​La nueva normalidad aboca al mundo de la verbena a su muerte: “A día de hoy es una realidad: cerrarán todas las orquestas”

Con una producción cero y con un horizonte que se asemeja a una tundra, el sector de las orquestas dibuja un panorama muy desfavorable para una industria que cada año mueve millones de euros en Galicia y genera miles de empleos.

Víctor Anton Rodríguez, director de Gaias Eventos –agencia que cuenta en su cartera con orquestas como ‘Paris de Noia’, ‘El Combo Dominicano’, ‘Olympus’ o Panorama–, atiende a Galiciapress para desgranar la realidad de una industria que ya en abril pronosticaba un verano duro, pero que con el paso de las semanas ha acabado por convertir sus augurios en una dolorosa realidad: “Se está enfocando mal el problema; es imposible para la mayoría de las orquestas trabajar en estas condiciones”.

La orquesta Panorama, una de las más afectadas por la crisis | Foto: FB orquesta.panorama.oficial  

Plazas vacías y el silencio nocturno serán una constante este verano en Galicia, acostumbrada a la jarana y al sonido de las orquestas hasta horas intempestivas -un horario marcado siempre por el aguante de los más marchosos- durante la época estival. La nueva normalidad, tal y como está pautada desde las administraciones públicas, es el principio del fin para uno de los sectores más golpeados por la inactividad económica: el mundo de las orquestas.

Ya el pasado abril desde Gaias Eventos denunciaban para este medio la situación crítica en la que se encontraba el sector. Lejos de clarificarse este escenario una vez levantado el estado de alarma, dos meses después la situación es, si cabe, peor. “La actividad está permitida jurídicamente, pero muy mal vista socialmente, o me atrevería a decir prohibida, ante el temor o riesgo a contagios”, lamentan desde la compañía, una de las más importantes del mundillo y con agrupaciones en su agenda como la Paris de Noia, Panorama o El Combo Dominicano. En este contexto, desde la dirección dicen estar “en el limbo, sin ningún tipo de producción”.

Lo cierto es que el miedo a los brotes de coronavirus, como el registrado en A Mariña y que ha obligado a suspender las verbenas y la reapertura de los locales de ocio nocturno en la zona, ha sido lo que ha marcado a los concellos a la hora de decidir si suspender o no las fiestas, pese a que estas están permitidas desde este 1 de julio.

Los argumentos de los gobiernos municipales giran en torno a la falta de recursos para asumir las condiciones que impone la Xunta para poder celebrar las verbenas según pauta la nueva normalidad. Víctor Antón Rodríguez cree que esta es una decisión basada en “no arriesgar, primar la salud por encima de la actividad”, algo que a su entender es “comprensible”, aunque significa abocar al sector “a la ruina absoluta y sin derecho a ayudas”.

PRUEBAS PILOTO INASUMIBLES

Sin embargo, aunque se permitan las verbenas, ¿son estas realmente posibles? Este fin de semana Sanxenxo acogió una prueba piloto para estos eventos adaptándolos a las condiciones de la Xunta. Con el público sentado, sin poder bailar con la distancia social, con mascarillas…Con tantas restricciones, muchos se preguntan si realmente es posible o si vale la pena celebrar las verbenas en estas circunstancias.

Desde el sector recalcan que no es una “cuestión de formatos”, sino de “supervivencia”. “Se está enfocando mal el problema. Ningún sector debería haberse quedado atrás, es imposible para la mayoría de las orquestas trabajar en estas condiciones, las administraciones deben estudiar la especificidad del colectivo y decretar soluciones”, reclama la industria, a la vez que considera que si realmente existe algún riesgo debería “ser prohibida con carácter general y estudiar un plan especial de sostenimiento del sector hasta que las circunstancias sean seguras”. En este sentido, lo que no admiten los artistas es la postura de la Xunta de intentar negociar entre dos aguas.

