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“Cada euro bien invertido en Salud Mental nos puede ahorrar cuatro" indica el psicólogo Carlos Losada


Carlos Losada López atiende a Galiciapress desde el Colexio de Psicoloxía para analizar los efectos de la pandemia en nuestra salud mental. Este psicólogo clínico del SERGAS defiende la necesidad de invertir más en su cuidado, al menos si aspiramos a paliar su impacto a largo plazo sin recurrir a tanto fármaco, como en la crisis del ladrillo.


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Carlos Losada López atiende a Galiciapress desde el Colexio de Psicoloxía para analizar los efectos de la pandemia en nuestra salud mental.  Este psicólogo clínico del SERGAS defiende la necesidad de invertir más en su cuidado, al menos si aspiramos a paliar su impacto a largo plazo sin recurrir a tanto fármaco, como en la crisis del ladrillo.


Los jóvenes se han visto arrastrados por esta situación de inestabilidad constante, así como los profesionales sanitarios, un sector que ha visto mermada su salud mental por la crisis: “Estamos pasando por una situación que genera estrés y, para algunas personas a las que les está tocando vivir la peor parte de esta crisis, mucho sufrimiento”, incide el miembro de la Secretaría de la Sección de Psicoloxía e Saúde del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia 


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Mientras el mundo avanza en el proceso de vacunación contra la Covid-19 a un ritmo más lento de lo deseado, la tercera ola de la pandemia avanza imparable y a una velocidad vertiginosa. Así, la sanidad se enfrenta a lo que muchos esperan que sea el último coletazo del coronavirus en los albores del principio del fin de la enfermedad.


En este escenario una gran cuestión es cómo repercutirá en la salud mental tantos días viviendo en una situación de crisis. Si hay algo bueno de la pandemia es que, como indica el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia,se ha generado “una mayor conciencia de la importancia de la salud mental” a raíz de convivir con el aislamiento social,  la incertidumbre o las pérdidas de familiares y amigos.


Estamos pasando por una situación que genera estrés y, para algunas personas a las que les está tocando vivir la peor parte de esta crisis, mucho sufrimiento. También se ha puesto sobre la mesa la importancia de los cuidados. El propio plan de abordaje de la Covid-19: las mascarillas, el lavado de manos, las vacunas, etc. son en realidad estrategias de cuidado tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos”, señala Carlos Losada López, psicólogo clínico y miembro de la Xunta Directiva de la Sección de Psicoloxía e Saúde del COPG.


En esta línea, recalca la importancia de alcanzar “un ambiente mínimamente sano que permita modular el estrés y el sufrimiento”, algo que hoy solo parece posible una vez que se supere esta tercera ola. No obstante, todo parece indicar que la calma todavía tardará en llegar. La pandemia sigue haciendo mella en nuestra salud mental, un aspecto en el que los medios y el exceso de información tenemos parte de culpa.


“Vivimos en una época de gran incertidumbre, ante la misma hay personas que necesitan grandes dosis de información, otras prefieren dosis más reducidas. Cada persona, con su historia personal, encontrará algunos de los aspectos de la situación actual más llevaderos y otros más dañinos”, matiza Losada, que cree que aquellas personas que se adaptaron bien al confinamiento tal vez sufrieron durante la desescalada.


“Todos estamos aprendiendo a vivir, trabajar y cuidar en esta nueva situación y todos estamos experimentando como nuestras soluciones habituales a veces encajan bien y otras no tanto. Los profesionales de la salud mental, como otros muchos profesionales de otros sectores, estamos aprendiendo a adaptar nuestro trabajo a las nuevas circunstancias. Forma parte de nuestras responsabilidades”


Pese a todo, estos profesionales no son de piedra y también sufren las consecuencias directas de esta pandemia. En primavera, desde el COPG admiten haber vivido momentos “de gran estrés, de miedo y confusión”, aunque luego se hizo “un buen trabajo” permitió capear en cierto modo “la incertidumbre inicial”, algo que parecen recrear en estos momentos que viven con mucha atención.


“Creo que en aquel momento nos ayudó la necesidad de reorganizar los dispositivos de Salud Mental para dar apoyo a los afectados directamente por la Covid-19: compañeros de trabajo, pacientes y sus familias. Después, hemos vuelto poco a poco al funcionamiento habitual”, comenta Losada, que considera que “prestar ayuda ante el sufrimiento es nuestro trabajo”.  


“PROBLEMAS DE ADAPTACIÓN” A LA PANDEMIA

Desde el estallido de las crisis sanitarias, los profesionales han detectado lo que llaman “problemas de adaptación”. Así, trastornos como la ansiedad o reacciones depresivas son algunas de las más habituales en estos momentos, si bien Losada avanza que “en la mayoría de los casos” todos contamos con los mecanismos necesarios como para “convivir con estos problemas sin que tengan unas consecuencias graves para nosotros o para quienes nos acompañan”, si bien puntualiza que todos son “vulnerables” y perceptibles de necesitar la ayuda de profesionales.


