El paciente tratado con electroshocks en el psiquátrico de Conxo recibe alta y el tratamiento finaliza

La literatura médica apunta a que los tramientos con electroshocks pueden resultar útiles e incluso recomendables cuándo fallan otras alternativas. 

En este caso, el paciente se negaba a tomar la medicación por lo que los psiquiatras decidiron pedir permiso al juez, que lo concedió pese a las quejas de la familia. 

Hay que tener en cuenta que Iván, un vecino de A Estrada, no está inhabilitado legalmente.

El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Santiago de Compostela ha dado por finalizado, debido al "éxito del tratamiento y consiguiente alta clínica del paciente", la terapia electroconvulsiva (TEC) autorizada por el órgano judicial, a instancias del Ministerio Fiscal, en un auto emitido el pasado 21 de marzo.

De ello ha informado este viernes el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que señala que el magistrado acuerda el archivo del procedimiento de medidas cautelares, así como del procedimiento de ingreso no voluntario, por alta clínica del paciente.

En la resolución, subraya que los informes sanitarios remitidos al juzgado "no solo enuncian de manera motivada la ausencia de justificación" para suspender el tratamiento ya finalizado sino que corroboran "el rotundo éxito del tratamiento pautado, tanto a nivel psiquiátrico como psicológico -hasta el punto de permitir acordar el alta hospitalaria con seguimiento ambulatorio del paciente". 

¿CÓMO FUNCIONAN LOS ELECTROSHOCKS?

La terapia de electroconvulsión, también conocida como "electroshock", es una técnica de tratamiento psiquiátrico que utiliza corrientes eléctricas para inducir convulsiones controladas en el cerebro. Aunque suene aterrador, esta terapia puede ser efectiva para tratar algunos trastornos mentales, especialmente en casos en los que otros tratamientos no han sido efectivos. Esto es lo que pasado en este caso en Galicia.

Se ha utilizado con éxito en el tratamiento de trastornos bipolares, esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Con todo, los mecanismos exactos detrás de la efectividad de la terapia de electroshock no están completamente comprendidos, pero se cree que las convulsiones inducidas por la electricidad pueden afectar los niveles de neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina y la dopamina, lo que puede mejorar los síntomas del trastorno psiquiátrico.

Sin embargo, como cualquier tratamiento médico, la terapia de electroshock también tiene sus riesgos y posibles efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes son dolor de cabeza, dolor muscular, confusión temporal y pérdida de memoria a corto plazo. En algunos casos, se han reportado problemas de memoria a largo plazo.

¿CÓMO SE APLICAN LOS ELECTROSHOKS?

La terapia de electroshock se realiza en un ambiente hospitalario y siempre bajo supervisión médica. Antes de la sesión de electroshock, el paciente generalmente recibe una anestesia general para evitar sentir dolor y para evitar que el paciente sienta la convulsión inducida por la electricidad.

Durante el procedimiento, se colocan electrodos en el cuero cabelludo del paciente y se administra una corriente eléctrica breve y controlada a través de estos electrodos. Esto induce una convulsión en el cerebro que dura sólo unos pocos segundos. La cantidad y duración de las convulsiones inducidas por la electricidad pueden ser ajustadas para adaptarse a las necesidades individuales del paciente y para minimizar los efectos secundarios.

La sesión de electroshock suele durar entre 5 y 15 minutos, y los pacientes suelen ser monitoreados por un médico y personal de enfermería hasta que se recuperen de la anestesia. En algunos casos, se pueden requerir varias sesiones de electroshock para obtener el máximo beneficio terapéutico.

EL CASO DEL JOVEN DE ARZÚA

El joven, originario de Arzúa, fue atendido en febrero de urgencia por un brote psicótico que derivó en su ingreso en el Hospital de Conxo, en Santiago, por imperativo médico. Los facultativos, como recoge el auto, consideraron en ese momento que presentaba un "altísimo riesgo" de suicidio y que no era consciente de su situación real, por lo que no era apto para decidir sobre sí mismo.

Por ello, pidieron amparo al juzgado para ordenar su ingreso involuntario, al que se opuso su familia. Del mismo modo, se solicitó autorización para emplear en su caso una terapia de electroshok, dada "la previa acreditación" tanto por sus médicos como por los forenses del Imelga de la "sintomatología psicótica activa", así como del "fracaso de los tratamientos orales" que le habían sido aplicados desde su ingreso.

SEGUIMIENTO POR SERVICIOS SOCIALES
La mejoría llega al punto, destaca el juzgado, de ordenar el alta del paciente, aunque se recomienda seguimiento ambulatorio y "abordaje por parte de los Servicios Sociales" teniendo en cuenta "la precaria conciencia de enfermedad que mantiene el paciente", así como "la ausencia total de conciencia de enfermedad mental grave y crónica por parte de la familia", como apuntan los informes médicos.

Sobre los recursos planteados por el padre, también los rechaza, y avala la actuación médica. "No se apreció por este juzgador, ni por la magistrada que conoció del inicial internamiento, ni por la magistrada que conoció de los dos procesos penales instados, ni por los tres fiscales intervinientes en los dos procesos civiles ni en los dos procesos penales, ni por los médicos forenses internivientes en los procesos civiles y penales tramitados, actuación alguna contraria a la 'lex artis' de los diferentes profesionales del ámbito sanitario", recoge.