#Claves de la semana

'El viñedo de la luna', la nueva novela de Carla Montero: "Con el vino no importa lo que sepas, siempre sabes poco"

La escritora viene de presentar en Vigo y O Rosal su última novela, 'El viñedo de la luna' (Plaza y Janés). Este miércoles es el turno de Tomiño, en la Librería Ideas, a las 19:30 horas. Antes del evento, la escritora charla con Galiciapress para desgranar esta historia que se desarrolla en plena II Guerra Mundial, en la Borgoña de la Francia ocupada por los nazis, con un tesoro guardado en botellas de vino y una exiliada de la Guerra Civil española como gran protagonista: "El panorama está lleno de héroes anónimos que nos han dejado unas lecciones maravillosas que conviene no olvidar". 


 


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CARLA MONTERO  u00a9 Amaya Aznar
CARLA MONTERO  u00a9 Amaya Aznar

 

Ya llevas varias semanas con presentaciones de ‘El viñedo de la luna’. ¿Qué te estás encontrando? ¿Qué respuesta estás recibiendo de los lectores?

Muy buena. La acogida está siendo fantástica y en tres días desde su publicación ya tuvimos que sacar la segunda edición y en cuestión de tres meses vamos por la quinta. Las impresiones de los lectores son muy buenas en torno a los personajes, la trama, el contexto histórico, que si bien la II Guerra Mundial parece un tema muy tratado, el tema del vino en ese periodo ha resultado un nicho porque es desconocido y está resultando muy atractivo.


Estos días estarás en O Rosal y en Tomiño. Las Rías Baixas no son un mal lugar para hablar de vino. ¿Hiciste un curso avanzado de enología con la novela?

¡Me hubiera gustado! (Risa) Me tuve que conformar con ser un poco amateur e ir descubriendolo poco a poco. Hablo de la historia del vino, la novela no es tanto un tratado de enología como una historia ambientada en un mundo como el del vino, que es tan complicado que uno tiene la sensación de que no importa lo que sepas, siempre sabes poco. Hay mucho que aprender en este universo, sobre historia, sobre tradición…siempre parece que hay mucho recorrido por hacer.

 

 

La historia tiene de protagonista a Aldara, una mujer “casada precipitadamente”, pero de la que descubrimos su fortaleza para echarse a su familia a la espalda en momentos de dolor. Su figura parece, en cierto modo, un homenaje a tantas madres y abuelas, ¿no?

Sí, desde luego. Aldara lo que representa es un personaje corriente en un momento extraordinario como la II Guerra Mundial, momentos que ponen a prueba al ser humano. Todas estas personas anónimas parece que pasan desapercibidos, la historia dedica más páginas a aquellas figuras sobresalientes, pero creo que el panorama está lleno de héroes anónimos como estas mujeres que en el día a día tienen que hacer frente a circunstancias adversas y preocuparse por sobrevivir en definitiva. Yo creo que nos han dejado unas lecciones maravillosas que convienen no olvidar. Es una forma de hacer ficción pero que está basada en esa multitud de historias reales que sirven como una manera de hacerles tributo.

 

NI TANTA RESISTENCIA NI TAN FRANCESA

El propio episodio histórico es casi tan importante como los personajes. No es la primera vez que lo abordas en tus libros, pero imagino que habrás tenido que preparar concienzudamente la atmósfera del libro. ¿Cuánto tiempo trabajo de documentación hay detrás de ‘El viñedo de la luna’?

Es un trabajo extenso, a veces casi más que el propio proceso de escritura. Comienzo varios meses antes de ponerme a escribir a investigar el periodo histórico y en este caso fueron casi ocho meses de investigación, de viajar a los escenarios, es una novela que se desarrolla en Borgoña y quería estar allí, empaparme del ambiente, de los viñedos, de cómo se vive el mundo del vino. Es un proceso largo, entre otras cosas por la propia naturaleza de la investigación. No es una novela histórica propiamente dicha, sino que utilizo el contexto. Pero la definición de ese contexto, para que esté bien detallado, sea lo más fidedigno posible, exige unos niveles de investigación en profundidad. Lo primero que uno encuentra en los libros de historia no son los detalles de la vida cotidiana, y eso es lo que yo busco: la marca de tabaco que fumaban, cómo se curaban las heridas, qué comían en tiempos de racionamiento…la vida diaria, en definitiva. Y eso exige ir a fuentes muy concretas que no se encuentran en internet. 
 

Habitualmente si pensamos en Francia y II Guerra Mundial pensamos en Normandía, en los alemanes desfilando en París…¿por qué Borgoña como escenario? ¿Qué te llamó la atención de esta zona? 

En cuanto decido escribir una historia sobre el vino en la Francia ocupada son tres territorios vitivinícolas los que aparecen: Burdeos, Champaña y Borgoña. A la hora de escoger entre las tres pensé que Borgoña era la que podía aportar más novedad al ser menos conocida y por su forma singular para entender el vino. En todos los sitios el vino se produce de una forma similar, pero en Borgoña es distinta su aproximación al vino, son viñedos pequeñitos, terrenos que condicionan la calidad del vino haciendo que la bodega sea secundaria y las botellas reciban el nombre de la tierra de la que sale la uva con la que se hace el vino. La forma de calificar el vino también es distinto, no miden tanto el tiempo de maduración como otros factores. Es otra forma diferente de ver este mundillo, y sin ser un tratado de enología, insisto, sí quería incorporar estas pinceladas de las diferencias
 

También se trata un asunto como es el de la Resistencia Francesa. Si nos sumergimos un poco, vemos que ni había tanta resistencia ni era tan francesa…

Exactamente, es una muy buena forma de decirlo. Es verdad que a lo largo del tiempo es un tema que ha adquirido un montón de capas y muchas de ellas tienen mucho de mito y leyenda. Una vez que termina la guerra son los vencedores los que escriben la historia y el relato en ese momento en Francia era el de un pueblo unido contra el nazismo. Es un relato que impulsa Charles de Gaulle, pero que con el paso del tiempo la historiografía demuestra que es exagerado. La idea que en general tenemos de la Resistencia Francesa es que desde el primer momento se lanzaron a la calle con un fusil contra los alemanes, pero realmente no fue así. 