Cuanto más vulnerable es alguien en el plano social y económico, más probable es que se vea afectado en su salud, incluida la salud mental  


Los datos con los que contamos, que se corresponden con lo que nos estamos encontrando en consulta, apuntan a que cuanto más vulnerable es alguien en el plano social y económico, más probable es que se vea afectado en su salud, incluida la salud mental”, argumenta Losada. El desempleo o la precariedad laboral son factores condicionantes, así como parece que el género también parece destacar que las mujeres están notando los efectos de esta crisis en una mayor medida según los estudios del COPG, que también han detectado un aumento de casos entre los profesionales sanitarios.



“Por otra parte están las personas que ya tenían problemas de salud mental. Los datos parecen indicar que no sólo están sufriendo más sino que además tienen mayor riesgo de enfermar de Covid-19”, apostilla.


SALUD MENTAL Y MENORES DE EDAD

También los menores son víctimas de este deterioro de la salud mental ligado a la crisis sanitaria. Losada afirma que han registrado “un incremento importante de casos” en la infancia y la adolescencia. “Hay que pensar que en el caso de los menores de edad no solo pesa lo que les ocurre a ellos: aislamiento, cambios en las rutinas escolares o ser culpados de los incrementos en las tasas de contagio. Los menores dependen de sus cuidadores y cuidar es un trabajo muy exigente”, comentan desde el Colexio.


En este sentido, los cambios en su entorno, como si la situación económica en el hogar está marcada por un ERTE o un ERE, si tienen que atender a familiares enfermos o si han sufrido pérdidas “las energías para cuidar se van a ver mermadas”. “La protección social a las personas dependientes y a sus cuidadores es un ingrediente esencial para el cuidado de la salud mental de la población”, considera Losada.


MÁS PROFESIONALES; MENOS MEDICINAS

Galicia es, según varios estudios, la comunidad que prescribe más fármacos para tratar problemas mentales. Esto bien puede evidenciar los déficits de la sanidad gallega, sin herramientas suficientes y forzada a recurrir a la farmacología como la vía rápida para aliviar muchos problemas. “Somos la comunidad autónoma que más prescribe en uno de los países que más prescribe. El abordaje de las consecuencias sobre la salud mental de la crisis económica de 2008 fue esencialmente farmacológico”, detalla Losada.

“Somos la comunidad autónoma que más prescribe en uno de los países que más prescribe. El abordaje de las consecuencias sobre la salud mental de la crisis económica de 2008 fue esencialmente farmacológico” 

“Los fármacos pueden ser útiles si se utilizan bien, pero un abordaje exclusivamente farmacológico es inconsecuente con el conocimiento científico actual. Además sabemos que el abordaje prioritariamente farmacológico ni siquiera es una medida eficiente desde el punto de vista económico”, continúa, toda vez que reclama más especialistas en Psicología Clínica en la sanidad pública, así como especialistas en Psiquiatría, personal de Enfermería especialista en Salud Mental, profesionales del Trabajo Social y de la Terapia ocupacional. “Cada euro bien invertido puede ahorrar cuatro. Dotar a la sanidad pública de recursos humanos suficientes es una medida de ahorro, no de gasto”, razona.


Hacerlo ahora, además, contribuiría a sacar un tema todavía tan tabú como el de la salud mental del cajón. Un tabú que “sigue ahí”, aunque “cada vez menos”, según Losada. Un avance lento y costoso, pero que está logrando arrojar algo de luz sobre este problema “A los propios profesionales sanitarios nos cuesta mucho pedir ayuda para nosotros mismos”, admite el propio Colexio Oficial de Psicoloxia de Galicia.


“Creo que la limitación de recursos en la sanidad pública es un factor relevante en el mantenimiento de este tabú. Si, por ejemplo, hubiera especialistas en Psicología Clínica atendiendo en los centros de Atención Primaria de la sanidad pública, seguramente avanzaríamos mucho”, añade Losada.



De momento, sus demandas van dirigidas a las administraciones públicas, a las que demanda “un esfuerzo para armonizar la atención sanitaria en salud mental en todo el territorio nacional”. De esta forma, las desigualdades entre territorios generan un acceso desigual a especialidades como la Piscología Clínica en la sanidad pública. “Hay comunidades que tienen cuatro o cinco veces más profesionales de la salud mental por habitante que otras”, lamenta Losada.


Sobre el plan presentado por la Xunta para la reforma sanitaria, Losada defiende el apoyo del colectivo porque “se le puedan hacer críticas a nivel cualitativo y cuantitativo, supone una importante mejora sobre la situación actual; la sociedad gallega lo necesita”. Pese a todo, el plan no mejora las cifras de Psicología Clínica sobre las que hace hincapié Losada: “En 2024 continuaremos con una cifra de especialistas en Psicología Clínica por cada 100.000 habitantes inferior a la media española de 2020”.


Aunque la vacuna nos acerca a la luz al final del túnel, de momento desde el COPG no se atreven a hacer pronósticos sobre cómo será el mundo tras la pandemia, pero si saben, por lo aprendido en crisis anteriores, “que las personas somos capaces de superar grandes dificultades, aunque algunas podremos necesitar ayuda profesional”. “Es importante estar atentos desde la sanidad pública, porque las consecuencias psicológicas de la crisis por Covid-19 pueden manifestarse en una persona meses o incluso años después de que la pandemia termine”, concluye Losada. 

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