RURALtXA salva 'turbeiras', una de las joyas naturales de Galicia

La actuación del proyecto ha tenido un marcado acento gallego, abarcando cuatro áreas piloto que concentran amplias extensiones de estos hábitats singulares: la Serra da Groba (Pontevedra), la Serra do Xistral y Monte Maior (Lugo), y la Serra da Faladoira (A Coruña). En su mayoría, los implicados son Comunidades de Montes Veciñais en Man Común, una figura esencial en la propiedad forestal de la comunidad autónoma Galicia.

 Estas zonas no solo albergan más de 10.000 hectáreas de queirogais y turberas, sino que también conservan prácticas tradicionales como el manejo de los caballos salvajes, la ganadería extensiva de vacuno y la apicultura, actividades cruciales para la conservación de estos ecosistemas de interés comunitario.

La iniciativa, que ha contado con el respaldo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se ha traducido en acciones concretas. Se han formalizado acuerdos de custodia del territorio con los propietarios y se han redactado planes de manejo de hábitats específicos para las cuatro áreas de estudio. Estos documentos garantizan que los criterios de conservación se integren en la gestión diaria de estos territorios. 

En total, 21 montes vecinales y uno particular se han comprometido con estos planes, sumando 16.684 hectáreas gestionadas bajo criterios de sostenibilidad ecológica. La experiencia ha confirmado que una gestión adecuada de las cargas ganaderas es indispensable para turberas y queirogais, donde se debe evitar tanto el sobrepastoreo como la ausencia total de animales.

El compromiso de RURALtXA! con la conservación se ha materializado también en la restauración y mejora de 140 hectáreas de hábitats prioritarios. De estas, 60 hectáreas correspondían a turberas donde se procedió a la eliminación de especies foráneas y problemáticas como pinos y eucaliptos, cuya presencia altera las condiciones físicas y químicas de los suelos turbosos, afectando a la vegetación nativa.

Recientemente se han podido conocer ejemplos concretos de estas intervenciones, como las realizadas en el complejo de turberas de A Valga, en el Monte Vecinal de Loureza (Serra da Groba), donde se retiró arbolado en 24 hectáreas para asegurar la conectividad y funcionalidad de las turberas. De igual modo, en la CMVMC de Viladesuso (Oia) se ejecutó una actuación integral que incluyó la eliminación de pinares, la instalación de diques y cierres para la recuperación de una turbera elevada.

Además de las acciones de conservación, el proyecto ha trabajado en impulsar la valorización de estas actividades tradicionales. Para ello, se ha creado una red que agrupa a más de 120 personas productoras y se han diseñado herramientas para mejorar la comercialización. Destaca la marca Saberes do Monte, un sello orientado a distinguir productos como la miel o la carne que provienen de sistemas de producción vinculados directamente a la conservación de la biodiversidad en zonas de montaña. Este enfoque también incluye el potencial del ecoturismo ligado a estos paisajes culturales únicos, lo que ayuda a diversificar las fuentes de ingreso y a afrontar el reto demográfico de la despoblación y el envejecimiento.

RURALtXA!, liderado por la Universidade de Coruña y la Universidade de Santiago junto a la fundación vasca HAZI, ha utilizado el conocimiento científico para estudiar los servicios ecosistémicos que proporcionan estas áreas. Se han analizado no solo los beneficios productivos y culturales, sino también los ambientales, como la absorción de carbono, la regulación del ciclo del agua y la conservación de la biodiversidad. 

El proyecto culmina con la meta de establecer un Sistema Integrado de Impulso a la Bioeconomía para ganaderos comprometidos, buscando mejorar la viabilidad económica de las explotaciones y la calidad de vida de los actores rurales. Este modelo se presenta como un motor de desarrollo sostenible para áreas que luchan contra el abandono del medio rural y de las actividades tradicionales que, paradójicamente, son las que garantizan la salud de valiosos ecosistemas de montaña.

¿Qué son las turberas y por qué son tan importantes para el ecosistema gallego?

Las turberas son humedales muy particulares, caracterizados por la acumulación de materia orgánica parcialmente descompuesta a lo largo de miles de años, conocida como turba. Se forman en áreas donde el suelo está permanentemente saturado de agua, lo que crea condiciones anóxicas (sin oxígeno) que impiden la descomposición completa de los restos vegetales, principalmente musgos (como los Sphagnum), brezos y otras plantas adaptadas.

Debido a que este proceso es extremadamente lento, la turba se acumula en capas, actuando como un verdadero archivo natural de la historia climática y vegetal del lugar. Tienen una importancia ecológica crucial que abarca varios aspectos:

• Almacenamiento de Carbono): Esta es su función más destacada a nivel global. Las turberas son los mayores almacenes terrestres de carbono del planeta. El proceso de formación de la turba secuestra el carbono atmosférico  y lo mantiene inmovilizado. Una turbera en buen estado absorbe y almacena más carbono que un bosque de similar tamaño. Si una turbera se drena o se degrada, este carbono se oxida y se libera a la atmósfera en forma de y metano  , gases de efecto invernadero. Por ello, su conservación es vital para mitigar el cambio climático.
• Regulación del Ciclo del Agua: Actúan como verdaderas esponjas naturales. Las turberas absorben grandes cantidades de agua durante periodos de lluvia, liberándola lentamente durante épocas secas. Esto ayuda a:
  • Controlar las inundaciones al reducir la escorrentía rápida.
  • Mantener el caudal de los ríos y arroyos durante el verano, un servicio ecosistémico esencial en Galicia.
• Biodiversidad Única: Sus condiciones extremas (acidez, baja disponibilidad de nutrientes y saturación de agua) han generado un ecosistema especializado. Albergan especies de flora y fauna muy raras y a menudo endémicas o amenazadas, incluyendo plantas carnívoras como las Drosera y una rica comunidad de invertebrados y anfibios.
• Sistemas de Alto Valor Natural: En Galicia, las turberas a menudo están íntimamente ligadas a otros hábitats como los queirogais (brezales) y dependen de prácticas tradicionales como la ganadería extensiva (caballos o vacas) con cargas adecuadas. Estas prácticas evitan que el monte se cierre con matorral denso o árboles, permitiendo que la turbera y la vegetación asociada se mantengan en buen estado.