos los días del año, máxime en nuestra profesión, que es donde el ser humano se vuelve más vulnerable.
Termino recordando a la 5ª Comisión de Sanidad del Parlamento de Galicia y aprovechando la futura efeméride, que llevamos como unos cuatro años reclamando la categoría sanitaria para los celadores, que se debatió y aprobó en otras CCAA, por formaciones de distinto sesgo ideológico, es una toma de posición del parlamento autonómico, un primer paso, nada más y se llama tener voluntad política. ¿La tienen? Suelo escribir contenidos de otro tipo, pero el que hace referencia a los celadores, siempre me parece el más humano de todos.