Los ayuntamientos del Barbanza se suman a Sogama y ponen fin a su sistema propio de basuras

A partir de este jueves, 1 de enero, el histórico sistema de gestión de residuos de la Mancomunidade Serra do Barbanza desaparece formalmente para dar paso al modelo autonómico gestionado por la Sociedad Gallega del Medio Ambiente (Sogama), poniendo fin a una crisis de tratamiento de basuras que se ha prolongado durante años en la zona.

La conselleira de Medio Ambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez, presidió en Santiago la firma de este acuerdo estratégico entre el presidente de Sogama, Javier Domínguez, y el máximo responsable de la mancomunidad, Pablo Lago. Este paso supone que, desde el primer día del año, los residuos domésticos de los nueve municipios que integran la entidad —Ames, Brión, Carnota, Lousame, Muros, Noia, Pontecesures, Porto do Son y Rois— pasarán a ser procesados bajo la infraestructura de la empresa pública para garantizar una gestión sostenible de los desechos.

El documento rubricado establece una vigencia inicial de cinco años, periodo en el cual la mancomunidad podrá hacer uso de las plantas de transferencia más cercanas, como las ubicadas en Boiro, Santiago o Cee. Sin embargo, este cambio no es solo administrativo, ya que obliga a los ayuntamientos a realizar un esfuerzo técnico importante para adaptar su actual sistema de contenedores y los métodos de recogida a las exigencias de la normativa europea de separación en origen.

El colapso del sistema alternativo

Durante décadas, la Serra do Barbanza funcionó con un modelo de gestión propio basado en la planta de Lousame, que nació como una alternativa al sistema impulsado por la Xunta en Cerceda. Mientras el resto de Galicia se unía a Sogama, estos nueve concellos apostaron por un tratamiento diferenciado que, con el tiempo, comenzó a mostrar graves debilidades estructurales debido a la falta de inversión y a la imposibilidad de procesar el volumen de basura generado por su población.

La principal debilidad que precipitó este cambio fue la saturación de sus instalaciones, especialmente tras la colmatación del vaso de vertido de la planta de Lousame. Ante la falta de espacio propio, la mancomunidad se vio obligada a remitir sus rechazos al vertedero de Sobrado dos Monxes, una solución temporal que ahora llega a su fin al agotarse la vida útil de dicho recinto, lo que ha forzado la clausura definitiva de este vertedero.

Desde la Xunta de Galicia se ha subrayado que esta adhesión es el resultado de meses de negociaciones intensas para resolver una situación que la entidad supramunicipal arrastraba desde hacía tiempo. El objetivo final es evitar un vacío en la gestión de residuos y asegurar que los ciudadanos reciban el mejor servicio posible, integrándose en una red que ofrece mayores garantías ante la exigente legislación medioambiental vigente.

Refuerzo técnico en Cerceda

Para absorber esta nueva carga de trabajo, Sogama pone en valor las recientes inversiones realizadas en el complejo medioambiental de Cerceda, que en 2019 recibió una inyección de 31 millones de euros. Estas obras permitieron que la planta aumentara su capacidad de tratamiento en un 81%, lo que le otorga el músculo necesario para gestionar el millón de toneladas anuales de basura y asumir sin dificultades la incorporación de los municipios del Barbanza.

La eficiencia del modelo Sogama se presenta ahora como la solución para cumplir con las directivas europeas, que penalizan el envío de residuos a vertedero y premian el reciclaje y la valorización energética. Con la entrada de estos nueve ayuntamientos, Sogama pasará a gestionar los residuos de 295 municipios gallegos, lo que supone dar servicio al 97% de las entidades locales y alcanzar a una población de 2,3 millones de personas.

El acuerdo también contempla que Sogama colaborará activamente en campañas de información y formación dirigidas a los vecinos del Barbanza. El éxito de esta transición dependerá en gran medida de que la ciudadanía comprenda los nuevos hábitos de depósito de basura, fundamentales para reducir los costes de tratamiento y mejorar las tasas de recuperación y reciclaje de materiales.