La España casposa de Yolanda Díaz y Aina Vidal

Últimamente determinadas políticas - también políticos- utilizan en su vocabulario la palabra “casposa”. No lo hacen en el sentido propio de lo que significa: tener caspa en el cuero cabelludo, sino otro , el de denominar a alguien cuyas ideas y estilo suelen ser anticuadas, rancias, pasadas de moda. Y aún hay más, algunas las emplean para definir la mentalidad de una España semianalfabeta anclada en unas supuestas tradiciones que las feministas de Sumar critican, porque son las modernas, las más de las más. Un ser superior que está por encima de todas/os, Se permiten el lujo de dar clases y poner etiquetas: son las salvadoras del mundo mundial ¿Alguien osa ponerlo en duda?

Este viernes, en el que la gente se encuentra planificando sus actividades de fin de semana, unas lumbreras, Aina Vidal, la portavoz adjunta de Sumar y dirigente de En Común Poden, ha querido “matizar” que las negociaciones sobre la amnistía” no han parado nunca”- ¿haciéndole la puñeta a los socialistas? - y que aquellos que están en contra es porque pertenecen a una España que no termina de levantar y que sigue “envuelta en su caspa”. Declaraciones realizadas en RNE - ¿casposa también?-. Esta política tacha a los que no piensan como ella de casposos, unos cuantos millones de ciudadanos. ¿No serán casposa la minoría de políticos que conforman su especie de partido, que siguen inmersos en la caspa más profunda de pensar que España es tan casposa como el régimen del demócrata Nicolas Maduro al que  ella no pide la amnistía de los miles  de presos que el cacique tiene en sus cárceles, algunos de los cuales se han caído casualmente de la venta cuando eran interrogados?

Pero la H&S Champú Anticaspa, Aina, no es la única que habla de caspa, debe ser la consignada dada por su jefa Yolanda Díaz quien preguntada en una entrevista por la cantante Rosalía, su respuesta no tiene desperdicio. “Aporta un país nuevo, moderno, feminista, rompedor, lejos de esa España en la que nos quieren meter, una España casposa, de bipartidismo, masculina. No es así España. España es Rosalía”. La ferrolana, se ha olvidado de que la caspa la debe tener ella en sus meninges, porque la cantante Rosalía de feminista tiene bien poco, tanto como ella. La líder de Sumar se olvida de tantas y tantas mujeres españolas: cantantes, del mundo de la cultura y otros que han hecho grande a este país y de casposas nada. Se olvida, para no ir tan lejos, de mujeres extraordinarias, paisanas suyas como Rosalía de Castro, Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, María Luz Morales - fue la primera mujer directora de un diario, la Vanguardia-, Filomena Dato Muruais, Maruja Mallo, entre otras muchas de casi todos los ámbitos. ¿Esa es la España casposa que han decidido utilizar como estrategia? Andamos bien. Escribía Francisco de Quevedo que “la hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es grande virtud política”.

La España más feminista que las mujeres de Sumar / En Comú Podem reivindican, como si ellas fueran las inventoras, se ha vivido en tiempos muy recientes, no ahora cuyo feminismo se atribuye a lider Irene Montero, Yolanda Díaz y unas cuantas que se suelen subir al carro cuando la situación les puede dar rentabilidad mediática. Caso del escándalo de la selección femenina de fútbol en la que se han puesto a liderar el conflicto cuando ellas nunca han apoyado el balompié femenino, ni se les ha visto a ninguna de ellas en un partido, ni siquiera en una competición internacional o nacional.

El feminismo de Yolanda Díaz, tiene mucho que ver con sus traiciones a los hombres, entre ellos Beiras, Iglesias y compañía. El feminismo de Belarra, Montero y Verstrynge tiene mucho que agradecer a su nombramiento y tutela al demócrata comunicador, político fracasado, Pablo Iglesias.

Seguramente el feminismo de Yolanda Díaz va estrechamente relacionado con sus intereses personales. Ha llegado a la política- nunca ha ganado unas elecciones- para salvarla, que digo, para salvar el mundo entero. Díaz lleva consigo unos tics autoritarios, que esconde tras esa voz suave, gestos cariñosos y sonrisa de no haber roto nunca un plato en su vida. Esa estrategia angelical la completa con la imagen exterior: unos modelitos y complementos a la última, cuyo objetivo también es disimular la gran ambición que esconde. Su pretensión es la de dar la imagen de una política con glamour, procurando que no se le caiga la máscara. Mientras sigue hablando de la España casposa de la que ella tanto habla y de la que ignora prácticamente todo. 

Quizás ella no tiene caspa, porque se puede permitir ir muy a menudo a la peluquería, mientras otras mujeres no tienen para comprarse un champú anticaspa. No se lo pueden permitir, ni siquiera tienen para pagar el alquiler, la luz, el agua y la comida.

Hay un proverbio judío que dice “hay que guardarse bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso”.