Así, pese a que la nueva normalidad contempla la celebración de estos eventos, los concellos son reticentes a asumir el riesgo. Las orquestas, cuya temporada alta comienza en mayo y que esta se prolonga hasta septiembre-octubre, se encuentran en su mayoría paradas. Esto significa unas pérdidas históricas para el sector. “Se ha perdido casi todo, ya está anulado la totalidad de actuaciones del mes de julio y más del 90% del resto del año”, señalan desde Gaias Eventos, a la vez que pronostica que es cuestión de “unas semanas” que quede todo anulado “con carácter general” en caso de no enfocar el tema “desde las administraciones y buscar una solución consensuada”.

¿LA MUERTE DEL SECTOR?

Así las cosas, a las pérdidas hay que considerar que aquellas orquestas que se acogieron a un ERTE se encuentran en una situación especialmente delicada. “Tienen que afrontar los próximos meses el pago de las cuotas de la seguridad social de sus trabajadores, teniendo producción cero”, comenta el director de Gaias Eventos, algo que, según razona, supone “la puntilla” para estas formaciones.

“Somos un sector al que nos niegan el trabajo y debemos asumir las responsabilidades de una empresa en producción. Es de locos”, critica. Además, sin fechas y con las orquestas apretándose el cinturón, tampoco se están celebrando ensayos porque eso significaría “dar a alta a los trabajadores, paralizar los ERTES y pagarles, insisto, con una producción cero”.

Con un horizonte tan desolador, algunas orquestas ya han decidido dar por perdida la temporada y bajar el telón sin haber tenido la oportunidad de subirlo. Es el caso de Panorama, una de las orquestas buque insignia de Gaias Eventos, que reconoció hace unos días la imposibilidad de readaptar su espectáculo a esta nueva normalidad. Desde Gaias Eventos son tajantes al respecto: “Estamos a la espera de confirmar lo que a día de hoy es una realidad: cerrarán todas”.

ABANDONO DE LAS ADMINISTRACIONES PESE A SU COMPRENSIÓN

Desde el sector dicen sentirse no solo abandonados, sino también maltratados por la administración pública. En abril, durante las primeras semanas del estado de alarma, el sector ya se movilizó para buscar fórmulas que pudieran rescatar a la industria. Entonces se iniciaron los primeros contactos con la Xunta, pero, más de dos meses después, los pasos dados para encontrar soluciones han sido en falso.

“Somos un sector víctima de una gran contradicción, el único que se va a quedar atrás. Podemos trabajar, pero nadie nos va a dar trabajo, seremos victimas del sistema, porque están prohibidas las ayudas a fondo perdido, solo se puede incentivar a la producción, pero si no hay productores nos estamos arruinando y sin derechos pero con todas las obligaciones laborales de cualquier sector”, afirman desde Gaias Eventos. Pese a estos hándicaps, los actores implicados parecen remar en la misma dirección. “Los sindicatos están de nuestro lado, la Xunta también, la FEGAMP también entiende nuestro problema… hemos trasladado al Gobierno central el problema, pero la verdad que a día de hoy estamos en el limbo”, explica.

El principal escollo sigue siendo la postura conservadora de los gobiernos locales, reacios a abrir la mano y permitir la celebración de las verbenas. “En las reuniones mantenidas con la FEGAMP, su presidente, Alberto Varela, nos ha atendido con mucha preocupación por el sector. Este es un problema de muy difícil solución y apelamos a la altura de miras de todas las instituciones, para dar respuesta a un movimiento profesional de miles de puestos de trabajo. Tenemos su compromiso de buscar soluciones conjuntas”, sostiene Víctor Antón Rodríguez. 

Esa altura de miras es la que reclama al próximo Gobierno de Galicia que salga de las urnas el día 12. En la industria hacen hincapié en su condición de “sector autóctono gallego” y de los miles de puestos de empleo que genera. Además, recalcan que nunca han recibido ayudas de las administraciones al tratarse de un sector “autosuficiente”.

“Con esta pandemia hemos quedado atrás, nuestra actividad está prohibida, de la forma más segura, socialmente. Esto requiere un reconocimiento unánime de todas las administraciones y decretar fórmulas que recojan esta realidad y protejan a este sector de un cierre indefinido de producción cero. Si no es así, tendremos que movilizarnos antes de desaparecer”, concluyen.