El Celta de Vigo proyecta una temporada de pérdidas en sus arcas y sin margen en enero
Las cuentas del Celta de Vigo son claras: este cursos 2020-21 promete ser el primero con un números rojos desde 2009.
Las cuentas del Celta de Vigo son claras: este cursos 2020-21 promete ser el primero con un números rojos desde 2009.
El colista de Primera División tiene un ojo en la tabla y otro en su cuenta corriente. La situación deportiva del Celta de Vigo es tan mala como su balance económico, o así lo reconocen desde el propio club. La entidad presidida por Mouriño cerró el ejercicio 2019-20 con un balance de 10 millones de beneficios, una cifra que coincide con las previsiones del club de cara al año que viene, cuando estiman que el cierre traiga consigo unas pérdidas de entre 10 y 12 millones de euros.
La crisis del coronavirus ha golpeado los fondos del club vigués, bajo mínimos y sin posibilidad de acometer grandes desembolsos. Esta proyección económica solo se podrá salvar en dos supuestos: una gran temporada por parte del cuadro celtiña que lo lleve a la zona medio alta de la clasificación (algo impensable en estos momentos) o una gran venta.
Este segundo supuesto es, si cabe, aún más difícil, tanto por la situación actual del mercado, donde la mayoría de los equipos se resisten a sacar la billetera, como al pobre rendimiento que han ofrecido hasta ahora las estrellas del cuadro celeste.
La crisis ha rebajado tanto el presupuesto como el tope salarial del club vigués. De hecho, los números indican que Miñambres solo podrá trabajar en enero si antes se producen algunas salidas como las de Jorge Sáenz o Costas, jugadores que hasta ahora no han entrado en el proyecto del equipo. De esta forma, y con las cifras en la mano, encarar contrataciones como las de Ignacio Fernández o Mandzukic como se venía hablando parecen, cuanto menos, quiméricas en estos momentos.
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