Voluntarios y administraciones, aliados de los miles de mayores gallegos que pasan solos la cuarentena

Galiciapress explica los programas de Política Social que la Consellería ha puesto en marcha para ayudar a todas las personas mayores de 65 que viven solas durante este periodo de cuarentena. Programas para los que la Xunta pide al Estado dinero y equipos de protección para los profesionales.

Voluntarios y gobiernos municipales han iniciado medidas para ofrecer socorro a todas estas personas, que por su edad y por su soledad puedan verse necesitadas de una ayuda especial durante el estado de alarma.

La conselleira de Política Social, Fabiola García | Foto: Xunta.gal

"Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos". Esa frase de Blanche Duvois en la obra teatral 'Un tanvía llamado deseo' cobra un significado especial en estos días en los que la población se ve obligada a estar confinada en sus hogares por culpa de la crisis sanitaria, económica y social provocada por el coronavirus. Porque en esta crisis hay un grupo que en esta situación de estado de alarma se vuelve especialmente vulnerable: las personas mayores de 65 años que residen solas. Si ya de por sí la edad las convierte en un colectivo de riesgo ante el avance del Covid-19, la falta de compañía y la imposibilidad de poder socializar por la cuarentena hace que estas personas corran el riesgo de vivir una preocupante situación de abandono por parte de la sociedad y las instituciones, de las que tantas veces dependen.

En Galicia más de 670.000 personas son mayores de 65 años y, de ellas, más de 125.000 residen solas. Desde la Xunta anunciaron el pasado noviembre la intención de elaborar, junto con la Federación Galega de Municipios y Provincias, un censo de personas mayores que viven solas y que no desean esa situación de soledad. En ese sentido, la consellería de Fabiola García planea una “estrategia de prevención y atención” para este sector. Una estrategia que, hoy más que nunca, guarda especial importancia.

Gráfico de personas mayores de 65 en Galicia | Fuente: IGE

Y es que en el pasado año más de una veintena de personas mayores que vivían solas fueron encontradas muertas en sus domicilios. En este estado de cuarentena muchos se temen que este índice se dispare durante estos días ante la posibilidad de que muchos mayores sufran desatención, por lo que desde Política Social han puesto en marcha una serie de medidas para hacer frente a esta situación.  

MEDIDAS DE LA XUNTA

Consultados por Galiciapress, desde la Consellería de Política Social comunican que el estado de alarma no ha modificado los servicios que la Xunta venía prestando a todas las personas mayores que residen solas. “Se mantienen los servicios para el ciudad de los mayores en sus propios domicilios, que se venían desarrollando con anterioridad, tales como el Servizo de Axuda no Fogar (SAF), la Teleasistencia o el Xantar na casa”, comentan desde la consellería encabezada por Fabiola García. La Xunta está elaborando un Plan Social de Contingencia para el que reclama al Estado que garantice financiación. 

Estos servicios son importantes porque, a través de ellos, “se presta atención a los mayores y, además, es posible hacer un seguimiento sobre su situación”, algo fundamental estos días, ya que monitorizar de forma regular a todas estas personas vulnerables ayuda a prevenir el abandono de este grupo de riesgo y anticiparse a sus necesidades.  

En cuanto a medidas especiales para fortalecer este servicio en tiempos de crisis, desde la Xunta advierten que han iniciado un proceso de refuerzo “tanto entre los profesionales de este servicio como entre las personas usuarias”. Este refuerzo consiste en dotar de más información sobre higiene sanitaria a los actores implicados. “También se pide extremas las medidas de higiene y protección para evitar contagios y que ante posibles positivos por coronavirus se llame al 061”, informan desde la consellería.

No obstante, desde la Xunta no ofrecen cifras del número de personas al que está ayudando el servicio estos días, así como tampoco si se ha registrado un aumento de llamadas por parte de este sector de la población a la hora de reclamar ayuda o información sobre el estado de alarma o el coronavirus.

SOLIDARIDAD

Con todo, y a pesar de las medidas que desde la Administración Pública se puedan llevar a cabo, la solidaridad es el gran refugio de muchas de estas personas. Diversas plataformas y ONGs se han puesto manos a la obra para combatir el desamparo al que se enfrenta este grupo de la población. Amigos de Galicia ya inició el pasado octubre un plan de atención y apoyo a las personas de la tercera edad en esta situación para auxiliarlas en situaciones cotidianas como solicitar una cita médica, acudir a un centro de salud o, simplemente, ofrecerles compañía.

El estado de alarma ha traído consigo también un aumento de voluntarios que buscan ayudar a las personas que más lo necesitan. En Santiago de Compostela dos asociaciones vecinales se lanzaron a la calle esta semana para ofrecer su ayuda a todas esas personas que tienen dificultades para hacer la compra o bajar a la farmacia a por medicamentos en estos días de cuarentena, además de ofrecer información y compañía. Otras grandes urbes como Vigo o A Coruña han puesto en marcha programas similares de ayuda.

Medidas similares han adoptado en muchos ayuntamientos rurales, donde se concentran un gran número de estas personas que viven en soledad, muchas veces no deseada. En u rural envejecido y dispersado como el gallego, los municipios trabajan para atender a todos los vecinos. Así, localidades como Monterroso, Curtis, Pobra de Trives o Lalín trabajan para que voluntarios, personal de servicios sociales y miembros de Protección Civil cubran las necesidades que puedan surgir en estas fechas, muchas veces relativas al abastecimiento o a cuestiones puramente administrativas.

De momento, este servicio de ayuda podría prolongarse más allá de las dos semanas programadas de cuarentena, que de una forma u otra parece que ha sacado a relucir la solidaridad que todos llevamos dentro en momentos como este en los que, más que nunca, nos necesitamos los unos a los otros y nos hace creer en la bondad de los desconocidos.