#Claves de la semana

El 8M aúna las fuerzas de los feminismos gallegos con diferentes prioridades, la misma causa y "sin miedo" a discrepar

La misoginia, la violencia contra las mujeres o la división sexual del trabajo son ejes de "consenso" para todas

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Manifestación del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en Santiago de Compostela

La misoginia, la violencia contra las mujeres o la división sexual del trabajo son ejes de "consenso" para todas

La pluralidad que alberga el paraguas del feminismo en Galicia se unirá el próximo 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en las distintas manifestaciones que se celebrarán a lo largo del territorio y que, como en otras ocasiones, se reivindicará desde distintas perspectivas con un fondo común.

A día de hoy resulta inexacto y sucinto hablar de 'EL' feminismo en la sociedad gallega, nacional e internacional. Feminismos hay más de uno y "todos son necesarios", apunta Rosa Arcos, una representante de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), en declaraciones a Europa Press.

Todas las asociaciones y colectivos gallegos que se declaran activistas feministas abanderan el principio de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres como "un mínimo histórico", una base que constituye su lucha.

Ésta se mantiene desde finales del siglo XVIII y, aunque de forma anacrónica y discontinua, a partir de ese momento el apogeo feminista ha ido dando pasos hacia delante desde la adquisición de los derechos más fundamentales hasta la visibilización de los detalles menos evidentes pero que perpetúan la discriminación que sufren las mujeres tanto en el ámbito laboral, como social y económico.

Por este motivo, el próximo domingo 8 de marzo las mujeres están llamadas a volver a llenar las calles y agitar a la marea morada que ya se vio en las anteriores convocatorias de 2017, 2018 y 2019, cuando cientos de miles de mujeres protagonizaron una jornada histórica en toda España.

"Son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan", explica Arcos. Cuestiones como "trabajar desde la perspectiva de la igualdad"; luchar por erradicar la brecha salarial y romper los techos de cristal o conseguir la igualdad en la esfera pública y política consiguen el "consenso" entre todas.

Lo mismo sucede con la puesta en valor del "trabajo no reconocido de las mujeres en el ámbito de los cuidados" y la promoción de un "sistema educativo más igualitario" que incluya la "educación afectivo-sexual", sugiere Arcos.

SIN "MIEDO" A LAS "DISCREPANCIAS"
Si bien existe este objetivo mínimo común, también es cierto que los caminos para alcanzarlo trazan diferente orden de prioridades. Los movimientos sociales y corrientes políticas como el feminismo "no pueden abstraerse de la vida social" en la que "surgen conflictos" de todo tipo que llevan al "debate", por lo que apartar al feminismo de los mismos "sería absurdo", precisa una miembro de Galegas 8M, Andrea Lorenzo, a Europa Press.

En este sentido, Rosa Arcos opina que "todas" las formas de entender el feminismo "son respetables" y actualmente suenan en distintos escenarios políticos y sociales. No obstante, también son capaces de hacerse oír al unísono en casos como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Ni esta jornada ni ninguna otra excluye las diferencias que alejan a unas y unen a otras, ya que las teorías feministas resultan difícilmente abarcables y "no hay que tener miedo a las discrepancias", añade Lorenzo.

Debajo de la carta de presentación de la igualdad y libertad se fraguan debates como la abolición de la prostitución, los vientres de alquiler o la identidad de género. Y es que las mujeres, además de mujeres son negras, blancas, gitanas, payas, con distintas capacidades o con discapacidad, pobres, ricas, transexuales, lesbianas, heterosexuales, de la ciudad o del rural y tienen ideologías políticas diferentes.

A su condición de mujer se le añaden cientos de matices que también las definen. Es entonces cuando el orden de los factores, de estos adjetivos, marca los diferentes caminos que constituyen los feminismos.

LOS CAMINOS QUE SE ABREN EN GALICIA
Para Arcos, "el orden de los factores sí altera el producto". Desde su perspectiva "la lucha contra la violencia de género" constituye un "primer objetivo" que no se entiende sin la abolición de la prostitución y los vientres de alquiler por ser "formas de explotación sexual" del cuerpo femenino.

Este mismo principio lo comparten los colectivos que han firmado la 'Axenda Feminista Galega' para este 2020 y que también se declaran en contra la de pornografía y piden medidas institucionales para evitar la mercantilización del cuerpo de la mujer. Unas peticiones que se han adelantado al calendario previsto debido a la anticipación de las elecciones autonómicas para el 5 de abril.

Desde otros puntos de vista, los colectivos que conforman Galegas 8M centran actualmente sus esfuerzos en "visibilizar" aspectos como el rol de cuidados que han desempeñado históricamente las mujeres. También priorizan la defensa del "rural gallego" y condenan las "discriminaciones hacia las lesbianas, bisexuales o transgénero", que siguen "sometidas por su orientación sexual e identidad".

"NO ENUNCIAR TEORÍAS COMO METRALLETAS"
Las voces de las feministas trans también ocupan un lugar relevante en esta lucha llena de complejidades, contradicciones y vicisitudes. La de Alana Portero es solo suya, como siempre reivindica, pero en cualquier caso apunta que un punto "clave" para acercarse a lo que significa ser mujer es "no enunciar teorías como metralletas", ya que hacerlo supone aceptar que "algunas vidas deben justificarse detrás de un corpus teórico infalible".

Mucho menos cree posible reducir la cuestión de la identidad a la biología en pleno 2020. Hay quien señala a los "privilegios" de los que gozaron las mujeres transexuales antes de transacionar para desligitimizarlas como sujetos de pleno derecho en esta lucha. Ella no niega su pasado, pero explica que esos mismos privilegios fueron los que le "destruyeron la salud mental" de forma "irreversible", ya que "vivirlos" le recordaba "quién era y quién no era".

Cree, además, que llegar a una definición "en términos férreos" hace a las mujeres "muy pequeñas, manejables" y que las "niega o debilita como sujetos políticos", concluye.

DOBLE DISCRIMINACIÓN
Portero es una de las afectadas por la lacra del machismo y la transfobia que viene tanto de hombres como de mujeres. Esta doble discriminación por primero no haber sido el hombre adecuado y después por el rechazo que aún a día de hoy implica transacionar, crea como mínimo una doble discriminación.

En el mismo sentido, otras mujeres son doblemente discriminadas. Es el caso de las racializadas o las gitanas. La Fundación del Secretariado Gitano apunta a que "las mujeres gitanas padecen una clara desventaja en todos los ámbitos debido a su doble condición, como mujeres y como gitanas".

En todos estos escenarios se despliega el listado innumerable de las distintas perspectivas desde las que se puede abordar la cuestión feminista. La ausencia del carácter científico del que gozan las ciencias naturales impide establecer definiciones o conclusiones exactas.

MISOGINIA
Los puntos en común que todas presentan, independientemente del prisma que aplican para abordarlos, son la misoginia, el machismo estructural, la división sexual del trabajo y, en la mayoría de casos, el sistema capitalista guiado por las necesidades del mercado.

De esta manera lo manifiestan cada 8 de marzo, lo debaten en mesas de trabajo y lo reivindican cada vez que una mujer es asesinada por la violencia machista. La red que teje el movimiento feminista crece año a año en diferentes vertientes que no pueden homogeneizarse, pero que existen y conforman la llamada cuarta ola aún por definir.

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