Imanol Idiakez se asegura comerse el turrón en Riazor, pero no las uvas

Dos victorias en mes y medio es un valance demasiado pobre para un equipo hecho para aspirar a cotas más altas. El Deportivo de La Coruña no regala un victoria en casa a sus aficionados desde el pasado 11 de noviembre y con el empate ante el Sestao River vuelve a complicarse la vida en un escenario en el que el filal de su eterno rival, el Celta B, marcha primero en la clasificación y a nueve puntos de los blanquiazules. Las comparaciones resultan odiosas y en Riazor más de uno señala a Imanol Idiakez como responsable de la deriva de un equipo que este curso no ha dado con la tecla y que se encuentra detrás de Lugo o Arenteiro, siendo el equipo gallego peor clasificado y con ocho puntos de colchón con respecto al descenso.

Los pupilos de Idiakez no pasaron de la igualada ante un Sestao River que marcha antepenultimo y que parece condenado al descenso. Los herculinos han sacado nueve puntos de los últimos quince disputados, y aunque no pierden en liga desde el 3-0 ante el Irún de principios de noviembre, la sensación es que cada vez pierden más comba con el grupo de la cabeza. 

En cualquier caso, y aunque el puesto del técnico de San Sebastián estaba en entredicho tras el último empate, lo cierto es que su continuidad parece garantizada ante el Arenteiro. La visita a O Carballiño este fin de semana es la última bala del Dépor antes de final de año. Luego, ya en 2024, tocará recibir a la Real Sociedad B, otro de los cocos de Grupo 1, para abrir el año.

El donostiarra se sentará en el banquillo de Espiñedo, pero puede que no vuelva al de Riazor si no ofrece una imagen radicalmente opuesta a la mostrada este fin de semana. "No puedo explicar qué ha pasado", admitía en el postpartido, completamente perdido ante la prensa. Sin soluciones, la directiva explora alternativas, aunque a día de hoy ni son mucho mejores ni resultan económicamente satisfactorias. El vestuario parece ir a muerte con el entrenador, que sin embargo no consigue arrancar lo mejor de sus muchachos, abocados a decepcionar a la grada en cada encuentro como local. En enero comenzará el baile de nombres, con entradas y salidas en la plantilla coruñesa. La incógnita es si será Idiakez el que les abra o les cierre la puerta.