 

La Resistencia como fenómeno organizado y puramente francés no llega hasta finales del 42, cuando no está tan claro que Alemania fuese a ganar la guerra. Es entonces cuando parece que empieza a tener sentido salir a la calle y combatir. Se produce un hecho importante, como es que se establece el servicio de trabajo obligatorio. El Reich exige a Francia que los jóvenes se vayan obligatoriamente a Alemania a trabajar. Ese ese momento en el que muchos dicen que prefieren luchar allí antes que irse a trabajar para los nazis. Pero antes la Resistencia era un fenómeno más bien aislado y protagonizado por colectivos perseguidos por el nazismo: los judios, los comunistas…y por los españoles, los refugiados que huyeron de la Guerra Civil, que ya habían estado luchando contra el fascismo, que ya no tenían nada que perder porque ya lo habían periodo todo, y son los que se lanzan a esa lucha más o menos activa, de la forma que pueden, y a medida que se van armando y organizando son los primeros que inician esta lucha. Eso es algo que a los franceses les ha costado reconocer, que no es un fenómeno eminentemente francés y que tuvo un peso importante de los españoles emigrados. 

 

 

En el libro tratas también ese tema, el de los exiliados tras la Guerra Civil. coincidiendo en el tiempo con un debate de actualidad como es la polémica ‘ley de concordia’ que pretenden impulsar en Castilla y León, que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tacha de “operación de blanqueamiento del fascismo”. ¿Cómo lo percibes después de haber indagado tanto? 

Este tipo de iniciativas tienen más de política que de historia. Es importante acudir a los hechos, a la investigación científica, dejar de lado las sensibilidades políticas y tratar de hacer justicia de la manera más imparcial posible. Están los argumentos de cada bando, y todos pueden tener sus razones pero no excluye las de enfrente. En este tipo de leyes hay más política que otra cosa y la justicia se hace de muchas maneras, sobre todo con una investigación histórica rigurosa. 


"NUNCA LLEGAMOS A ENTEDER COMO ES POSIBLE QUE ALGO ASÍ SUCEDIESE" 

La Francia ocupada, los nazis, la guerra…son elementos que, aunque terribles, parece que siempre nos resultan atractivos. ¿Por qué tenemos esa fijación por contextos tan negativos? ¿Resulta más fácil fabular entre el terror o es que se presta más a historias épicas? 

Es una combinación de varios factores. En estos momentos tan dramáticos hay una exaltación de todas las pasiones, desde las más elevadas a las más bajas, desde comportamientos heróicos a los más malignos. Ese material para la ficción es una joya. A mí es una época que particularmente me despierta curiosidad, y puede parecer mentira por todo lo que se ha investigado y escrito al respecto, porque nunca llegamos a entender cómo es posible que algo así sucediese hace tan poco tiempo. Todavía hay gente que vivió esas épocas y no entendemos cómo es posible que algo así, con una barbarie tan brutal, pudiese ocurrir. Era una sociedad similar a la nuestra, con códigos morales y valores parecidos, no hablamos de la Edad Media o la Antigua Roma, donde el valor de la vida era distinto. En ese afán por intentar explicarlo es donde surge ese interés por las historias.

 

Esta es una novela que se prestaría a una muy buena adaptación cinematográfica. ¿Te lo han sugerido alguna vez?

Sí, es algo que me ha pasado con todas mis novelas. Pero casi todo lo que se publica se podría llegar al cine. Esta nueva generación de escritores hemos bebido de muchas fuentes, trabajamos con imágenes y hemos vivido delante de una televisión o una pantalla de cine. Eso se traslada a la hora de escribir y elaborar nuestras historias. Lo comento con colegas y parece que a la hora de escribir describimos fotogramas, lo que hace que cuando uno lo lee tiene la sensación de que esto podría ser una película. Pero que llegue a transformarse en una película o serie es un gran embudo. Si ya publicar un libro es un embudo, para llevarlo al cine todavía más. 
 

 

En los últimos años has tenido una gran producción literaria, publicando prácticamente un libro en un plazo de unos dos años. ¿Ya está en el horno el próximo gran éxito de Carla Montero?

Todavía no, ahora en lo que estoy inmersa es en la promoción del último libro. Es verdad que cuando publico me gusta tomar algo de distancia, tomarme un tiempo y desconectar. El proceso de crear es un proceso de convivencia muy intensa con los personajes, con el contexto histórico… A mí me hace falta esa pequeña desconexión para poder afrontar el siguiente proyecto. Pero llegará en breve, porque tengo un pequeño cajoncito en el que voy guardando todas las ideas que surgen durante los proceso de investigación, por ejemplo, asique se trata de abrir el cajón y sacar alguna de las ideas para desarrollarla. 


 

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