(VÍDEO) ¿Está Manoliño de visita en las Rías Baixas? El delfín más famoso de Galicia sorprende a los bañistas con sus cabriolas

Hace solo unos días Manoliño reapareció en Portosín para deslumbrar a los bañistas. El famoso cetáceo, tal vez el más viral de toda internet, fue motivo de preocupación hace unos meses al ser visto con un arpón clavado en un costado. Afortunadamente, el animal parece ya totalmente repuesto de sus heridas. Tanto, que existen ya las sospechas de que se ha ido de vacaciones, dejando por unos días la Ría de Muros y Noia y bajando hasta la Arousa, donde, como no podía ser de otra forma, volvió a ser el foco de todas las cámaras.

JUGANDO CON LA COMIDA

Muchos disfrutan estos calurosos días de un chapuzón en la praia da Illa, en A Pobra do Caramiñal, entre Cabio y A Corna. El arenal recibe a diario a cientos de veraneantes, que quedaron sorprendidos hace unos días por la aparición de un delfín muy cerca de la orilla. El animal se puso a juguetear con un pez, lanzándolo al aire y recogiéndolo en el agua para luego volver a lanzarlo. Sus saltos y piruetas fueron captados por las cámaras de los alucinados turistas y vecinos.

No hay forma de saber por la grabación si efectivamente es Manoliño, pero los antecedentes nos llevan a sospechar que el arroaz hizo las maletas y cambió de escenario para volver a tener un encuentro con los humanos, con los que gusta juguetear, como con las mascotas.

NO SEGUIRLE EL JUEGO

De Boa o Ornada, playas en las que también fue captado, parece haberse pasado a la Ría de Arousa, siguiendo el rastro de los miles de turistas que pasan el verano en la comarca del Barbanza. El animal acostumbra a interactuar con las personas que se encuentran en el agua, pero los expertos insisten en que los humanos debemos abstenernos de participar en su juego.

Desde la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA) subrayan que no debemos acercarnos a Manoliño -o Confi, como también lo llaman- y que de hacerlo podemos exponernos a una sanción, como reza el artículo 4 del Real Decreto 1727/2007. Además de la posibilidad de transmitir enfermedades, la interacción con Manoliño puede afectar a sus relaciones con los de su especie. Por eso, en caso de tener contacto con él o con otro delfín, lo ideal es abandonar el agua lo antes posible y dejar que se aleje de la zona.