La crisis de medios se ceba con Aduanas en Galicia, barcos obsoletos e insuficientes

El Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) en Galicia se encuentra en una situación crítica. Los agentes de Aduanas califican el estado actual del servicio como un "desmantelamiento encubierto" de sus capacidades marítimas y aéreas. Mientras tanto, las incautaciones de cocaína se disparan y las organizaciones criminales elevan su sofisticación. Por el contrario, el parque de embarcaciones del SVA en la comunidad opera con medios obsoletos y mermados, un escenario que los sindicatos tildan de una lucha desigual y peligrosa.

El ejemplo está en la flota de Aduanas destinada en Galicia. Esta ha sufrido un severo desgaste en los últimos años, caracterizado por la baja de unidades por obsolescencia y la reubicación de naves operativas a otras zonas. Para miembros del SVA esto ha debilitado la defensa costera gallega, considerada históricamente una de las principales puertas de entrada de droga en Europa.

Dos de las seis bases operativas de Galicia, situadas en Muros y Ribadeo, quedaron sin capacidad de respuesta en el mar. Las embarcaciones de tipo 'Alcaraván' (como la de Ribadeo) y la 'VA-II' de Muros tuvieron que ser dadas de baja, en parte, por la detección de materiales peligrosos como el amianto. Ciudades clave como Vigo y A Coruña han visto reducido su número de patrulleras de dos a solo una en cada puerto.

La política de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera ha priorizado históricamente el sur y Levante peninsular, señalan fuentes sindicales. Esto se ha traducido en el traslado de embarcaciones útiles fuera de Galicia, como la 'Colimbo III' y una 'HJ' de Vilagarcía, reasignadas al Mediterráneo o al Golfo de Cádiz hace años. Este movimiento se justifica por la creencia de que hay mayor tráfico en esas zonas, esto teniendo en cuenta que en Galicia predomina la cocaína, una droga de mayor valor y riesgo que el hachís, más común en el sur.

¿REFUERZOS O PARCHES?
Las últimas incorporaciones para el SVA en Galicia, lejos de ser la inversión necesaria, han sido descritas por la representación sindical como "chatarra" transferida. El sindicalista de la CIG en Aduanas, Henrique Outeiral, fue especialmente crítico con el tipo de naves que llegan a la comunidad.

En el caso de Muros se destinará una embarcación de 11 metros de eslora, posiblemente la 'Gavilán I', descrita como una lancha con motores fuera de borda y solo capacidad para tres tripulantes. Outeiral considera que esta nave es nueva pero no cumple las expectativas para una zona tan compleja como la Costa da Morte, con su meteorología adversa.

Por otra parte, esta lancha, por ir con la tripulación mínima y sin personal de máquinas, solo puede navegar alrededor de una hora según el acuerdo horario del SVA, lo que la hace inefectiva para persecuciones prolongadas o misiones en alta mar.

En Ribadeo se instalará una embarcación modelo 'Colimbo' de 27 metros, con una antigüedad superior a los 20 años (construcción de finales de los 90). Aunque estas patrulleras pueden navegar hasta seis horas y llevan una tripulación más completa (jefe de embarcación, jefe de máquinas y agentes), se trata de naves que ya han agotado su vida útil en otros destinos.

Las fuentes sindicales consultadas señalan que la estrategia pasa por enviar a Galicia las embarcaciones que se están "desechando” en otras zonas, lo que expone a los agentes a riesgos innecesarios y dificulta la respuesta efectiva contra las potentes 'narcolanchas' de contrabando, que suelen ser rápidas y de última generación.

TIERRA Y AIRE
La crisis de medios va más allá de la flota marítima, afectando a otros componentes esenciales de la vigilancia aduanera como son los medios aéreos. La situación en este apartado se agrava con el desmantelamiento de activos aéreos. El avión con base en Santiago fue retirado, y el helicóptero de Vigo abandona periódicamente la base por largos periodos (cinco o seis meses) para reparaciones o para operar en el Mediterráneo, dejando a la totalidad de Galicia y la Cornisa Cantábrica sin su "ojo en el cielo", una herramienta crucial contra narcosubmarinos.

En cuanto al personal físico, existe una renovación de plantilla en marcha debido a la alta media de edad. El personal de más edad está pasando a realizar funciones en tierra (segunda actividad no reconocida), lo que permite la entrada de personal más joven, aunque la carga de trabajo sigue siendo alta. No se menciona de forma explícita la existencia de patrullas a pie de aduaneros como práctica habitual en la vigilancia costera o portuaria; las funciones en tierra suelen estar más enfocadas en inspección documental, análisis de riesgos y control de contenedores.

El consenso sindical es que la reducción de medios está siendo aprovechada por el narcotráfico desde hace tiempo, creando una vulnerabilidad que solo se combate con una inversión urgente en flota moderna y en la recuperación de los activos aéreos.