El problema de las derechas: indultos, pandemias y corrupción

En contra de lo que pueda parecer a primera vista, básicamente por el barullo creado por los medios afines que son mayoría, a las derechas españolas se le están acumulando los problemas, entre otras razones por su indiscutible incompetencia política. Cuando pensaban que el contundente triunfo de la señora Ayuso en Madrid era la señal de partida de un imparable paseo triunfal que finalizaría con el señor Casado en el Palacio de la Moncloa, la realidad política pone en evidencia que de no mudar las dinámicas políticas este objetivo está hoy mas lejos que ayer pero menos que mañana.

Gracias a los indultos, aprobados por el gobierno español y refrendados en el Parlamento por una mayoría absoluta de votos favorables (190) procedentes del bloque que había facilitado la investidura, los dirigentes políticos catalanes condenados por el procés están hoy en la calle, lo que viene a compensar, de alguna manera, el despropósito judicial que los había llevado a la cadena. Un escenario que como reconoció en privado la presidenta de la ANC (Asamblea Nacional de Catalunya), la señora Alizue, desarma a los independentistas al dejarlos sin muchos de sus argumentos victimistas. De esta forma, y por mucho barullo que hagan las derechas españolas y sus medios afines y por muchos palos en las ruedas que ponga un sector del independentismo, el escenario político mudó en Cataluña y en España. Aquellos actores políticos que no sepan o no quieran ver esta realidad serán desbordados por los acontecimientos.

A pesar de los atrancos insolidarios y oportunistas de algunos gobiernos autonómicos y de los indiscutibles errores de gestión por parte del gobierno español, el impacto de la pandemia va menguando de una manera clara y positiva. Con los avances en la vacunación y, por caso, la progresiva desescalada de las mascarillas, entramos, después de casi año y medio de pandemia, en una mayor normalidad que repercutirá positivamente tanto en la convivencia y en la vida cotidiana como en la marcha de la economía. Un escenario que restará argumentos a aquellos partidos que de manera irresponsable vienen utilizando la pandemia como arma política partidaria contra el gobierno español.

Esta amortización de los barullos provocados por las derechas devolverá al escenario político y mediático al cáncer de la corrupción sistémica que sí inunda al Partido Popular (PP) y también salpica a un sector de independentismo (JxCat antigua CDC). El paso por los juzgados de un nuevo caso de corrupción (Kitchen), que en este caso golpea cada vez mas arriba, no viene más que a confirmar que en las últimas décadas ("España vana bien") el Partido Popular se alimentó de la corrupción con un número impresionante de dirigentes y directivos que usaron los cargos políticos para enriquecerse ilegalmente, por lo que ahora aparecen imputados. Unas practicas corruptas que también salpican a un sector del independentismo como pone en evidencia tanto la imputación de la familia Pujol como los casos aún pendientes de resolución judicial. El daño que le están haciendo la democracia española estas prácticas corruptas es inconmensurable.

Si en economía todo gasto arrastra un ingreso, en política podemos decir que los problemas de unos pueden ser las soluciones para los otros. Así, los hechos citados que deterioran la imagen y la credibilidad políticas de las derechas (muy especialmente del Partido Popular) sirven también para fortalecer la unidad de acción de las fuerzas que hicieron posible tanto la moción de censura como la investidura del gobierno de coalición. Una unidad de acción que no viene más que a consolidar al actual gobierno (PSOE/ UP) frente a los ataques de la oposición, tal y como vemos confirmado, por caso, en las últimas votaciones en el Parlamento español.